DE MATARIFES E HIDALGOS

- ¡Ah!, ¡hideputa!, ¡Pardiez!,

me estáis acuchillando…

- Os estoy asesinando

y ruego me disculpéis.

- ¿Y osáis perdón pedir

con la daga en mis entrañas,

la cual manejáis con saña,

aumentando el mí sufrir?

- Del oficio forma parte

y no es inquina personal.

El dolor es sustancial

y obligado en este arte.

- Vaya artista que parió

la puta de vuestra madre,

perdonad que no me cuadre

y muestre mi admiración.

Mas ¿Cuál es el motivo

de que conmigo así obreis?.

- No sé si entenderéis,

solo sois un objetivo.

- ¿Un objetivo de quién?

Nunca hice a nadie mal,

soy hidalgo y como tal

procuré hacer el bien.

- Al azar os elegí

pues pasasteis por esta calle.

Aquella en la que me halle,

alguno debe morir.

Soy asesino afamado,

con cierta reputación

si cejo en la obligación

seguro seré olvidado.

Y el olvido, de verdad,

es como la muerte en vida.

Pobre de aquel homicida

de escasa notoriedad.

Bien sé que os incomoda

morir en este trance...

- Quizá pretendéis que os abrace,

y que os invite a una boda.

- Me traerá fama esta muerte,

y retorno a los pasquines,

pues no pretendo otros fines

más que hable de mi la gente.

Y más precio por mi cabeza,

y una buena ejecución,

tras cristiana confesión,

que el que mata también reza.

- Perdonad la interrupción,

pero el ánima me deja

y antes, sin dar mas queja

os haré una observación:

Me tendréis que acompañar

al infierno cortésmente

ya que palmáis igualmente

y os lo digo con pesar.

Mientras vuestra vanidad hablaba

con tan sabios argumentos

no visteis el instrumento

con el que yo os degollaba.

Os desangráis cual gorrino

y ya no seréis famoso

pues os toca que del foso

ahora toméis camino.

¡Ay! del que el acero resuelve

contra el prójimo a destajo.

Más arriba o más abajo

el acero siempre vuelve.

2 comentarios :

Unknown dijo...

Hermosas letras (y no me refiero a la tipografía).

Juan Luis Nepomuceno González dijo...

Honrado me habéis Valín, de nuevo.

chic-handsome:good year aussi