DICE LA GENTE

Dicen, porque a mí me dicen, que hay un señor empresario de la minería privada, sí eso que es privado pero vive del erario, que vino a ese ramo industrial de la mano de no sé qué partido político. Dicen, que la gente es muy maledicente, que entra en Moncloa como Mateo por su casa, no el doctor Mateo, que es medio lelo el pobre, por honrado, que ahora, en estos tiempos, ser honrado es ser lelo, por si no lo sabían.
Resulta que, este ilustre señor, no paga a sus trabajadores y se ampara en que no recibe las ayudas al carbón nacional. Sí hombre, que hay ayudas al carbón nacional aunque lo compres en el extranjero y le cambies la bandera una vez pasado el Musel.
Bien, pues como este pobre señor no cobra las ayudas, las que se le adelantaron sí, pero eso no cuenta, hay varios mineros, varios trabajadores, sin cobrar ni una peseta.
Es la leche la cosa, digo yo, y va un sindicalista histórico, nuestro Fidel Castro particular, no por ideas sino por cansinismo, y se pone en huelga de hambre por los desbarajustes de su amigo, que eso me dicen a mí, que yo no se nada y a mi la gente me dice, que, saben ustedes, la gente es así.
Y ahora nos ponemos a las barricadas, lo cual es justo y necesario toda vez que alguien no reciba el salario que se le adeuda, y somos cojonudos.
Y a algunos, de cuarenta y poco, a esperas de la prejubilación prometida, pues no le viene bien el jaleo, para qué vamos a engañarnos, que yá hicieron sus barricadas en su día y lo de los demás se la trae al pairo.
Mientras tanto, el gobierno éste tan gobierno que tenemos, va mariconeando entre renovables, subidas del recibo de la luz por mor de la ecología, improvisando políticas energéticas y, como siempre, intentando quedar bien con Dios y con el Diablo.
Pero es que viene el 29 de septiembre, a la postre, huelga general, según dicen, y habrá que distraer un poco las cosas con los ruidosos mineros, que, por antonomasia, son escandalosos de por sí, aunque no cobren, o cobren prejubilaciones a la carta de la cuerda a la que pertenezcas.
Porque, por si no lo saben, a mí me lo han dicho, que yo no lo sé, las últimas listas de los admitidos en Hunosa meten miedo. Y no miedo por que sean feos, sino por que los apellidos son muy sonoros y conocidos y porque, al cabo de muy poco, según dicen, acabarán prejubilados con remanentes para vivir bien y no a costa de sus sacrificados padres, grandes luchadores siempre de las causas sindicales y sociales.
Pero si miran ustedes las listas de las empresas subvencionadas con fondos mineros igual también encuentran más de una coíncidencia. Pero son eso, coíncidencias, no vayan ustedes a pensar mal.
Que el franquismo se acabó pero el caciquismo no, y en esta patria de ladrones, vístanse unos de un color u otros de otro que da igual, que el chiringuito está para lo que está.
De la Policía Autonómica del Principado y de su proceso de selección no vamos a hablar, que la gente es muy malpensada.
En fin, despropósitos y latrocinios aparte, así estamos, con el insigne ZP dando lecciones en la ONU, con el codo apoyado en el atril como el que diserta en la barra de un bar, diciendo qué es lo que hay que hacer porque él sabe cómo hay que hacerlo.
El caso es que hay unas personas, unas familias, ellos y ellas, que diría Bibiana y otros que se apuntaron al carro, que no han cobrado por lo que han trabajado y eso no es de recibo. Otros que son sometidos al atraco mensual a base de decreto solidario y otros que, por desgracia, no cobran nada porque están en un curso de formación, pero no están parados, no se equivoquen, no me sean mal pensados.

MIERES PARA VIVIR, PARA ALQUILAR, MEJOR NO.

Si es que la vida; este río repleto de meandros, remolinos e inciertas corrientes; es así y así hay que gastarla pues es lo único que nos queda hasta que se nos enfríe el cielo de la boca y demos el último resoplido.
Y uno aprendió, o le enseñaron, o le dijeron, que era mejor comprar que alquilar, que alquilar era dinero tirado y, a la diferencia, pues al menos era tuyo, o del banco embargador, el catre sobre el que dormitas.
Y así parece que fue que surgió lo de la burbuja, no sólo por eso, pero también. Que las pompas salen del jabón pero también llevan agua.
Y así fue que los gobiernos, henchidos de amor patrio y del crecimiento económico a golpe de ladrillo y recalificación, pensaron, porque a veces piensan, que había que potenciar lo de los alquileres que, no fuera a ser que la cosa se desmoronara y tanto especular nos llevara al batacazo que nos ha llevado.
Pues uno, siendo propietario, mejor dicho, copropietario, tuvo que buscarse la vida y, en tanto en cuanto no encontrara incauto comprador para su copropiedad, tenía que alquilar de momento, por mor de la economía nacional en detrimento de la personal.
Y en esas anduvo y encontró, por esos recovecos de la internet, cosa harto útil para activar la economía, a la vez que cara, y vió un inmueble acorde con sus humildes aspiraciones a más de garantizada por una agencia estatal del alquiler.
Si hombre, eso que aquí se llama VIPASA y que, en teoría, sirve para fomentar el alquiler y garantizar a los propietarios el cobro y al inquilino un precio algo más ajustado.
Pues en esas andaba cuando marcó el teléfono de contacto para intentar el arrendamiento. Marque usted, marque, distintas opciones, 0, 1, 2, 3 y, sí, el 3 es el número a teclear si quiere usted contactar con el negociado de los alquileres.
Pues no, no existe, no están, no se ponen, hay música, mucha música y, tras algunos minutos, el tritono típico de que va a ser que no.
Marca uno otra opción, no vaya a ser que, aún siendo la administración, sea que no están, o están saturados, o lo que sea y se pone una amable funcionaria que manifiesta su voluntad irrenunciable a intentar pasarle con el susodicho negociado o chiringuito.
Pues que mire usted, que no me lo cogen, que están saturados y que, menos mal que hay buena voluntad, le cojo el teléfono y lo paso a quién corresponda para que se ponga en contacto con usted. Pues muchas gracias.
¿Ha recibido usted alguna llamada de VIPASA?. Pues nuestro protagonista tampoco.
Y si utilizo la web, que las administraciones están por la labor y tal. Pues eso, rellena uno el formulario, deja email, teléfono y talla de calzoncillos y hasta la fecha.
Pues eso, que si tiene usted un inmueble y pretende alquilarlo, pues que igual le recomendaba que no acudiera a los modernísimos y bienintencionados instrumentos que la administración pone a su disposición.
Vamos entonces por lo particular, que las inmobiliarias yá se sabe, y aparece alguien que dice que no quiere alquilar pero que, siendo uno quién es, o sea, nadie, pues que igual se lo enseña y se lo deja a buen precio. La cónyuge da uno inicial y el susodicho, a la hora de la muestra, asciende el tema unos cincuenta euros que, la dueña, su señora madre, le ha dicho eso, y uno dice pues vale, vamos a verlo. Y está amueblado y es estupendo y los armarios no tienen fondo, y las puertas pegatinas del Comando G o de los Gormitti, y el salón es un sofá y una mesa de televisión de cristal para olerle el bigote a Belén Esteban y dice uno, o piensa para sí que si esa es la oferta para las amistades que será para los enemigos.
Y el éxodo, la debacle, el errar de particular a particular, a amigo de particular, a recomendado, a no recomendado, a piso amueblado superviviente de un bombardeo de la sexta flota, etc., etc.
Y al final, acatemos el sistema, la inmobiliaria.
Más de lo mismo y de lo distinto, que si sí, que si no, y, al final, encuentra nuestro protagonista algo relativamente aceptable. Si por aceptable se entiende que en un pueblo como Mieres se pretenda cobrar por un apartamento de dos habitaciones 400 € de vellón. Pero claro, que se me olvidaba que Mieres es Mieres, para vivir, que dicen.
Y se traga, y se dice que sí, y se entregan fotocopias de carnét y se apalabran fianzas y demás zarandajas.
Yá puede uno vivir en Mieres, piensa para sí, iluso de él, y resulta que el de la inmobiliaria, indignado, avergonzado, etc., le llama y le dice que ahora, el insigne propietario, dice que no alquila, que no le viene bien, que igual tiene que traer a los ancianos (que acabarán sin duda en una residencia) y que no quiere gente estable, que mejor circenses, o trashumantes. Todo esto después de haber anunciado a bombo y platillo que uno yá tiene casa.
Pues nada, que eso, que Mieres para vivir, o no.

COMUNICADO

Como legítimo portavoz de la familia Mastuerzo, envío este comunicado a Radio Argelia que, si bien nos queda algo a desamano, tanto a nosotros, como al Ayuntamiento enemigo, queda mejor y viste mucho más dar los comunicados desde medios extranjeros.
El conflicto que se viene dando desde inmemoriables tiempos entre esta familia y la administración local de Villaquejida de la Divisa se ha prolongado yá en demasía.
La verdad es que sangre sí que corrió y no es menester que continuemos, por un lado los Mastuerzo, partiendo cabezas con la azada y, por otro, las fuerzas del orden, alguaciles municipales incluídos, deteniendo a nuestros parientes por sus legítimas acciones de defensa de la tierra usurpada por el insigne munícipe que nos gobierna.
Así que, como muestra de nuestro buen talante, hemos decidido, al menos temporalmente, dedicar los aperos de labranza a su misión original y no al descalabre del vecino.
En contrapartida esperamos que nuestros parientes sean acercados a la prisión provincial pa que sea más fácil llevarles tabaco.
Por otra parte, esperamos que el alcalde y demás organismos de la administración, levanten el veto a la candidatura municipal de nuestro abogado y sobrino, el Venancio que, si bien tardó veinte años en sacar la carrera, bien que nos ha defendido de las injusticias que venimos padeciendo desde el día aquél en que, ejerciendo derechos ancestrales, aparcelamos la finca que teníamos en usufructo y que el municipio pretende usurparnos.
Esperando que la corporación local aproveche la oportunidad que tan amablemente le brindamos y restablezca nuestros derechos, consiguiéndose así una paz efectiva y duradera cuyo logro podrá también atribuirse, en mejora de la deteriorada imagen que tiene tanto en el pueblo como en el resto de la provincia.
¡Vivan los Mastuerzo!