Otros pidieron perdón antes que usted y tampoco les creyeron aunque sus deslices se fueran diluyendo con el tiempo.
Tiene usted una oportunidad de oro, sin necesidad de darse golpes de pecho en público y luego dejar todo como está, para quitarse esa carga de conciencia que tanto le abruma.
Simplemente haga lo que tiene que hacer.
Disuelva los parlamentos, todos los que pueda, los ayuntamientos y diputaciones y convoque elecciones a todas las instituciones para las que tenga competencia de hacerlo, el resto deberían tomar ejemplo.
Disuelva este estado podrido y dimita. Deje a otros intentar encarrilar su malogrado partido y a ver qué pasa.
No le tenga miedo a la democracia, perder elecciones es sano de vez en cuando y nadie se ha muerto de derrota electoral. Usted es un vivo ejemplo de ello.
Sea patriota y mire al pueblo, mire la cara que se le ha quedado después de la última "sorpresa", e intente hacer algo por él dejándole ejercer su soberanía.
Porque usted es responsable, porque dirige un país en que la mangancia y la mordida se están institucionalizando. Porque en su partido le brotan imputados por todos los rincones, muchos de ellos habiendo gozado de su confianza. Porque usted es responsable de ser, cuando menos, un incompetente.
Puede que el pueblo se equivoque, de hecho así ha ocurrido en demasiadas ocasiones, pero es la única opción que nos queda si no queremos que se comiencen a legitimar otras vías mucho más tajantes y peligrosas para todos.