Ramírez y Antúnez se encontraban, francos de servicio, por supuesto, en el Bar del Irlandés. Este bar era de un tal Brian, un estudiante de arquitectura que vino a España con una beca Erasmus, la cual le sirvió para comprobar que le gustaba más el casticismo y la buena vida que dibujar edificios y calcular estructuras. Así que, en una de sus escapadas de exploración ibérica descubrió el pueblo al que me refiero en estas Crónicas y de cuyo nombre no quiero acordarme. Algo encontró en aquel remoto lugar de la España profunda que lo encandiló y decidió invertir sus ahorros en aquella cervecería que daba la oportunidad a los lugareños de conocer otras cervezas aparte de la nacional rubia de caña y cinco estrellas.
Le gustó el pueblo y le gustó Maruja, una de las mejores mozas de la comarca, con la que empezó un idilio sorteando las dificultades de una sociedad algo cerrada y un padre algo animal. Y es que a Crisanto, el policía municipal, el único que había, eso de que a su "tesoro" se la trajinara aquel pelirrojo con acento raro no le convencía lo más mínimo pero, no llegando la sangre al río, acabó dando su brazo a torcer, como no podía ser de otra forma.
Era un sitio tranquilo, donde se juntaba gente de todas las edades y con una ventaja sobre los otros establecimientos del ramo, aquello era como una isla de libertad ajena a los rumores y al catetismo plomizo de tan pequeña localidad.
Allí iban de vez en cuando nuestros dos acharolados amigos cuando les apetecía salir de la rutina diaria y olvidar uniformes y jerarquías, dándose a la bebida pausada y de grata conversación, sin excesos ni cantos regionales de por medio.
En esas estaban, los dos solos en la barra, en una charla intranscendental por completo, con el dueño del local, que solía, cuando no había mucho trajín, departir con aquellos dos hombres con los que, inexplicablemente, simpatizó desde un principio, a pesar de los prejuicios que tenía sobre toda fuerza policial y lo que había oído y leído de la historia del hispano cuerpo al que pertenecían.
Antúnez apuró su chupito de bourbon y dio un sorbo a la botella de cerveza doble malta antes de mirar a sus dos contertulios y plantear una pregunta completamente ajena a la conversación en la que estaban inmersos.
- ¿A quién cojones pensáis votar en estas elecciones?.
Ramírez y Brian se miraron con gesto resignado, estaba claro, el alcohol comenzaba a hacer el efecto acostumbrado en Antúnez, se ponía profundo y eso, llegado un punto, podía ser terrible.
- ¿Y a ti qué mas te da lo que votemos los demás, compañero?.- Le dijo su superior, aunque, en esos ratos de asueto dejaban como ya he dicho las jerarquías y volvían a ser los viejos amigos de siempre.
- No, si a mí me la trae bien floja, lo que ocurre es que igual me ilumináis y me dais una idea que me saque de la desorientación en la que me encuentro sumido.
- ¿No has sido siempre de derechas?, pues sigue en tu línea.
- Es cierto, siempre he sido de derechas pero la verdad es que no sé muy bien por qué. Soy un humilde currante y, en mis labores, lo que siempre ha hecho la derecha es utilizarme en su beneficio disfrazándolo con elogios y mucha fanfarria. "Somos gente de orden" suelen decir los muy cabrones, conociendo como conocemos el percal, Ramírez, ¿o no tengo razón?. Además, con la que está cayendo ahora, que nos están criminalizando e incluyendo en la trama negra esa que se han "inventao" ellos, y los periodistas esos rabiosos, Si es que, tras cuarenta años mandando, cuando les arrebatan el chiringuito, se ponen muy "cabreaos". Que España es un cortijo "pa" ellos.
- Pues vota otra opción.
- Ya, a la izquierda. Pues vamos a hacer unos panes con unas hostias. Éstos que se dicen de izquierdas nunca nos han querido, Ramírez, que usted y yo hemos vivido lo nuestro. Que ven el tricornio y se acuerdan de Franco, como si los tricornios los hubiera "inventao" Franco y no el Duque de Ahumada. Además, nosotros dos, como la mayoría, qué sabremos de Franco si cuando palmó estábamos en pantalón corto y nos vino de perlas el luto nacional "pa" no ir a la escuela. Ahora bien, estos "progres", en cuanto tienen algo de mando, coño, como que les venimos de perlas para sus intereses y bien que les gusta el taconazo y el saludito militar, como se crecen y pavonean pasando revista. El mismo perro con distinto collar, amigos míos, que este país es así Brian, que no sé como funcionará allá en tus verdes praderas, pero aquí lo que importa es coger poltrona y joderse los unos a los otros, y a los ciudadanos, una vez que te han "sacao" el voto, a joderlos más si cabe.
- Alguien honrado habrá, digo yo.- Dijo Brian arqueando las cejas al volver la mirada a Ramírez.
- Seguro que sí, hombre, - Siguió Antúnez dando otro sorbo a la cerveza.- Seguro que hay gente honrada, lo que pasa, mi pelirrojo amigo, es que vivimos una democracia formal, donde lo que manda es el "aparato" más que los individuos y todo se basa en la patraña o en las medias verdades, en la propaganda más que la información y toda la puta política es un estudio de mercado para venderte la moto, que luego se gripa en el primer viaje, y de contenidos y soluciones "na de na", Brian, por cierto, ¿Has visto "La vida de Brian"?.
- Vete a tomar por culo, Antúnez, que siempre estás con la misma canción, cabronazo.
- Bueno, Ramírez, mi queridísimo Cabo, oriéntame, colega, oriéntame, que tú estás más "preparao".
- La verdad, Antúnez, es que andas bastante "orientao", a pesar de las cervezas y el bourbon. Como decía Echanove en "Turno de Oficio", tienes un "pedete" lúcido, compañero.
- ¿Te acuerdas, querido amigo, y sin embargo compañero, de nuestras hazañas por el Pirineo navarro?.
- Brian, pon otra ronda que ésto va a peor.
- ¿Estás seguro?.
- Sí, hazme caso, que seguro que cambia de tema.
- Oye, Brian, ¿no te han dicho que debes mirar "el lado bueno de la vida"?
- Vete a la mierda Antúnez.
Al día siguiente, tras un par de pastillas efervescentes, Ramírez volvió a escribir.
2 comentarios :
"Pedete lúcido"...:-) me acuerdo de la serie....
Espero que sí deciden esos dos ir a votar, al menos estén serenos.:-)
Que luego las parientas....
Conste que ha gustado, pero me ha parecido poco claro el diálogo, en algunas frases no supe distinguir si hablaban Ramírez y Antúnez, o si Brian decía algo por el medio.. cuando no lo especifica claro
(palabrita: lgchxzqu)
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