OTRO IÑAKI

La bestia parda que amenaza con saña a todo el que se le enfrenta. Quien mató y anuncia volver a hacerlo desde la vitrina, jaula de cristal para el simio rabioso, se ha puesto en huelga de hambre. Que no come, dice, como ya dijera su tocayo y compañero de quinta que daba paseos por los jardines del hospital o cabalgaba a lomos de su yegua alazana pues el hambre, a falta de pan, buenas son tortas y un polvo hambriento es mejor que el hambre a secas.

Ahora lo ceban por prescripción judicial, que no se muera el pobre, que la vida, aún la de este becerro que promete muertes como el que firma pagarés, es sagrada y es mejor que viva enjaulado a que muera beatificado.

Lo peor es que se acerca marzo, con las urnas abiertas, y lo que ocurra con el energúmeno será argumento sobado para la confrontación electoralista pues todo vale con tal de mercadear votos. Él lo sabe, antecedentes habemus, y obra en consecuencia. Protagonismo mediático, judicial y político para ser objeto privilegiado del debate.

Se diluye, aún con esfuerzo, la conspiración de los trenes ensangrentados y ahora tenemos a este orangután para dar carnaza de saldo. Por mucho valor político que tenga la muerte o no del criminal, de llegar a producirse, sólo habrá una evidencia incontestable. Poco habrá perdido la especie humana.

1 comentario:

  1. Yo creo que lo de la huelga de hambre, lo hace para poder ayuntar con su novia en la ducha.

    A mi también me ha funcionado el truco.
    Lo que no he podido es rebajar del todo la barriga.

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