Por contar un sueño
soñado sin afán,
traicionero y casto,
pago penitencia.
Purgo lo infactible
y de lo factible
me exime la idiotez.
Soñar en secreto,
clandestino,
oculto tras la almohada
de los radares fríos
captadores de imágen
etérea y falsa,
detectores de anhelos
volátiles,
ajenos al dolo
y a la culpa.
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