Una controvertida figura política. Con evidentes connotaciones negativas en la gestión, reiterándose los tópicos y las lacras que distancian a los ciudadanos de quienes debieran representarlos.
Luego, un crimen atroz. El odio cerval y la venganza más primaria sin ningún trasfondo político. Balas con "V" de "vendetta".
Después la estampida en red de opiniones y exabruptos por parte de las jaurías hispanas.
Sí. Esas realas patrias que tanto ansían ser soltadas por sus amos.
Al mezquino no hay cosa que más le excite que la estética de la trincha y el fusil en bandolera. Unos con afán cruzado y otros, evangelizadores revolucionarios.
Y twitter es la barricada a falta de otros arsenales.
Se desbarra y desvaría y se contrarresta la ignominia con torpes exabruptos de patán de bodega.
Una tragedia griega, un cadáver, dos vengadoras, y el resto mezclando churras con merinas.
Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid sacamos las trinchas, las camisas remangadas y los himnos con sabor a tocino rancio, dispuestos a otra balacera.
Quizá no merezcamos más que eso. Lo que mejor hacemos desde siglos. Trincheras y paredones o una buena letrina donde enterrar nuestra miseria.
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