Mucho progresista de pasquín, "nacionalistos" aparte, verá el pacto PSE-PP como una alianza anti-natura, una aberración política con un único fin, españolizar o deskosovarizar.
Y serán los mismos que no veían aberrante a un partido de izquierdas formando parte de un tripartito de derechas, cuya mayor dedicación fue poner en solfa la integridad del Estado.
Viendo la política nacional, con sus trajes, sus linces, sus retiradas de Kosovo, su guerra de Irak, sus cadáveres militares renombrados, etc., etc., puede que se haga difícil entender un pacto en la Comunidad Autónoma Vasca.
Pero si contextualizamos, algo que está muy de moda en las últimas décadas, es más que lógico, "es justo y necesario, es nuestro deber y salvación", que diría alguien con un lazo blanco sobre un hábito de nazareno, un pacto constitucionalista.
Bajar de la burra al PNV, cuyos dirigentes se consideran los únicos legitimados, por el ADN y la historia, para gobernar el cortijo a golpe de txalaparta, es una prioridad sanitaria para intentar devolver la salud mental a una sociedad esquizofrénica.
Puede que se empiece a desterrar de las calles el imaginario del martirilogio penitenciario de los que, antes que presos, han sido y son asesinos viles.
Puede que los familiares de los mártires dejen de viajar a gastos pagos y les sea más incómodo dejarse adoctrinar por el vaticano batasuno.
Puede que mucha gente pierda el miedo a respirar, a hablar, a discutir de política en los bares sin mirar con recelo alrededor.
Puede que la Ertzaintza, cuyos especialistas en policía científica y en desactivación de explosivos se forman hasta ahora en el Reino Unido, para sorpresa de los propios británicos que conocen la más que probada reputación de los criminólogos y desactivadores españoles, comience a compartir información y tengan sus miembros mayor libertad de acción a la hora de garantizar la seguridad ciudadana.
No gobernará el PP, que lo hará Patxi López, y el pacto con aquellos le hará descartar tentadores escarceos con Ibarretxe, por mucho que a ZP le convengan los apoyos puntuales de Erkoreka, teniendo el patio parlamentario como lo tiene.
Por culpa de la situación actual, en lo que a apoyos parlamentarios se refiere, el PSOE rechazó una moción para equiparar los salarios de Policía y Guardia Civil a las policías autonómicas y, de acuerdo con ERC, lo que hizo fue equiparar la edad de jubilación de los Mossos. Seguirán cobrando más y se jubilarán a la vez pero con más dinero.
Tras esta última desfachatez, no les extrañe una huelga policial, a imagen y semejanza de la judicial, con la diferencia de que ésta última fue de un poder del Estado, y fue consentida, y la otra es de unos trabajadores a los que no se les consiente la misma y, si dan el paso, se exponen a la represión Rubalcabiana, régimen disciplinario mediante.
Trabajadores éstos que, razonablemente, sólo piden un acuerdo a cumplir para cuando mejore la situación económica. Siendo la situación económica la que más trabajo duro les va a proporcionar, no lo duden.
Y ahí queda eso, que me estaba relajando mucho últimamente.
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