Es una noche rara, muy rara. Cuánto daría por un Passport con cola y un ducados pero, el último garito clandestino que conocía, fue precintado ayer. Podría hacer botellón en el botellódromo municipal pero, qué quieren que les diga, la media de edad y el no poder fumar un cigarrito me retienen bastante.
De las farolas cuelgan multitud de detectores de nicotina que activan las cámaras a la menor voluta.
Los autobuses siguen expeliendo Co2 pero, claro, la economía mundial depende aun del consumo de combustibles fósiles aunque rebajados con biodiesel extraído de cereales que alimentarían millones de personas que siguen hambrientas.
Hay días, cuando llevo a mi hija al cine; a ver la película doblada en la lengua vernácula de la autonomía en que nos toca vivir cada tres meses, por aquello de la movilidad laboral impuesta en el último pacto social; en que ella recuerda las hamburguesas, por fin retiradas por sanidad, siendo sustituídas por unos amasijos de soja, tan sana. A mí, lo que en realidad me molestó, fue la retirada del chuletón de buey y del pestorejo. Pero todo sea por la salud pública.
Hoy mi calle amaneció empapelada con carteles de José Tomás. Estos peligrosos terroristas del Grupo de Resistencia Taurina no se rinden.
También detuvieron a un grupo que pretendía sacar a un santo en procesión, y es que la ley de laicismo, que tanto yo defendía, se ha salido un poco de madre y los antiguos polígonos industriales están llenos de naves sin rotular en las que se celebran los cultos de las distintas confesiones, pero cerrados a cal y canto y con los fieles debidamente censados. Y es que a mí, desde el ateísmo, me gustaban las saetas y el olor a cirio, no se, será algo atávico que no puedo racionalizar desde mi progresía.
Iba a sacar la moto mañana pero, mejor no, estoy harto de cambiar embragues y juntas de culata por los calentones en primera y yo, que soy un clásico en eso de las ruedas, por lo de los scooters eléctricos no paso.
Mañana hay elecciones. Ahora son más sencillas, sólo tienes que apoyar el índice derecho en un botón de tu ordenador, el rojo o el azul, del resto ya se encargan los partidos en alternancia. En alguna autonomía tienen más botones pero siempre usan los mismos, los que tienen peso para dirigir al gobierno entrante y así conseguir mejoras para sus territorios.
Es una noche rara, mi carné del paro por un cubata.
1 comentario :
Le veo de un optimismo...
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