Las instituciones están investigando los posibles excesos de la Policía en los últimos sucesos de Sol, los sindicatos policiales reconocen excesos y reclaman el esclarecimiento y a buen seguro que el contundente peso del régimen disciplinario y de la acción judicial caerá sobre los interesados.
Esto debería consolar a los inconsolables pero no, en la deriva anarcoide que están tomando tanto los que en principio se movilizaban de manera justa y pacífica, cómo el apoyo interesado y demagógico de los medios de comunicación y la pasividad electoralista de nuestros políticos, ahora surgen en las redes sociales unos engendros a modo de tribunales populares, o sea, comités de linchamiento, dónde se difunden masivamente las imágenes de los rostros de los agentes supuestamente implicados.
Pronto publicarán, si no lo han echo yá, los datos personales de los mismos, los cuales, a parte de la sanción que se les imponga a nivel administrativo y judicial, tendrán que acabar mudándose y escondiéndose para evitar a grupúsculos de indignados profesionales.
Esas páginas, por supuesto, sirven de plataforma para todo tipo de soflamas violentas de todo el abanico radical. Y eso no es democracia.
Eso es menos democracia que la deficitaria que tenemos ahora.
Porque democracia es también respetar las leyes, también esas en las que se regulan los derechos de reunión y manifestación, acatar las órdenes legítimas de la policía cuando ésta está interviniendo, no increpar, no provocar reacciones en los demás en contra de los actuantes, etc.
No todo vale y, si eso es lo que se pretende, menudo porvenir nos espera conociendo la historia cainita de este país tan dado a la masacre.
2 comentarios :
Pues no. No vale. No valen los linchamientos, ni publicar fotos ni datos de los... "acusados". No vale para nadie.
Así que de acuerdo.
Eso sí, hoy por hoy creo que algunos (*algunos*) profesionales de los palos gozan de una impunidad inaceptable. Y eso sí hay que cambiarlo. Porque ocurre, vaya que sí.
En todo caso, sin descalificaciones globales, y esforzándose por separar la paja del grano.
Un uniforme no dignifica a quien lo lleva. Es este y aquellos a quien representa, los que dignifican ese uniforme.
La diferencia del porque en Alemania dimite el Ministro de Defensa por descubrirse que copió el 20% de su tesis doctoral y aquí, en España, tenemos que ver como hacen ministro de interior al Sr Camacho, no esta en la falta de dignidad de nuestra casta política, si no en que los ciudadanos alemanes no consentirían otro modo de actuar a su gobierno y los españoles si se lo hemos consentido al nuestro.
La corrupción, no sólo es meter la mano en el cajón de todos y llevartelo. Tambien es corrupción incumplir las leyes para favorecer a unos y, por tanto, perjudicar a otros.
El 14 de mayo de 2011, el Gobierno no consentía a las Victimas del Terrorismo una manifestación en Burgos, por contra, el 22 de mayo de 2011, a los “Indignados” el Gobierno les consentía incumplir una sentencia del Tribunal Constitucional (la Constitución es la única ley que tiene como objetivo protegernos a los ciudadanos del Poder y sus abusos).
Si ahora sabemos, denunciado por los mismos policias, que el actual gobierno, corrupto, les impedía hacer que se cumpliera la ley en los casos que a los políticos les convenía; ellos, los policías, son los realmente “indignados”, pues su dignidad se la han quitado los político que les ordenan y los ciudadanos que se lo consienten a estos.
Los políticos, sólo son un reflejo de los ciudadanos a los que representan. Somos los ciudadanos los que tenemos que cambiar. Si nosotros somos indignos, nuestros políticos también lo serán.
Un Oyente de Federico
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