A PROPÓSITO DE HUGO

Nunca fui amigo de mesianismos ni mitificaciones. El ser humano es un animal imperfecto, como casi todos, aunque esté en la cumbre de la evolución y quizá por eso mismo, tanta evolución no sólo trae mejoras sino que también la sofisticación de la maquinaria es más propensa a los errores. Los liderazgos y el carisma no vienen dados por gracia divina sino que se desarrollan en un contexto.
Históricamente hablando, siempre desde mi humilde punto de vista, Chávez fue un personaje necesario. El revulsivo que América Latina necesitaba para intentar salir de la tradición de gobiernos homicidas, clientelistas y corruptos. No, no era un dictador, digan lo que digan algunos, ganaba elecciones. Eso tampoco lo convierte en un demócrata pues su idea de democracia dista bastante de la occidental y no creo que fuera uno de los principios regidores de su actuación como gobernante. El ramalazo autoritario y las amistades internacionales que cultivaba son una muestra de ello.
Socialmente las mejoras son innegables y aunque sólo sea por la disminución de la pobreza su etapa mereció la pena.
Personajes como Chávez, o el mismo Castro, con sus luces y sus sombras, son figuras indispensables para convulsionar los engranajes de una maquinaria política injusta y antisocial, heredada del Imperio Hispano. Allá donde estuvimos como colonizadores dejamos la impronta de la corrupción como sistema administrativo.
Por otra parte, mientras en ciertos paises se evoluciona en el terreno social, en el Occidente rico no hacemos más que retroceder y el empobrecimiento de la población es más que sangrante.
Sus coqueteos con el terrorismo internacional, ETA incluída, no le hacen ser un personaje que vaya a gozar de mi simpatía.
Ahora bien, ni el demonio en el que la derecha reaccionaria le quiere convertir, ni la leyenda de póster y camiseta en que lo quiere convertir la izquierda. Muchos peregrinarán a ver el cadáver embalsamado lo mismo que otros van a la Meca o vienen a ver al Apóstol. Parece que necesitamos santos, héroes, mártires, mitos, como el comer.
Tengamos un poco de medida.

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