Uno escribe versos, con mayor o menor tino, pero como no vive de ello se permite ciertos excesos y, como a mí me gusta llamarlos, desvaríos.
Muchos son terapia para asimilar esta vida compleja, otros, simplemente, juegos o travesuras.
Algunos pueden referirse a gente, como no, pero nadie puede atribuírse la condición de destinatario así, sin que conste en el texto o sin que se le remita a dirección física o virtual alguna.
Y hay gente que sufre manía persecutoria, afán de protagonismo, egolatría, o, simplemente, que se hace ilusiones sobre no sé qué cosas y se permite ir a investigarme a mis círculos, haciendo veladas pseudoacusaciones infundadas sobre supuestas referencias a su persona.
Podría una Lucía denunciar a Serrat por acoso poético o una Yolanda a Pablo Milanés, atribuyéndose la dedicatoria y , sin pretender equipararme a ellos, en estos casos salen nombres, lo cual no sucede en mis ripios.
Esto ocurrió hace tiempo pero me enteré hoy, y me río, me río de la estupidez humana y de la afectación empalagosa de la que mucha gente hace gala.
Si alguien se quiere ver reflejado que lo haga, no le cobraré por ello, pero no haga el imbécil.
Seguiré escribiendo a mi manera, a mi modo, fabulando o no, y critíquenme, que se agradece, insulten si quieren, pero no se crean el centro del Universo que, en estos casos, suele derivar en agujero negro.
Por supuesto me reservo el derecho al exterminio virtual de cierta gente de mis redes sociales.
Sean felices y no jodan, en el mal sentido del verbo, jodan bien de la otra forma y se librarán de ciertos espejismos.
Otro aviso a navegantes.
Muchos son terapia para asimilar esta vida compleja, otros, simplemente, juegos o travesuras.
Algunos pueden referirse a gente, como no, pero nadie puede atribuírse la condición de destinatario así, sin que conste en el texto o sin que se le remita a dirección física o virtual alguna.
Y hay gente que sufre manía persecutoria, afán de protagonismo, egolatría, o, simplemente, que se hace ilusiones sobre no sé qué cosas y se permite ir a investigarme a mis círculos, haciendo veladas pseudoacusaciones infundadas sobre supuestas referencias a su persona.
Podría una Lucía denunciar a Serrat por acoso poético o una Yolanda a Pablo Milanés, atribuyéndose la dedicatoria y , sin pretender equipararme a ellos, en estos casos salen nombres, lo cual no sucede en mis ripios.
Esto ocurrió hace tiempo pero me enteré hoy, y me río, me río de la estupidez humana y de la afectación empalagosa de la que mucha gente hace gala.
Si alguien se quiere ver reflejado que lo haga, no le cobraré por ello, pero no haga el imbécil.
Seguiré escribiendo a mi manera, a mi modo, fabulando o no, y critíquenme, que se agradece, insulten si quieren, pero no se crean el centro del Universo que, en estos casos, suele derivar en agujero negro.
Por supuesto me reservo el derecho al exterminio virtual de cierta gente de mis redes sociales.
Sean felices y no jodan, en el mal sentido del verbo, jodan bien de la otra forma y se librarán de ciertos espejismos.
Otro aviso a navegantes.
1 comentario :
jijijijijiji, mas alto se podrá decir pero más claro imposible, tu tranquilo que el tiempo pone a cada uno en su lugar, y tu sigue asi que vales muchisimo un besin de esta asturiana, que le encanta como eres y como escribes .
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