EL MALDITO CAPITALISMO

 Uno, que se consideró siempre progresista en lo ideológico, aunque igual no, yo que sé, que en estas cosas suele ser la gente de fuera la que sabe más de uno que uno mismo, pues va un día, y, como quien no quiere la cosa y como llega tarde a toda modernidad, hace una compra por internet. Como es desconfiado de propio, pues lo hace en una plataforma que parece ofrecer cierta fiabilidad y todavía no se había convertido, por lo que uno pudo ver luego, en un monstruo enemigo de las clases desvaforecidas. 

El caso es que uno compra y obtiene lo comprado. Hasta ahí como en el comercio como Dios manda, el de toda la vida, el cercano y "solidario" ¿o no? 

Pero uno va sucumbiendo porque le gustan las cosas raras  y sigue comprando tonterías. Consumismo friki y colaboracionista y obtiene un buen servicio. Es más, cuando algo sale mal se le resuelve de manera casi instantánea con devolución en metálico y sin cheques regalo. Qué cosas.

Miren ustedes si será ladino el monstruo que te ofrece un día que con una suscripción anual, aparte de darte tu producto por tu compra, te lo dan al día siguiente con envío gratis  y a muy buenos precios en la mayoría de los casos. Joder, vaya mierda. 

No conformándose con eso, van y te dan una plataforma de cine y series en streaming de calidad, muchas de producción propia. Un servicio musical análogo que, para el que no consume por narices las últimas novedades, ni por narices ni por asomo, le es más que satisfactoria para sus necesidades y gustos. 

Pero no piensen que se iban a limitar a eso para hacerme sucumbir. El Satán de los algoritmos sabe como hacerlo. 

El que suscribe, adicto a las aficiones; perversión capitalista, supongo, hizo muchas fotos con pretensiones, como la mayoría de los fotógrafos aficionados, y tiene varios discos duros con archivos de mucho peso en megas pero poco en artístico. Archivos que quiere conservar, no se sabe nunca muy bien por qué. Bueno, pues el gigante devora sociedades le regala espacio ilimitado para sus archivos gráficos, archivos que le devuelve si quiere hasta clasificados por caras y lugares. 

Y aquí estoy, llorando como una magdalena, en una crisis ideológica y de conciencia de la que no se sabe muy bien como voy a salir tras haber descubierto de que estoy rozando lo criminal con tan vil colaboracionismo.

Ruego que no se ofrezca nadie a ayudarme con sus poderosos argumentos. Bien lo agradezco pero quiero ser yo mismo el que encuentre la redención por sus medios.

No hay comentarios :