¿A quién le importan los trajes, las "Correas", los espías, etc.?. ¿Quién se preocupa de los polvos furtivos de Berlusconi y el uso que hace de los aviones gubernamentales?.
Está claro que a nadie. Es más, yo diría que, viendo los resultados electorales, más bien al contrario. El votante ha dicho "Quién pudiera".
La crisis está ahí, y la gestión de la misma también. El ciudadano europeo no se fía de la social democracia para gestionar sus bolsillos cuando la cosa está achuchada.
Las medidas sociales, más gestos que efectividad; el intercalar píldoras "after night", forzar una ley del aborto a la carrera, prometer ordenadores portátiles para nuestros hijos, etc., puede resultar efectista pero el que está a punto de quedarse en la calle por no poder hacer frente a su hipoteca tiene otros objetivos y preocupaciones.
Que puede que la derecha sea inmoral, reaccionaria, confesional y, en muchos casos, corrupta. Da igual si gestiona bien los dineros y el pueblo es, por lo general, bastante "tripero".
Una campaña zafia, de acoso y derribo, basada en los escándalos contrarios más que en las propuestas propias, con torpes manipulaciones de declaraciones públicas, no ha hecho más que reforzar al contrario.
Mariano está que se sale. Está que se sale con respecto a sus adversarios externos y a los internos pues, quién lo iba a decir, ha visto respaldada por los ciudadanos su forma de hacer las cosas, le pese a Losantos, Pedro J., Aguirre, etc.
Que a Camps le regalen trajes está claro que se la trae al pairo a la mayoría. "Ojalá me los regalaran a mí", dirá más de uno y, lo más triste, "si yo pudiera también trincaba, qué coño".
O estamos a lo que estamos o no estamos. Y ahí está Rosita La Fantástica que, toma ya, saca escaño porque el indeciso, el no militante, el votante llano al fin y al cabo, está hasta los cojones de los duelos al sol, de los aparatajes, de las guerras mediáticas, etc.
La otra izquierda, la "Unida", ahí sigue, renqueando y los nacionalistas sin grandes variaciones.
Sastre no irá a Bruselas y, en consecuencia, Otegi tampoco, por mucho que desde distintos sectores radicales de las izquierdas patrias se pidiera el voto para la "Iniciativa".
Será cuestión de márketing, de desencanto, o de lo que ustedes quieran pero, cuando el cinturón se aprieta, el ciudadano medio se arrima al pragmatismo neoconservador más que al "buenismo" maquillado de las múltiples izquierdas.
En tiempos de bonanza, vale, reparta usted con los desfavorecidos y regale píldoras a granel, pero cuando andamos achuchados, no me joda, de lo que me quite directamente, quíteme menos, de lo que me quita indirectamente da igual, róbeme si quiere pero no a las claras.
El teórico fracaso del capitalismo no ha sido aprovechado por la izquierda, perdón, las izquierdas.
Hay tantas izquierdas como ideólogos progresistas y, permítanme mi pesimista análisis, son más irreconciliables entre ellas que con el enemigo.
1 comentario :
Hay tantas izquierdas como ideólogos progresistas y, permítanme mi pesimista análisis, son más irreconciliables entre ellas que con el enemigo.
Pesimista pero difícilmente más certero en las dos cosas, diría yo.
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