ALGO PERSONAL



Quizá no me crean ustedes si les digo que en esta Villa, en la de Mieres, siguen existiendo personajillos que yá los quisiera Berlanga para alguna de sus obras maestras. 
Fina estampa, caballero, caballero de fina estampa, pero no un lucero sino un saco de mierda rematado con pañuelo de seda al cuello. 
Hay quién culpa a la bebida de sus desmanes pero no es cierto pues, si bien la bebida a veces puede alterar a uno, hay gente que lo que hace es envenenar lo que bebe para luego vomitar sus miasmas sobre el prójimo, prójimo éste que suele ser el más débil. 
Pasado glorioso de Armada española y otros cuerpos cuyos uniformes siempre deshonró, pasado con el que diserta y aburre a cuanta parroquia se cruza en su camino. 
Triste presente de patético funcionario con galones a quién se ha escondido en una covacha por mor de evitar  males mayores para la reputación colectiva. 
Pero los patéticos son así y recorren los chigres locales con fanfarronería insultante, "faltosos" empedernidos que no dudan en humillar y amedrentar a gentes que no suelen poder defenderse. 
Uno, que, como ya saben muchos de ustedes, es incorregible, intentó en más de una ocasión reconducir por las buenas los desmanes de nuestro protagonista, todo ello en nombre de cierta camaradería que suele traer más perjuicio que beneficio, sobre todo en este tipo de casos. Y no negaré que algún pequeño éxito obtuve pues el individuo, a pesar de todo, respeta en cierta medida la sinceridad pura  y dura. Todo ello a costa de que alguna vez me intentara someter apelando a jerarquías que de nada valen cuando se está en una barra achicando a discrección.
Pero los éxitos son efímeros con esta gentuza y, desde ayer tarde, renuncio solemnemente a cualquier gesto apaciguador con el ilustre caballero. 
Porque uno acaba también perdiendo los papeles y las bilis le rebosan ante tanta mezquindad y, llegado un punto, no puede  hacer oídos sordos a las provocaciones del "señorito" y, tengo que reconocerlo, tiene uno cierto bagaje como para asumir los gratuitos ofrecimientos de hostias que tan gentilmente se le hacen. 
Sí, hay algo personal, y seguro que no soy el único pero quizá si sea de los pocos que no callan. Y digo pocos porque, conociendo a los asturianos, me resulta extraño que siga por ahí con la cara intacta. 
Jubílese, caballero, y deje de ampararse en un cargo que no es suyo, sino del pueblo al que usted desprecia. Que se acabaron los tiempos de los amos y los sicarios y el respeto lo merecemos todos, seamos lo que seamos, el miedo es otra cosa, pero el miedo suele tener menos duración, que todo se acaba. 
Sí, ahora sí, entre usted y yo hay algo personal. 

LA MINA DE LOS FAMOSOS y MIRA QUIÉN SILBA

El drama se solventó con éxito. Los mineros están a salvo y Chile y el resto del mundo todos contentos. No es para menos.
Pero antes de que a Endemol se le ocurra quiero registrar una idea antes de que me la roben.
Viendo el fenómeno mediático del drama televisado, qué menos que patentar un nuevo "Reality" de los que harán historia.
"La Mina de los Famosos".
Por un lado reactivamos las Cuencas Mineras, a las que muy negro futuro se les augura, y no negro de carbón, precisamente y podemos usar los pozos cerrados y los que quedan por cerrar como estupendos platós de televisión sin necesidad de desplazarnos al Caribe.
Imagínense a la "Princesa del Pueblo", creo que voy a vomitar, a varios participantes de otros experimentos sociológicos tipo "Gran Hermano", al Conde Lecquio, a algún "friki" folklórico y popular, a alguna miss en desuso, etc., todos ellos en las galerías del Pozo Barredo, Nicolasa, etc., rampleando carbón, entibando, posteando, barrenando, picando, etc.
Sesenta y nueve días bajo tierra pero, voluntariamente, por mor de la fama y el dinerito fresco que conlleva.
Como premio a los mejores concursantes les daría una prejubilación. Que es injusto, me dirá alguien, puede, pero y lo que salimos ganando si a cambio desaparecen de nuestras pantallas y de los atiborrados quioscos.
Porque todo se televisa, la tragedia, la resolución de la misma, las emociones, la vida íntima de los atrapados, etc.. Todo vale por mor de la libertad de expresión.
La libertad de expresión de, por ejemplo, las acémilas a las que se les llena la boca de España mientras rebuznan sin respeto alguno por quién ha dado su vida representándola por esos mundos.
Porque se aplaude el vandalismo por parte de los que se dicen "de orden" y los símbolos que deberían unirnos sólo lo hacen en el fútbol.
También hay abanderados con diarreas extemporáneas mientras etarras reconocidos ocupan cargos públicos en "democracias" indiscutidas por lo progre.
Y abuchear es bueno, y relaja, que uno no se la coje con papel de fumar, pero hay momentos, movilizaciones, otros eventos, distintos a algunos en los que debiera primar la educación, el respeto y el civismo.
Rectifico, abuchear no es bueno, aunque relaje, y hasta Zapatero merece estar en un acto oficial sin que le rechinen los oídos, lo mismo que el cansino de Aznar puede conferenciar por ahí sin que se lo reviente nadie, al que no le guste que no vaya y punto. Tengamos educación, cultura democrática y usemos para la rabieta los instrumentos y mecanismos de los que gozamos.
Fijémonos en Chile, por ejemplo, para algunas cosas.