Epístola para antes de Navidad.

Desde la ignorancia de si a Vuesa Excelencia llegará esta misiva, ejerzo la osadía de enviárosla desde mi humilde condición y puesto de servidor de este Estado del que Vuesa Gracia es, a día de hoy, máximo regidor.
Mi condición humilde no sólo se debe a la humildad desde la que se debe cumplir el servicio que se da al pueblo; soberano y pagador de nuestras soldadas; sino que, tanto bajo vuestro mandato, como el de vuestros antecesores, se ha procurado, con lo que pudiera parecer verdadero ahínco y dedicación ferviente, aligerar los emolumentos que, en justicia, deberían haber correspondido, tanto al suscriptor de estos párrafos, como al resto de gentes cuya labor se desarrolla bajo la administración del Reino, en tareas diversas y quizá de mayor enjundia que la que uno ejerce, como pudieran citarse: La cura y cuidado de enfermos, la recaudación de impuestos, la sofocación de incendios y otros desastres, la formación cultural y ética de nuestras mocedades, etc., etc.
De mis menesteres, teniéndome ya en consideración de veterano, sólo citarle que mi principal función fue la protección del pueblo y la estructura estatal, dando seguridad y cobertura contra bellacos, asesinos, contrabandistas, rateros, burladores y otros surtidos malandrines, labor en la que a día de hoy persisto, hasta que; quién ostente la dignidad que ahora le ampara, decida tener a bien darme edad para el retiro.
Allá por el año 89 del anterior siglo, comencé mi andadura en tierras, no hostiles en sí, pero dónde representar al Estado costaba, en número y enjundia, la vida con relativa facilidad. Corren tiempos nuevos y parece olvidarse que la sangre regaba, más a menudo de lo nunca tolerable, las calles más grises ante miradas indolentes e impasibles. Hoy en día vemos, no sin afección, como abandonan los presidios aquellos desalmados que no dudaban en descerrajar su arma contra compañeros y amigos, de forma cobarde y vil.
No crea Vuesa Merced, leído lo anterior, que deseo hacer autobiografía y loa de mi persona, pues no es esa la causa de estas torpes letras.
De lo que sí quisiera daros traslado, sin haber en mi ánimo el mínimo afán de causaros disturbio, es de la profunda aflicción y vergüenza que invade mi mente; que no mi alma, que uno se sabe, por razón y descreimiento, carente de ella; asistiendo al cúmulo de entuertos y despropósitos que acontecen a cada poco en esta tierra que, por propia, siente uno en la encarnadura.
Difícil tarea debe ser dar gobierno a este país cainita y pendenciero. No cabe duda en mí a tal respecto, que algo estudié y leí sobre nuestras glorias y miserias como pueblo.
No obsta nuestra peculiar forma de ser para que merezcamos algo mejor de lo que se nos ofrece hasta la fecha y, quizá así, podamos volver a ser el gran país que, siempre a ramalazos, llegamos a ser en contadas ocasiones.
Sucede que, mientras a la gente honrada se la empobrece; volviendo el fantasma de la necesidad a nuestros techos, y mucho más a los que se despoja de los mismos; y todo ello justificado por un disloque en las economías de la usura que rigen este mundo infecto; se comienzan a destapar las cloacas y se desbordan las judicaturas de casos de latrocinio y mordida, de jugosos beneficios para los infractores, dando al menos la sensación de que era norma el saqueo del erario o, cuando menos, el despilfarro del mismo.
El nepotismo, las transacciones oscuras y abultadas, la evasión de dineros y la burla al fisco, etc., etc., sirvieron para engordar arcas particulares o de grupos políticos, burgueses y gremiales, a la vez que se exigía a los humildes la penitencia por los pecados ajenos.
Y este proceder, como bien sabréis, Excelencia, acaba por enrabietar a la plebe que, aun incurriendo en ignorancia y patanería en muchos casos, acaba por no ser tan tonta como desde la Corte se le cataloga y fomenta.
Cuando se asiste de continuo al bochornoso espectáculo de verse representado por una ingente cantidad de gente incursa en procedimiento judicial, acábase pasando de la desidia a la mala baba, aparte de los efectos que la falta de ejemplaridad puede provocar.
De nada le valdrá el intento de adormecimiento mediante lides deportivas u otros entretenimientos más embrutecedores cuando uno, tentándose la bolsa a cada poco, nota el raquitismo de la misma y las dificultades para estirarse hasta el próximo día de cobranza.
Ruego me permitáis ofreceros como un consejo, humilde desde la osadía, que piséis nuestras callejas, oigáis los mentideros y meditéis sobre lo oído. Quizá así, liberándoos de inercias y otras viciadas querencias, iluminéis vuestro sentido y procedáis como más en conveniencia venga a quién servís. Pues quizá sea esa nuestra única coincidencia, en a quién servimos y a quién nos debemos.
Podría invitaros a que marchéis en retirada y vos podríais contestarme que le legitiman los votos, mas un humilde servidor podría recordarle que sus cláusulas del contrato están casi todas por cumplir. Por todo ello y por prudencia, como procede en mi situación, no voy a incurrir en tal insolencia.
Sin más, esperando perdonéis mi atrevimiento, no voy a desearos un feliz transcurso de las celebraciones navideñas, pues ese deseo lo destino a quien de verdad lo merece y más dificultades tiene para alcanzarlo.
Atentamente,

Un humilde servidor y osado majadero.

INTERÉS INFORMATIVO.

Estamos ahora inmersos en el torbellino de informaciones en torno a la muerte de un señor, de cuyo nombre no quiero acordarme, el cuál se había desplazado, en unión a otros especímenes de similar calaña, de forma oculta y usando todos los medios para despistar a la policía, a un lugar en el que iba a celebrarse algo tan trascendental como un partido de fútbol, con la "sana" intención de intercambiar hostias, palos y navajazos con otro grupo igual de bestia.
Que si la policía sabía, que si debía de saber, que si se hizo poco, que estas cosas hay que preverlas, que si la abuela fuma, que si un amigo o familiar, el cual luce estilismo de chándal en un funeral, le pegó a un cámara de Telecinco, etc., etc.
Eso sí, minutos de silencio y todo.
Pasarán quince días y seguiremos viendo a directivos de clubes rasgándose las vestiduras, que si expulsan, que si no expulsan, que si castigan una temporada, que si les quitamos las banderolas pero los dejamos berrear, bueno, lo normal en las concentraciones de borregos.
Hace unos días, en una calle de Vigo, dos personas honradas, servidores públicos, se enfrentaron a un delincuente armado, el cual acabó con la vida de Vanesa, de cuyo nombre no quiero olvidarme, y casi se lleva por delante a Vicente, al cual deseo la más pronta recuperación. Dos días de titular, un poco de polémica por las impresentables medidas de autoprotección con las que cuentan nuestros policías en las calles, y poco más. Un minuto de silencio vulnerado por las mismas acémilas que están ahora en el centro del huracán de titulares.
Desde el debido respeto me veo obligado a decir que tengo más visto el desagradable careto del finado en aguas fluviales que la imagen de la compañera que murió sirviendo a los demás.
Quizá tenga que ser así. No seré yo quién enmiende la plana al cuarto poder. Quizá se limite a ser reflejo de la sociedad a la que pretende informar.
Éste post me lo inspiró un amigo en el Facebook, el cual lo hacía de una forma más contundente y gruesa, visceral, y quizá más sincera.
Éstos son los tiempos que corren y hasta para el reconocimiento y el interés informativo existen graduaciones. 

Concurso Fotográfico



La Agrupación Fotográfica Semeya y la Organización del Primer Encuentro Regional de Empresas Sostenibles organizan el primer concurso fotográfico "ERES Asturias, objetivo la sostenibilidad" cuyas bases se pueden descargar en el siguiente enlace.

España, Europa, Mundo civilizado, año 2014 de nuestra era.

Una tonadillera trágica, viuda de torero corneado, madre de un caradura descerebrado y vago como un koala, entra en prisión por blanquear dinero en compañía de un alcalde corrupto, ex camarero, heredero del más patán de los caciques, que aparte de hacerse dueño de la Costa del Sol, tuvo hasta un programa de televisión en donde exhibía sus indecentes carnes en remojo, rodeado de turgentes carnes en biquini.
Mientras tanto, la plebe fervorosa y sumisa, hace largas colas para venerar el añejo cadáver de la aristocracia más aristocrática de la historia de Occidente.
Para variar, se conocen nuevos datos sobre tramas de sotanas lascivas ejerciendo atrocidades sobre inocentes criaturas, entregadas por ignorantes padres a la protección de la Santa Madre Iglesia.
En otro orden de cosas, corrupción, comisiones, cursos de formación virtuales, querellas y consultas, independentismo, federalismo, casta, líder anticasta, campaña de la casta contra el líder anticasta, y la vida continúa en este país extraño, en tiempos raros, muy raros para mi gusto.

No nos pida perdón.

No, no nos pida perdón, Señor Presidente. El perdón es un concepto asociado al pecado y su absolución. Nadie le va a absolver.
Otros pidieron perdón antes que usted y tampoco les creyeron aunque sus deslices se fueran diluyendo con el tiempo.
Tiene usted una oportunidad de oro, sin necesidad de darse golpes de pecho en público y luego dejar todo como está, para quitarse esa carga de conciencia que tanto le abruma.
Simplemente haga lo que tiene que hacer.
Disuelva los parlamentos, todos los que pueda, los ayuntamientos y diputaciones y convoque elecciones a todas las instituciones para las que tenga competencia de hacerlo, el resto deberían tomar ejemplo.
Disuelva este estado podrido y dimita. Deje a otros intentar encarrilar su malogrado partido y a ver qué pasa.
No le tenga miedo a la democracia, perder elecciones es sano de vez en cuando y nadie se ha muerto de derrota electoral. Usted es un vivo ejemplo de ello.
Sea patriota y mire al pueblo, mire la cara que se le ha quedado después de la última "sorpresa", e intente hacer algo por él dejándole ejercer su soberanía.
Porque usted es responsable, porque dirige un país en que la mangancia y la mordida se están institucionalizando. Porque en su partido le brotan imputados por todos los rincones, muchos de ellos habiendo gozado de su confianza. Porque usted es responsable de ser, cuando menos, un incompetente.
Puede que el pueblo se equivoque, de hecho así ha ocurrido en demasiadas ocasiones, pero es la única opción que nos queda si no queremos que se comiencen a legitimar otras vías mucho más tajantes y peligrosas para todos.

Pandemia.

Este territorio sufre una pandemia. No, no me refiero al virus de origen africano, me refiero a algo, quizá menos letal pero también fatal y no a tan largo plazo.
Uno de los síntomas es la demostrada incompetencia. Entre recortes presupuestarios y desidia derivada, es más que evidente la incapacidad para gestionar una situación de crisis de una forma medianamente razonable.
Abundando en ello tenemos los inquietantes silencios o las salidas de tono de nuestros cargos públicos, algunos de ellos recreándose en el despropósito con arrogancia y verborrea chulesca, tirando balones fuera a taconazos cuando de asumir responsabilidades se trata.
Por otro lado tenemos la desvergüenza, el latrocinio sistemático, repito, sistemático, el expolio al que, ciertos personajes, de todos los ámbitos sociopolíticos, han sometido al erario público a la mínima oportunidad.
El desparpajo con el que se ha dilapidado la pasta que nos han sacado de los higadillos a los que no tenemos opción a evitarlo.
Desde cargos públicos, políticos, empresariales y sindicales se ha trincado en A y en B, en trinque directo o comisiones, para financiación irregular de organizaciones y miembros de las mismas.
Me atrevería a decir que, de no haberse extendido, tal y como parece, estas prácticas, seguro que estábamos en la primera división de la economía europea.
Y en este batiburrillo de mangancias y bellaquerías, seguimos apestando a incienso, a paletismo de banderas, a cainismo sectario y a laca de tupé poligonero.
Quizá procediera una verdadera plaga que dejara la Península hecha un solar para empezar de nuevo tras un sanitario apocalipsis.

ENHORABUENA


Parece ser que la alimaña ha caído.
Y ha caído gracias al trabajo, constante, sin horario, bajo presiones insoportables muchas veces, de unos hombres y mujeres que, estoy completamente convencido, no han tenido otra cosa en mente durante muchos días y noches en vela.
Hombres y mujeres que, en muchos casos, serán padres y madres. Que, aun sin serlo, sienten un nudo en las tripas cada vez que reciben la noticia de un hecho deleznable cometido contra los seres humanos más indefensos y a los que, con casi toda seguridad, les quedarán secuelas para toda la vida.
Gente que, al encender el televisor cada día, viendo las "sesudas" opiniones de tertulianos de pedigrí, expertos en todo, se les atragantaría el desayuno.
Gente con conciencia que, a pesar del éxito, siempre pensarán que ha sido demasiado tarde porque, siempre que hay víctima, es demasiado tarde.
El saco de mierda musculado, el depravado depredador baboso, cobarde y rastrero, ha visto caérsele encima, mientras dormía, un grupo de uniformes negros ansioso por engrilletar sus muñecas. Habrá pasado miedo, sin duda, pero no el suficiente, el que en realidad merece.
Luego, una mujer policía, seguro que entre una mezcla de satisfacción y nauseas, le ha informado de sus derechos, los sagrados derechos que él vulneró en las niñas ultrajadas. 
Enhorabuena y descansad, que bien merecido os lo tenéis. Gracias, compañeros. 

NO PIENSO COMO TÚ.

No pienso como tú, pienso como yo.
Carezco de ideología de grupo, pienso como individuo.
Podemos coincidir en muchas cosas pero no pretendas que comulgue con tus ruedas de molino.
Rechazo las mitologías, las leyendas urbanas y rurales, los dogmas y la fé. Los catecismos ideológicos con su épico articulado de preguntas tramposas para respuestas sumisas.
Soy lo que soy, lo que he vivido, lo que he aprendido leyendo, quizá tus mismos libros, pero leer no es engullir, es digerir y desechar los residuos.
Soy mi día a día, las noticias que me afectan y que afectan a otros, las opiniones que comparto y las que detesto, no por opiniones sino por sectarias.
Soy mi punto de vista, como tú eres el tuyo, pero a veces intento alejarme para abrir el campo de visión y ver los hechos, no las sensaciones.
Seguramente conozca yo más las imperfecciones de la sociedad por experiencia que tú por informado.
Detesto los sermones, los previsibles discursos, los estribillos, los eslóganes diseñados a cartabón por prestidigitadores del lenguaje.
Soy reacio a las banderas, a su vertiente separadora o beligerante contra los colores opuestos.
Las masas me aterran, como entes amorfos de pensamiento nulo y reacciones en tsunami.
La mentira interesada, la manipulación informativa, la descontextualización de todo y en cadena.
Odio la épica de la trinchera, de la bala nominada, de los lechos de cuneta.
Sé que podemos ser mejores, de hecho somos mejores que hace unos años, que podemos construir lo mejorable, siempre mejorable, pero no creo en las voladuras cuando existen los cimientos.
No, no pienso como tú, parcialmente puede, pienso como yo y así seguiré, sin buscar adhesiones ni aplauso aprobatorio.
Puede que me esté volviendo antisocial, aunque más bien yo diría que soy contrario al rebaño, a la manada, a la jauría.
No son tiempos de masas, son tiempos de redes, individuos conectados, no amontonados, compartiendo y discrepando, sin líderes mesiánicos de los que repetir sus monsergas. 

CARTA ABIERTA A DON RICARDO ROYO-VILLANOVA.

Hoy tuve que hacerlo, me resistí durante mucho tiempo, en las últimas y convulsas fechas aun más, pero hoy se sobrepasó mi capacidad de aguante.
Desde el año 2006 llevo en el mundillo éste de los blogs, antes de que aparecieran las redes sociales tal y como las conocemos hoy, y se fue creando; de una manera mucho más lenta y selectiva que lo que ocurre, por ejemplo, con Facebook a día de hoy; una red en la que conocí, de forma internáutica, a los blogueros a los que enlazo en esta página.
Entre ellos estaba y sigue estando Don Ricardo Royo-Villanova, autor del referencial blog A sueldo de Moscú, muy seguido por la izquierda, y un interesante nido de trolls de toda calaña, para lo bueno y para lo malo.
Su ingenio, su sarcasmo, su forma de tratar la actualidad, desde su ideología pero desde la ironía, le convirtieron en un famoso articulista, siendo ahora lo que se dice "favstar" en twitter y facebook.
En las últimas épocas, con los efectos de la crisis, el gobierno del PP y sus políticas antisociales, la respuesta ciudadana en las calles y las convulsiones y actos violentos que en las mismas se han vivido, han hecho que en más de una ocasión nos enfrentáramos dialécticamente, más por sus exacerbadas salidas de tono que por las mías, pero nunca llegó la sangre al río y si bien la tensión tuvo momentos álgidos, todo pudo suavizarse y reconducirse.
Como bien saben, el que suscribe tiene una profesión. Profesión controvertida dónde las haya, sobre todo en momentos de convulsión social. Uno acepta las legítimas críticas y hasta incluso las ilegítimas pues desde depende qué punto de vista y las manipulaciones informativas de las que todos somos objeto, se entiende que mucha gente no entienda la labor policial en temas tan controvertidos como el orden público.
Pero hoy sólo ha hecho falta una pequeña frase, mejor dicho, dos palabras unidas, para que me decidiera a eliminar de mi lista de amigos de Facebook al insigne "moscovita".
El término en cuestión es "bombas lapa", en el post de facebook que les enlazo, citando una frase de un tema de un grupo "musical" de tendencia claramente radical.
Y es que las "bombas lapa" significan mucho para mí, querido Don Ricardo, como para aceptarle pulpo como animal de compañía.
Las tuve muy cerca, demasiado, tanto que quince días después de que un servidor montara en un vehículo, éste fuera volado en pedazos con su conductor dentro, mi amigo Modesto Rico, al cual unos hijos de puta, uno de ellos vecino y conocido de la familia, decidieron quitar la vida por el delito de ser policía en una tierra donde el fascismo más brutal se adueñó de las calles. Fascismo muy tolerado o ignorado por gran parte de la izquierda española y vasca. Incluso usted, Don Ricardo, era uno de los mejores abogados virtuales de formaciones como EH, Bildu, el periódico EGIN, etc., apelando a su gran sentido de la "libertad" y la "democracia", cuando la ley y la justicia comenzaron a actuar contra ellos, como parte del aparato de una banda criminal.
Varias de esas "bombas lapa" se llevaron a compañeros, amigos y a familiares e hijos de éstos, mientras la progresía más avanzada miraba para otro lado.
También se llevaron por delante a representantes políticos, en esa estrategia de limpieza ideológica que denominaron "socialización del terror", dando el paso que motivó que la sociedad reaccionara, puesto que antes se oía demasiado frecuentemente aquello de "va en el sueldo" o "algo habrá hecho".
Y bien sé, porque aun razono, que está muy lejos de sus deseos que vuelvan a volar a alguien con "bombas lapa", pero sus exabruptos provocadores me han llevado hasta el hartazgo. La mejor forma que tienen ustedes de luchar contra la derecha es ganando elecciones, convenciendo a la gente de su valía y su superioridad moral, en vez de intentar en la calle ganar lo que nunca consiguen en las urnas. No me extraña que el experimento "Podemos" les esté comiendo las sopas.
Fue bonito mientras duró pero uno tiene una edad en la que ciertas bromas de parvulario no acaban de digerirse.
SALUD Y REPÚBLICA, Don Ricardo, pero las "bombas lapa" sabe usted por dónde puede metérselas. 

LA MOLINERA TRILLARÁ.

Foto: José Ramón Viejo Sáez
Ayer asistí, más por relación que por conciencia, a uno de esos actos populares, tradicionales o etnográficos, llámenlo ustedes como quieran, que se siguen manteniendo por estos andurriales. 
Se trataba de la Danza Prima en la plaza del Carmen de la Villa, en honor a la festividad del mismo nombre, siendo, al parecer, la originaria fiesta patronal de Mieres. 
Pues bien, allí se hallaban un grupo de concienciados vecinos, grupo reducido teniendo en cuenta el número de habitantes de la zona, dispuestos a bailar a corro alrededor de la farola central, a los sones de un antiguo romance que, parece ser, sólo sabe cantar entero mi amiga Marifé, que era la que llevaba la voz cantante y el resto repetía los estribillos. Me quedó únicamente eso de "la molinera trillará", que también se repite en la Danza del mismo tipo que se baila en torno a la hoguera de San Juan. 
Pero no voy a dejarles aquí ningún tratado sobre las tradiciones asturianas, ni mucho menos. Estoy yo listo para hacer tratados y mucho menos de tradiciones, y siendo asturianas fíjense. 
El caso es que a nuestros políticos se les suele llenar la boca con la identidad, la llingua, las tradiciones diferenciales (claro, suelen ser en las que más insisten), etc., etc., pero luego suelen incurrir en la incoherencia, en ésto también, y no habiendo foto oficial de por medio, no aparece ni el Tato. 
No sólo aprecié la presencia de un único representante político del consistorio, si hubo alguno más no lo reconocí, sino que además, la farola central, en torno a la cual giraba la mágica rueda de la danza milenaria, se encontraba en "modo ahorro". A ver, cómo les diría yo, apagada y ausente de su función primordial, dar luz a una plaza relativamente oscura. 
Ahí estuvieron los concienciados vecinos a corro, en penumbra, desgañitándose entre versos, abandonados de sus representantes a la hora de mantener la cultura popular. 
Así que esperemos que Marifé siga recordando el romance, que los vecinos sean los suficientes para al menos poder rodear la farola y que ésta, por alguna iluminación que le dé a algún responsable del municipio, pueda alumbrar los pasos de los danzantes. 
Mientras se den las precarias condiciones de este año, en el 2015 también "La molinera trillará", aunque sea a oscuras.

CASINO

- Hombre, Leandro, cuánto tiempo sin verte por estos pagos. ¿Enfermaste o algo?.
- No, Álvaro, no, simplemente ausencia.
- ¿Qué fuiste, a ver a la familia de la capital?.
- No, Álvaro, no, la ausencia no tiene por qué ser física, ausencia social, Álvaro, que me encerré en casa conmigo mismo.
- Coño, compañero, a tí te pasa algo. Eso no es bueno, alma de cántaro, ¿no me andarás deprimido o algo de eso?. Desde que enviudaste cambiaste, pero no pensé yo que te ibas a volver un ermitaño.
- A ver, rompehuevos...
- Coño, no faltes...
- No es faltar, Alvarito, que siempre fuiste un rompehuevos y un cansino "redomao", que corregías al cura en misa, de monaguillo, y no callabas hasta que te aventaba una colleja.
- Bueno, bueno, tampoco es menester andar escarbando en las anécdotas pasadas.
- Coño, ¿Te he "preguntao" yo algo?. Yo he venido a tomar un café y, antes de pedirlo, ya me estabas interrogando. Que te pareces al Cabo Menéndez...
- Que Dios tenga en su Gloria.
- Con tal de que no vuelva que lo tenga, Dios o el Cristo que lo fundó, donde quiera que sea, que bastante daño hizo antes de muerto como para que lo haga también después de espicharla.
- Tú siempre fuiste muy rojo, ¿eh?, Leandro el bolchevique, te llamaba el personal, en voz baja, claro, que con ciertas cosas no se podía bromear.
- Tonterías que tiene la gente ignorante y zafia de este pueblo ruín. Yo ni fui rojo ni "atornasolao", que sabes tú que no soy de colores, ni de carnés ni cofradías, Álvaro, lo que pasa es que a mí las injusticias me sublevan y tengo muy mal callar, lo cual me trajo no pocos disgustos, pero bueno.
- Vale, anda, pero al grano, ¿a qué se debió la clausura?.
- A que de vez en cuando tiene uno que alejarse de la red social.
- Ah, el "fisbuk" ese...
- No, acémila, sabes que yo no uso eso. A ver si resulta que red social sólo es enchufarse a un aparato con una pantalla y enseñar fotos hasta de la raja del culo. Red social es la plaza de este puñetero pueblo, este casino, la taberna de Cosme, y el resto de mentideros que hay por todas las esquinas. Que aquí no hace falta fibra óptica de esa para que corran las noticias y los chismorreos como los relámpagos. Que uno, sobre todo cuando va teniendo una edad, tiene a veces que apartarse del rebaño, refugiarse en su castillo y pensar...
- ¿En qué?
- En lo que sea, en todo, en lo pasado y en lo porvenir, en preguntarse qué coño pinta uno aquí y qué pinta el resto de la parroquia.
- Válgame la Virgen de las Angustias, tú estás mal, me tienes "preocupao".
- Déjate de vírgenes y de hostias.
- ¿No ves como eres un rojazo?. Un descreído y un hereje, que siempre fuiste muy despegao de las capillas.
- Y qué coño tendrá eso que ver con la política, "desustanciao", que eres un "desustanciao".
- Bueno, bueno, que me vienes intratable hoy, ¿al final te sirvió de algo la clausura?. ¿Viste la luz o lo que cojones estuvieras buscando?.
- Qué voy a ver, pero al menos descansé de destripaterrones y tuercebotas. Me relajó la soledad.
- Pues quién lo diría. No has echo más que faltar desde que has "llegao". Bueno, anda, que hace tiempo que no te veo y echo de menos tus parrafadas de filósofo de pueblo. ¿Has visto al chaval ese de la cola de caballo que andaba por las televisiones y ahora tiene a toda la "casta" "acojoná", no vaya a ser que les levante las poltronas?. ¿Ese es de tu cuerda, eh, un rojazo del demonio?.
- Yo no tengo cuerda alguna, que a mí consiguieron amarrarme muy pocos, Alvarito. Algo he visto y leído por ahí y, bueno, qué quieres que te diga, si los "apoltronaos", los caciques y los mangantes aprietan el culo, es buena señal. Que ya está bien de hacernos bobos y darnos por el culo un día sí y el otro también y encima tener que poner buena cara. De todas formas no acabo de creerme nada, mucho estribillo para poca estrofa, es lo que veo de momento. Un estribillo nuevo, pegadizo, algo más elaborado que el del resto pero, ya te digo, de momento, tampoco me acaba de vender el mulo.
- ¿Y el nuevo jefe de los socialistas, qué, qué me dices del figurín?.
- Pues eso, que parece un locutor de telediario. Que para vender seguros muy bien, como el Matías Prats, pero como ahora se trata de eso, de vender. Todo es mercado, amigo mío.
- Joder, Leandro, ¿no te habrás hecho del PP?.
- No me jodas, aunque bueno, al final van a ser los más sinceros hasta mintiendo. Éstos están en su salsa, es su sistema, y no se andan con remordimientos ni se la cogen con papel de fumar como esta izquierda tan tonta que tenemos aquí. A la derecha se la suda. Que los pillan robando, un par de ellos a la cárcel y a seguir; que aumenta el paro, pues a joder más al obrero  sin anestesia y a regalarle esclavos a los empresarios. Pero eso pasa aquí, que aquí la derecha fue más de caciqueo y sacristía que de empresa y capital bien "entendío". Que el empresario tiene que querer ganar dinero pero no tan rápido ni a costa de los presupuestos del Estado ni de explotar a los trabajadores con la bendición del Gobierno. Pero para eso tiene que haber unos sindicatos decentes y no unos zampabollos, y que el pueblo esté más "cultivao" en vez estar todo el día viendo programitas de jodiendas y cuernos, que de eso ya estamos bien servidos, para no tragarse todos los timos de la estampita que nos hacen estos politicuchos de tres al cuarto.
- ¿Y la monarquía qué, como hace tanto que no te veo, no me negarás que tienen un poco más de "lustre"?
- Pues que se perpetuará esa lacra en tanto tengamos los republicanos que tenemos, que parecen reivindicar más la Segunda que la Tercera, claro, y eso acojona al personal viendo en lo que acabó todo. La cultura, Alvarito, la cultura es la clave. Nos quieren mastuerzos, aullando en los campos de fútbol, en vez de ser un pueblo formado y con criterio. La hoz y el martillo estuvieron bien en el XIX, y gracias a eso no nos devoraron los capitalistas, pero estamos en otro mundo, completamente distinto, todo va muy rápido como para andar haciendo "flashback" al muro de Berlín. Como si aquello hubiera sido el paraíso del obrero. Aquí llevamos camisetas del Ché pero todos queremos un Audi a poco que mejoramos.
- Ese es mi Leandro, venga, te invito a un café.
- Mejor un sol y sombra, que me has encendido, Álvaro, que me has encendido, y mucho.


TE MENTIMOS TODO EL TIEMPO... Y LO SABES.

Te mentimos a diario, con datos estadísticos manipulados, titulares de prensa descontextualizados, juegos de manos con impuestos que quitamos de aquí para poner allí, moviendo los "triles" ágilmente para que no percibas que la bolita ya no está bajo ninguno de los tapones, que te la hemos mangado en tu puñetera cara.
Te hacemos creer que creemos en la libertad de expresión cuando sacamos a la palestra a un perroflauta ilustrado el cual, coño, qué putada, va y saca un montón de votos en unas elecciones y se nos comienza a apretar el culo. Hay que actuar y qué mejor forma de acabar con el mesiánico y encantador antisistema aseado que sacar un video por aquí, unas declaraciones por allá, y afirmar que el chico es ETA. Ya lo hicimos antes con Zapatero y con otros, cuando algo nos molesta es ETA y punto pelota, que ETA dio y da mucho juego y no tenemos escrúpulos en valernos del dolor de la gente para fortalecer nuestros argumentos.
Y para reforzar la idea de que el chico es malvado aprovechamos también los mitos creados por la tontuna izquierdista, como el cantamañanas del camarero de los brazos en cruz que lo mismo sirve para erigirse en héroe indignado como para ser víctima de las checas chavistas enraizadas en la nueva formación política.
Pero no te creas que te mentimos sólo desde la derecha, desde la izquierda también te mentimos y te vendemos utopías raídas de manidas, y te aportamos el perfecto manual del progresista con sus dogmas de catecismo. Entre otros Palestina, el Bolivarismo, el Ché, el paraíso cubano; Putin que, aun siendo facha, es ruso y es mejor que los ucranianos proeuropeos; la izquierda abertzale que, siendo izquierda tiene que ser buena; el independentismo, sea el que sea; el monopolio del republicanismo, etc., etc.
Porque no te olvides, los medios son nuestros y podemos tener en el mismo grupo televisiones de izquierdas y de derechas con tal de darte ilusiones de democracia.
Si, te mentimos todo el rato y eres consciente de ello. La única opción que te queda es elegir al menos mentiroso o la mentira que más se adapta a tu idiosincrasia.

HABEMUS REX

Pasa el país por la derrota futbolística y sigue por la derrota monárquica. Derrota, ésta última, en el sentido náutico de trayecto. De la otra para qué vamos a hablar.
Habemus Rex para una temporada. Eso es así hasta que los partidos que se dicen republicanos alcancen la mayoría suficiente para dar la vuelta a la tortilla.
Lo demás será folclore y pataleta melancólica cuyo derecho a tenerla es innegable.
Puede la llamada "izquierda plural" y sus aliados tricolorizar lo que quiera el parlamento y las plazas que, en tanto no arrasen en las urnas, el "malvado" bipartidismo va a perpetuar la Monarquía Parlamentaria como forma de Estado.
Y uno, que es de izquierdas y republicano, está muy distanciado de la forma de hacer las cosas de esta "izquierda plural" y demás satélites. Así que, dado que parecen monopolizar la reivindicación repúblicana, craso error, pues uno se desmarca, no por el objetivo sino por las formas, formas arcaícas y muy cansadas (con la edad uno se hace más perezoso), que no acaban de calar del todo en la gente que acude a votar.
Porque la sensación que dan, más que de pretender una Tercera República, es la de reeditar la fallida Segunda, y eso no, las nostalgias no son buenas y, si bien no hay institución más arcáica que la Monarquía, junto con la Iglesia, sigo prefiriendo una Monarquía democrática a una República Popular, por los ejemplos que conozco.
Si miraran a Francia, Alemania o, por qué no, a Estados Unidos, en vez de a los años 30 y a las Repúblicas Bolivarianas, pues igual uno dejaba de preferir la monarquía Sueca o la Noruega.
Construyamos desde la izquierda lo que el sistema se ha cargado, demos bienestar, justicia y cultura a los ciudadanos y, a partir de ahí, todo es posible, e incluso recomendable.

PREGUNTEN

Llegados a este punto por qué no preguntar. Tengo mis dudas sobre cuál sería la respuesta mayoritaria pero sería terapéutico hacer ejercicio de democracia.
Independientemente de  mi convencimiento de que una Jefatura del Estado electa tendría más legitimidad, creo que la institución está más que tocada del ala.
Yo votaría República, pero claro, no sean absolutos, República como la francesa, no como la Bolivariana ni la del Congo, ni mucho menos la norcoreana, para eso déjenme emigrar a monarquías como la Sueca o la Noruega.
Tampoco ansío una república en la que los republicanos sean los primeros que boicotean el régimen, como ya ocurrió no hace demasiado tiempo.
Creo que no llegará, de momento. No estamos preparados en el país del HOLA, SÁLVAME DE LUXE, y una posible segunda estrella en la camiseta de La Roja, para prescindir de apuestos monarcas y consortes pizpiretas, hábilmente rodeados de rubios querubines.
Pero por qué no preguntar ahora, en este momento, y dejar zanjado el debate al menos por un tiempo prudencial.
Quizá hay miedo al voto cuando éste comienza a derivar hacia opciones incómodas para la jerarquía del lumpen.
Cerremos la transición y ustedes, que tanto inflan los mofletes al hablar de voluntad popular, pregunten al pueblo, que es lo que procede.

Europeas

A Cañete se le ha quedado cara de recién comido, más de lo habitual, pues suele tener cara de satisfecho, empachado y encantado de conocerse a él y a su superioridad intelectual.
A Valenciano se le ha quedado cara de recién levantada, levantada de un sueño poco placentero, para qué nos vamos a engañar.
A Izquierda Unida se le ha quedado cara de Izquierda Plural.
A Iglesias se le ha puesto cara de acojonado, de "la he liao parda", de "ahora qué", de "podemos o no podemos". Que no es lo mismo una charleta en un centro okupa o una tertulia en La Sexta que unos cuantos escaños en todo un parlamento. Aunque su ego le hace verse presidiendo un gobierno del futuro Frente Popular.
A Artur Mas y sus mariachis se le ha quedado cara de consulta, Europa es lo de menos, la consulta de urgencias esa que tanto le valdrá para que su nombre quede grabado en los anales. De la Historia, quiero decir.
El caso es que ha ido a votar más gente de la esperada y se aprecia cierto cabreo generalizado. El bipartidismo se desmorona gracias a sus propios méritos y el pueblo ejerce el derecho al voto, no ilusionado, sino movido por afán de venganza, de castigo a los despropósitos.
Yo mismo, cuando entré en aquella cabina donde me rodeaban las papeletas con todo tipo de anagramas y siglas y alguna con foto de estampita, no tenía claro por qué opción tirar. Al final elegí una sin convencimiento alguno pero con la insana intención de joder más que de aportar.
Que conste que ninguno de los dos grandes partidos puede darse por no avisado de lo que iba a ocurrir. Que las mentiras acaban por no calar y la gente es tonta hasta cierto límite, y un día, a pesar de la "Champions" y otros banales divertimentos, se pone el traje de pueblo soberano y dice: "Os vais a cagar".
Y ahí tenemos al "perroflautismo ilustrado" irrumpiendo en las instituciones sin barricadas, con los votos, lo cual no deja de ser sano, más que recomendable.
Mientras tanto, en la Europa, Europa, fracasa Europa. El discurso totalitario, xenófobo, patriotero y excluyente, cala en la gente de esos países que gustan de mirar por encima del hombro a sus subordinados del extrarradio.
Veremos a ver el €uro, tan mal querido él, en qué acaba pues parece, ahora más que nunca, más ficción que realidad. 

ELECCIONES

El próximo domingo, por si alguien aun no se ha enterado, hay elecciones al Parlamento Europeo.
De entrada anuncio que un servidor de ustedes no va a ejercer el derecho al voto, y no lo va a ejercer porque es un derecho y no una obligación.
No lo va a ejercer por multitud de razones, de las cuales, dejaré aquí unas cuantas.
Por desgracia considero que la democracia liberal, sí, el sistema ese en el que nos encontramos, está completamente amortizada.
No, no se alarmen, no estoy llamando a la dictadura, fuera del signo que fuere.
Creo que, en el actual estado de cosas, da igual la representatividad política de los ciudadanos. Los partidos han dejado claro que no representan a nadie a parte de sus intereses dentro de la dinámica del poder.
Por otro lado es más que evidente que el poder se halla en otras instancias y no en los parlamentos. Se halla en los parqués, en los mercados virtuales, y no tiene nombre y apellidos ni son una logia organizada, el poder se halla en un ente etéreo llamado capital.
El capital manda y está demostrando que no hay cojones a ponerle cortapisas, es un fluído que atiende a leyes similares a las de la física cuántica.
Por eso mismo es la derecha política la que se encuentra en su medio natural, aunque a veces su propio medio le haga ser víctima de impredecibles "cambios climáticos".
La izquierda sigue a otra cosa. Cuando no retoma el discurso decimonónico intenta adaptarlo torpemente a los tiempos que corren o, simplemente, sigue diciendo lo mismo pero a través de twitter mediante aparatos bajo tecnología "Apple".
En el tema económico anda todo el mundo más perdido que una cabra en un garaje y, por ende, en el social también. La justicia social no existe, toda vez que se diluye el icono del estado del bienestar, y, en el mundo que vivimos, el bienestar sólo viene del capital, no del Supremo Líder Norcoreano. Pregunten allí a su feliz clase obrera.
Pero a parte de estas consideraciones, y por no meterme en un jardín, volveré a situarme en nuestro contexto, esta Península en la que habitamos, con sus islas y sus territorios vallados en África.
Los dos grandes partidos se enfrascan en un trascendente debate sobre el machismo, jaleados por sus medios afines, diluyéndose, como siempre, los programas o declaraciones de intenciones para hacer política en eso que llaman Europa.
Unos consideran que el patanismo de Cañete le hará perder y otros que quizá hayan conseguido, como el otro día me apuntaba un amigo, llevar el debate al terreno que buscaban y así desvanecer las grandes putadas a las que están sometiendo al pueblo, teóricamente "soberano".
Izquierda Unida loca por arañar votos desencantados pero practicando lo que mejor sabe hacer, mucho ruido y pocas nueces. Insertada en todo movimiento social o ciudadano para inocular sus modos y consignas que, al final, suelen quedarse en eso, salvo honrosas excepciones.
Luego tenemos a los demás. Un granado grupo de gente bienintencionada, o no, con sus banderas en colores alternativos, procedentes de ámbitos como la judicatura, la universidad, o, simplemente, una tertulia líder en audiencia.
Llegados a este puntos repetiré que no voy a votar. No voy a votar porque sigo sin creerme nada de nadie, de ninguno, del primero al último, y tengo la sensación de que cada discurso o panfleto tiene algo de estafa.
Sigo creyendo que la democracia es el sistema menos nefasto, a pesar de la que cae, pero debe regenerarse y mucho. Pero quien debe regenerarla, el pueblo, está cayendo en picado, quizá por el desencanto, hacia el retroceso cultural y ético, a una involución hacia el simio tribal y primario, debido quizá a una ausencia total de liderazgo.
Así que el día 25 vayan a votar, quien quiera hacerlo, y háganlo en conciencia, a ver si algún resultado hay, y pasen un feliz domingo que, un servidor de ustedes, estará trabajando, junto a muchos otros, para intentar garantizar que ejerzan su derecho en total tranquilidad. 

Las trinchas y las balas

Una controvertida figura política. Con evidentes connotaciones negativas en la gestión, reiterándose los tópicos y las lacras que distancian a los ciudadanos de quienes debieran representarlos.
Luego, un crimen atroz. El odio cerval y la venganza más primaria sin ningún trasfondo político. Balas con "V" de "vendetta".
Después la estampida en red de opiniones y exabruptos por parte de las jaurías hispanas.
Sí. Esas realas patrias que tanto ansían ser soltadas por sus amos.
Al mezquino no hay cosa que más le excite que la estética de la trincha y el fusil en bandolera. Unos con afán cruzado y otros, evangelizadores revolucionarios.
Y twitter es la barricada a falta de otros arsenales.
Se desbarra y desvaría y se contrarresta la ignominia con torpes exabruptos de patán de bodega.
Una tragedia griega, un cadáver, dos vengadoras, y el resto mezclando churras con merinas.
Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid sacamos las trinchas, las camisas remangadas y los himnos con sabor a tocino rancio, dispuestos a otra balacera.
Quizá no merezcamos más que eso. Lo que mejor hacemos desde siglos. Trincheras y paredones o una buena letrina donde enterrar nuestra miseria.

PUEBLO SIN VOZ

Hoy quizá haya sido mi última intervención en "Día a Día", programa de Radio Parpayuela, emisora local ya histórica en las cuencas mineras asturianas, la cual; quizá por la desidia política, la falta de presupuesto o el desmantelamiento general al que nos vemos abocados todos, al parecer sin remedio; dejará de emitir el próximo viernes 25.
Una tertulia algo acalorada la de hoy, pero sin navajas albaceteñas ni de Taramundi de por medio, y una sensación muy agridulce al final.
Y es que alguien, lo denominaremos así ya que parece ser que nadie quiere lidiar esta suerte, parece estar silbando, mirando hacia otro lado, ajeno a un desenlace siempre dramático, tal y como es el cierre de un medio de comunicación.
Y no un medio de comunicación cualquiera sino uno en el que el interés social primó por encima de otras consideraciones.
Todo el que quiso tuvo voz en Parpayuela.
Los problemas cotididanos, las inquietudes juveniles, los problemas de la mujer, la música, la cultura propia y la universal, el deporte, la salud, etc., etc., tuvieron en Parpayuela un altavoz siempre abierto.
Libertad, siempre libertad en las discrepancias y en las coincidencias.
Parece ser que se apaga Parpayuela, "La voz de la Montaña Central de Asturias", y se apaga con ella la voz de todos los que aquí vivimos.
Quizá por ésto último la desidia, al menos aparente, de nuestros queridos políticos, a los que los medios en los que se opina no les supone más que dolores de cabeza.
Pero no olviden que un pueblo sin voz puede pasar a ser, cualquier día, un pueblo sin voto.
Gané mucho en Parpayuela, gané amigos de los de verdad y gané en valores humanos, pues la palabra es lo que nos aporta, valores.
El viernes, si nadie lo remedia, perdemos palabras.

Republicanismo sin nostalgias.

Sin ninguna duda la razón nos empuja al republicanismo. La república es lo coherente, lo democrático, frente a una Jefatura del Estado por sucesión.
El problema es determinar si vivimos una verdadera democracia que legitime como paso lógico ese cambio en la más alta institución del Estado.
Porque esta democracia adolece de ella misma, de democracia, y los congresos partidistas que deciden los candidatos a la Presidencia del Gobierno son, en el caso de los partidos con opción de gobernar, prácticamente un ejercicio de ratificación de una sucesión, no dinástica pero sí designativa.
Cuando la democracia no es real ni en los partidos que tienen que ejercer la representatividad del pueblo, pues mal andamos.
La República debiera ser el culmen de la democratización de la sociedad o quizá, por qué no, pudiera ser el medio, pero tampoco creo, como algunos predican, que el convertirnos en República borraría de un plumazo los problemas que nos aquejan y la casta política pasaría a ser honesta así, por santo advenimiento de la bandera tricolor.
Pero bueno, asumamos que se aproximase esa posibilidad.
Por qué invocar como modelo la II República que, con sus virtudes, ese momento histórico no hizo más que ser un ejemplo más de nuestra tendencia al cainismo y el fratricidio. Y no culpo al sistema del posterior golpe de Estado y la Guerra Civil pues, aunque algunos parecen olvidarlo, en el origen del golpe se apelaba a la defensa de la República como régimen, si bien las distintas ambiciones, entre ellas las del posterior dictador, hicieron que la cosa degenerara en una brutal y larguísima dictadura que tuvo que finiquitarse desde ella misma pues los republicanos no pudieron derrocarla. Y no olvidemos tampoco que la propia República tuvo tantos o más enemigos dentro que fuera de ella y que levantamientos contra el gobierno democrático los hubo por ambos cauces de este endemoniado río que aun se llama España y que no sabemos en qué cenagal desembocará.
Así que recomendaría al movimiento republicano que mirara hacia adelante con actitud democrática y plural, porque la República no sólo es un Frente Popular de corte revolucionario, en la república debe caber todo, y se cae en el error, tan propio de nuestros tuétanos, de identificar tricolor con izquierda, al igual que se identifica bicolor con derecha, en ambos casos de manera sectaria y desacertada, salvo cuando se gana algún mundial de fútbol.
Y metidos en símbolos, la República fue también bicolor, en la primera intentona, y no por ello fue menos legítima.
Aprendamos de la historia y miremos al futuro, si queremos construir la República debemos hacer eso, construir, sumar, convencer con argumentos, no con himnos, colores y otras monsergas rituales. 

CRESCENCIO

El abuelo Crescencio era, como casi todos los rurales abuelos, un adicto al sol tibio, el cual consumía matinalmente en dosis lenta, sentado sobre algún banco de la plaza, tras el paseo diario por los alrededores del pueblo. Paseos en los que rememoraba, al paso por cada hito en la memoria, las cicatrices del trabajo o los alivios de besos furtivos, siempre torpes, en los atardeceres de estío.
Mucho había vivido y consciente era de ello, por lo que asumía sin drama, a pesar de no sufrir demasiado achaque, el no despertarse cualquier mañana o quedarse en algún tramo de alguno de los caminos acostumbrados. "Lo tengo tengo todo andado".
Vivió guerra y paz, tiranía y caciquismo, libertad a medias y, ahora, cuando creía que todo mejoraba con el tiempo por propia naturaleza, asistía excéptico a eso que los tertulianos de postín llaman regresión.
Pero Crescencio tenía un dicho, un "hablar", que repetía de vez en cuando, en las raras ocasiones en que vulneraba el silencio innato de la gente sabia. "Nada vuelve, por lo menos, nunca peor".
Y alguna noche, "fea está la cosa", murmuraba ausente; escuchando, más que viendo; telediarios y tertulias mientras cenaba la sopa de ajo, antes de la leche templada previa al reposo.
Era descreído, poco amigo de rituales y sotanas, pero no pudiera decirse que era ateo, quizá porque nunca tuvo necesidad de planteárselo. "Algo habrá, si usted lo dice..." contestaba desganado a algún parroquiano con ganas de entablar parlamento transcendente.
Nadie le vio nunca discutir, sus debates eran internos, con los rayos de sol que le templaban el ánimo cada mañana. Un casi imperceptible desasosiego nublaba a veces su clara mirada. Solía ocurrir cuando veía a los niños jugar a las escondidas por entre los setos del parque, con sus gestos claros y sin surcos, ajenos aún a la vida y sus contextos.
"¿Le molestan los niños, Señor Crescencio?".
"Qué me van a molestar, mujer, qué me van a molestar".
"Vaya usted con Dios, Crescencio.",
"Vé tú, que te hará más servicio".
"Qué cosas tiene, Crescencio... qué hombre éste".



Ruptura

Siempre me he declarado de izquierdas y creo que mi ideología es más que evidente para quien sigue mi actividad en la red.
Nunca tuve filiación política, sin embargo, porque me cuesta mucho ver representadas mis inquietudes si para ello debo comulgar con ciertas ruedas de molino.
Así pues he ido ejerciendo mi derecho al voto dentro de las opciones de izquierda, dependiendo de la capacidad de convicción que cada partido o líder del mismo tuviera sobre mi peculiar idiosincrasia.
Desde hace quizá demasiado tiempo que las continuas decepciones me han alejado de los colegios electorales al no encontrar, más que soluciones factibles, la mínima coherencia y elaboración en los programas que, dados los tiempos que corren, se quedan en el slogan y el panfleto.
Sé que no tengo la exclusividad en esta sensación de que todas las opciones políticas toman por imbéciles a sus votantes. Lo triste es que quizá tengan razón.
En el contexto socioeconómico actual, está claro que la derecha se mueve como pez en el agua.
La izquierda, mientras tanto, anda desorientada, a parte de atomizada, y sus recursos pasan de la impotencia ante el capitalismo que muestra la social democracia a las fórmulas caducas de los setenta, eso sí, sumando a la presencia en las calles la alta capacidad propagandística de las redes sociales. Hemos cambiado las octavillas por los "tweets".
En los medios de comunicación más de lo mismo. El frentismo, la burda manipulación y el panfleto, de las demenciales portadas de La Razón a los titulares de Público.
Pero metámonos en el meollo de esta entrada.
Uno, como ustedes saben, trabaja en lo que trabaja. Para mí, como para la gran mayoría de mis compañeros, este trabajo no deja de ser más que un servicio público esencial y con esa vocación salimos a la calle. Independientemente de la ideología del que gobierne que, si ahí está, no lo olvidemos, es porque le ha votado la mayoría.
Los distintos gobiernos, de uno y otro signo, han pretendido utilizar, con mayor o menor fortuna, a las FF y CC de Seguridad para algo más que para dar servicio a sus ciudadanos. Ocurre en todos los ámbitos de lo público. Pero para evitar eso están los mecanismos de control a los que tanto las fuerzas de oposición como el resto de ciudadanos, así como los propios sindicatos policiales,  deben acudir.
En esta profesión la actividad es muy diversa. Tan diversa como son las amenazas que afectan a la seguridad de los ciudadanos.
Una de esas actividades, quizá la mas controvertida, es la que se ocupa del orden público.
En una democracia, términos como orden público o seguridad ciudadana, debieran ser objetivos, sin lugar a muchas interpretaciones, y, para los profesionales, así son. Para los políticos parece que no.
Así unos lo interpretan en un sentido restrictivo y otros más abierto a la conveniencia.
Y en el debate político actual el orden público adelanta, por ambos lados, a los problemas socioeconómicos, que son los que afectan a los ciudadanos.
Y en este juego la izquierda está siendo enormemente torpe cuando no mezquina.
La movilización es necesaria, la violencia no. Pero en esa movilización la izquierda, política y mediática, está perdiendo los papeles.
Debería reflexionar, y no quiero extenderme más, que si a la gente le indigna y le alarma una carga policial, la mayoría de las cuales se relatan sin describir las causas, mucho más le puede alarmar ver linchados a sus policías. Por mucho que se pretenda justificar esa violencia y se respalde a los detenidos en los juzgados, lo que le queda a la mayoría de los ciudadanos como mensaje es que si los encargados de protegerles son tan vulnerables, qué les puede ocurrir a ellos.
La anarquía está bien como teoría pero el común de los mortales quiere seguridad.
Las teorías de que quien revienta las manifestaciones son polis infiltrados dejan de funcionar.
Por todo eso, y antes advertiré que no me volví de derechas, por la condescendencia con los salvajes de los que se reivindican pacíficos, por la demagogia de considerar represión lo que en Cuba o Venezuela se considera defensa de la revolución, por llamarme fascista un día sí y otro también, por no haber tenido el mínimo gesto de apoyo con aquellos que también os defienden, por vuestra tibieza con quien mató y con quien les sostiene, por tener nostalgia contínua del 36 y de lo que pudo ser y no fue, por todo eso y más rompo con vosotros, "verdadera izquierda", líderes de barro basados en la falacia como método.
Y que conste que no empecé yo.

LÁGRIMAS NEGRAS EN FRECUENCIA MODULADA




Hace ya algunos años, mi amiga Loli Olavarrieta, presidenta de la Unión de Comerciantes del Caudal, me llamó para participar el el programa radiofónico que dicha asociación tenía en la radio local, Radio Parpayuela
A partir de ahí, y en mi condición de Delegado de Participación Ciudadana, función que desempeñé durante algún tiempo, la dirección de la emisora tuvo a bien contar conmigo para diversas intervenciones, muchas de ellas relacionadas con la actividad policial, y luego como ciudadano de Mieres, en la tertulia matinal, en la que sigo participando. 
Parpayuela ha sido mi casa pues en ella siempre me he encontrado a gusto, y me ha brindado la oportunidad de conocer gente de la zona perteneciente a un amplio abanico de representatividad tanto social, como cultural e ideológica. 
Una radio local con clara vocación de servicio y, si bien mantuvo, como todos los medios de comunicación, cierta línea editorial, lo cual fue siempre criticado, en la misma ha cabido todo el espectro político y social de las cuencas mineras. 
Nunca tuve una negativa, en mis tiempos de Delegado de Participación Ciudadana de la Comisaría de Mieres, para dar traslado de las campañas oficiales de prevención que por mi puesto debía desarrollar, es más, siempre se me adelantaban a ofrecerme sus micrófonos y si tenía que dar alguna conferencia, no tardaron nunca en elaborar la correspondiente cuña para promocionar la misma. 
Una radio pequeña y cercana pero con vocación de grande, sin plantearse límites a la hora de entrevistar a cualquier personaje tuviera la entidad que tuviera, y, a través de la asociación cultural, promoviendo actos y conferencias de gente de renombre a nivel nacional e internacional, estimulando la vida cultural y social de Mieres y su entorno. 
Pero los números son los números y, en los grises tiempos que corren, las cifras no entienden de utilidad pública, servicio público y todas las expresiones que puedan tener "público" como sufijo. 
La ciclogénesis de la puñetera crisis, el desmantelamiento de las administraciones y de los servicios al ciudadano, se llevan por delante casi treinta años de ondas mineras. 
Según anuncia la dirección de la entidad en el video que arriba les pongo, el próximo día 25 de Abril, acuciados por la ausencia de ayuda pública, se ven obligados a silenciar sus micrófonos. El 94.0 quedará mudo en sus aparatos de radio. 
Se acaban las tertulias de andar por casa, de vecinos con nombre y apellidos cercanos, los consejos médicos y veterinarios, la actualidad sindical minera, el mundo del cine y el cómic, las inquietudes de la mujer, de los jóvenes, la música clásica, el jazz, la "Toná", el deporte local, la meteorología de Dimas, las noticias de Sol, etc., etc.
Seguiré asistiendo siempre que pueda, hasta el último día si es preciso, a aportar mi sureño acento a esos micrófonos que se ven abocados a una prejubilación forzada y sin remunerar. 
Ojalá, la manida "recuperación" que sólo algunos ven, restituya a los ciudadanos servicios que, sin considerarse esenciales, le aportan información y cultura, tan necesaria para sentirnos vivos en este valle de lágrimas negras como el carbón que, también, se diluye en el temporal.