ADICTOS AL ANONIMATO

Dicen que ninguna adicción es buena, y así debe de ser pues todo lo que crea dependencia te hace menos libre.

Aparte de las adicciones tradicionales y por todos conocidas cada vez aparecen un número mayor de patologías adictivas, a cada cual más variopinta.

Adicción al sexo, a la tecnología, al ejercicio físico, a Internet, al móvil o smartphone, etc., etc…

Entre las actividades compulsivas que se descubren creo que hay una que merece mi especial atención.

La adicción al anonimato.

No me refiero a aquél que quiere pasar desapercibido, ni mucho menos, muy al contrario, el que sufre esta adicción pretende hacerse notar.

Deja sus virulentas y enfermizas frustraciones en cualquier soporte. En papel, por teléfono, mediante los medios de comunicación y, como no, por Internet, mediante el comentario ofensivo e injurioso, repetitivo y desgranado por multitud de sitios y lugares y con distintos objetivos.

Lo que se conoce como “troll” en esta cosa de la red.

En este blog mis lectores conocerán al ínclito “CAUDILLO”. Inasequible al desaliento, insiste en hacer sus barriobajeros comentarios, siempre con alguna cobarde alusión personal, para que quede clara la catadura moral del energúmeno. El pseudónimo lo dice todo aunque en otras parcelas públicas pretenda ir de demócrata.

Pero la suya no debe ser una variante específica de la adicción que le hace proveerse de sus dosis en esta página. Seguramente, más que probable, visitará otras de la localidad, que es la que le gusta a él por diversos motivos, sobre todo por conocerla bien. Y la actitud será la misma, la injuria y la falacia como método de sentirse realizado.

Pero no le bastará y usará otros medios más tradicionales como el anónimo en papel, en folio mejor que en octavilla, y así se dotará de cierto romanticismo justiciero, mientras insulta, veja y calumnia por escrito a todo personaje que le resulte molesto.

El anonimato es como la máscara, la capucha, el pasamontañas del cobarde.

Un pobre infeliz, al fin y al cabo, el cual es menos anónimo de lo que pretendiera. O quizá sea eso lo que pretenda, dejar de ser anónimo o que el anónimo disfraz le de la dignidad que no consiguió como personaje público.

Digo yo.

NADIE VOLÓ SOBRE EL NIDO DEL CUCO

Nadie voló sobre el nido del cuco. El frenopático está desbocado y la medicación no causa efecto. Un simpático señor alemán hace que le siga una cámara para que grabe cómo, en un acto travieso pero lleno de simbolismo, estrangule a un ministro de economía de cierto país de cuyo nombre no quiero acordarme. 
Y el ministro, sorprendido primero, le ríe la gracia pensando que Dios aprieta pero no ahoga, o quizá sí. 
Así que toca estrangular al pueblo al que dicen representar arrogándose los votos, los no votos y las abstenciones. 
Y hay que sacar pasta pues la bravuconada del presidente no sirvió de nada y la soberanía de los estados se la pasa la eurozona por la puerta de Brandemburgo. 
La democracia ha muerto, voten si quieren, asturianos y andaluces, que va a dar igual. Que si los programas electorales siempre fueron declaraciones de intenciones más que compromisos, ahora si que son papel mojado. 
Decide el mercado, que gobierna al minuto, tomando las decisiones a una velocidad inalcanzable. 
Somos los suburbios de Europa cuyo centro gana calidad de vida mientras se nos usa de vertedero y se nos exige que tengamos el barrio limpio. 
La clase obrera, si es que existe, sale a la calle y convoca huelgas que servirán para eso, para nada, pues la mayoría absoluta, con la inestimable colaboración de la derecha centrífuga, decide que habrá reforma porque los mercados así lo estiman conveniente. 
Esta mañana, un célebre tertuliano local aludía a octubre del 34 pareciéndome desafortunada idea, por un lado porque no está el horno para bollos y por otro porque no creo que aquella fecha tenga mucho de ejemplarizante. 
Pero las opciones son pocas, no hay salida, Grecia está en el horizonte y la paciencia tiene un límite. 
Vemos partidos de Champions con bufandas de clubs que deben a la hacienda pública cantidades a tener en cuenta para aminorar el déficit y que parece que nadie va a hacerles pagar mientras nos anestesien con jugadas imposibles y titulares del Marca. 
Los que tienen la pasta ganan cada vez más y pagan menos. Los usureros usan nuestro dinero para hundirnos en la miseria. Roban a espuertas fondos públicos alcaldes, consejeros, directores generales, nobles, plebeyos, yernos aventajados, folclóricas, toreros, y asistimos al Sálvame de Luxe atónitos porque no hay quién nos salve. 
El estrangulador de Europa sigue suelto y no nos están dejando más salida que la jauría humana y eso no suele acabar bien. 

A PROPÓSITO DE HUGO

Nunca fui amigo de mesianismos ni mitificaciones. El ser humano es un animal imperfecto, como casi todos, aunque esté en la cumbre de la evolución y quizá por eso mismo, tanta evolución no sólo trae mejoras sino que también la sofisticación de la maquinaria es más propensa a los errores. Los liderazgos y el carisma no vienen dados por gracia divina sino que se desarrollan en un contexto.
Históricamente hablando, siempre desde mi humilde punto de vista, Chávez fue un personaje necesario. El revulsivo que América Latina necesitaba para intentar salir de la tradición de gobiernos homicidas, clientelistas y corruptos. No, no era un dictador, digan lo que digan algunos, ganaba elecciones. Eso tampoco lo convierte en un demócrata pues su idea de democracia dista bastante de la occidental y no creo que fuera uno de los principios regidores de su actuación como gobernante. El ramalazo autoritario y las amistades internacionales que cultivaba son una muestra de ello.
Socialmente las mejoras son innegables y aunque sólo sea por la disminución de la pobreza su etapa mereció la pena.
Personajes como Chávez, o el mismo Castro, con sus luces y sus sombras, son figuras indispensables para convulsionar los engranajes de una maquinaria política injusta y antisocial, heredada del Imperio Hispano. Allá donde estuvimos como colonizadores dejamos la impronta de la corrupción como sistema administrativo.
Por otra parte, mientras en ciertos paises se evoluciona en el terreno social, en el Occidente rico no hacemos más que retroceder y el empobrecimiento de la población es más que sangrante.
Sus coqueteos con el terrorismo internacional, ETA incluída, no le hacen ser un personaje que vaya a gozar de mi simpatía.
Ahora bien, ni el demonio en el que la derecha reaccionaria le quiere convertir, ni la leyenda de póster y camiseta en que lo quiere convertir la izquierda. Muchos peregrinarán a ver el cadáver embalsamado lo mismo que otros van a la Meca o vienen a ver al Apóstol. Parece que necesitamos santos, héroes, mártires, mitos, como el comer.
Tengamos un poco de medida.