LÁGRIMAS NEGRAS EN FRECUENCIA MODULADA




Hace ya algunos años, mi amiga Loli Olavarrieta, presidenta de la Unión de Comerciantes del Caudal, me llamó para participar el el programa radiofónico que dicha asociación tenía en la radio local, Radio Parpayuela
A partir de ahí, y en mi condición de Delegado de Participación Ciudadana, función que desempeñé durante algún tiempo, la dirección de la emisora tuvo a bien contar conmigo para diversas intervenciones, muchas de ellas relacionadas con la actividad policial, y luego como ciudadano de Mieres, en la tertulia matinal, en la que sigo participando. 
Parpayuela ha sido mi casa pues en ella siempre me he encontrado a gusto, y me ha brindado la oportunidad de conocer gente de la zona perteneciente a un amplio abanico de representatividad tanto social, como cultural e ideológica. 
Una radio local con clara vocación de servicio y, si bien mantuvo, como todos los medios de comunicación, cierta línea editorial, lo cual fue siempre criticado, en la misma ha cabido todo el espectro político y social de las cuencas mineras. 
Nunca tuve una negativa, en mis tiempos de Delegado de Participación Ciudadana de la Comisaría de Mieres, para dar traslado de las campañas oficiales de prevención que por mi puesto debía desarrollar, es más, siempre se me adelantaban a ofrecerme sus micrófonos y si tenía que dar alguna conferencia, no tardaron nunca en elaborar la correspondiente cuña para promocionar la misma. 
Una radio pequeña y cercana pero con vocación de grande, sin plantearse límites a la hora de entrevistar a cualquier personaje tuviera la entidad que tuviera, y, a través de la asociación cultural, promoviendo actos y conferencias de gente de renombre a nivel nacional e internacional, estimulando la vida cultural y social de Mieres y su entorno. 
Pero los números son los números y, en los grises tiempos que corren, las cifras no entienden de utilidad pública, servicio público y todas las expresiones que puedan tener "público" como sufijo. 
La ciclogénesis de la puñetera crisis, el desmantelamiento de las administraciones y de los servicios al ciudadano, se llevan por delante casi treinta años de ondas mineras. 
Según anuncia la dirección de la entidad en el video que arriba les pongo, el próximo día 25 de Abril, acuciados por la ausencia de ayuda pública, se ven obligados a silenciar sus micrófonos. El 94.0 quedará mudo en sus aparatos de radio. 
Se acaban las tertulias de andar por casa, de vecinos con nombre y apellidos cercanos, los consejos médicos y veterinarios, la actualidad sindical minera, el mundo del cine y el cómic, las inquietudes de la mujer, de los jóvenes, la música clásica, el jazz, la "Toná", el deporte local, la meteorología de Dimas, las noticias de Sol, etc., etc.
Seguiré asistiendo siempre que pueda, hasta el último día si es preciso, a aportar mi sureño acento a esos micrófonos que se ven abocados a una prejubilación forzada y sin remunerar. 
Ojalá, la manida "recuperación" que sólo algunos ven, restituya a los ciudadanos servicios que, sin considerarse esenciales, le aportan información y cultura, tan necesaria para sentirnos vivos en este valle de lágrimas negras como el carbón que, también, se diluye en el temporal.