OJALÁ O NO.

De verdad que me encantaría que el mundo lo gobernara esta izquierda pacifista.
Ojalá nos lleven a todos a la evolución suficiente para abolir los ejércitos y las fuerzas de seguridad. De verdad que estaría encantado de vivir en mundo tan maravilloso donde el único delito a perseguir fuera el fiscal y sólo delinquieran los oligarcas, mejor dicho, que no delinquieran porque ya estarían en presidio todos los del Club Bilderberg y el resto de logias que procura la miseria de los humildes.
Un mundo multicultural y tolerante donde nadie matara al grito de que su puto Dios es más grande que el de los demás imbéciles.
Que solo contaminaran los vehículos de la clase obrera, camiones y taxis proletarios.
Que las exhibiciones aéreas fueran de cometas y globos sin combustión.
Que para ser turista e ir a una ciudad concreta tuvieras que sacar un visado de aptitud y un certificado de solvencia.
Sería maravilloso que no hubiera más bandera que la del pueblo o comunidad de vecinos de cada uno, atendiendo a las identidades emergentes o milenarias.
Que el Reiki nos curara de las enfermedades intrínsecas a este capitalismo cruel que hace que la clase obrera viva mucho peor que se pudiera vivir en Alemania del Este cuando el paraíso sobrevivía.
Que tener algo no fuera capitalismo cuando quien lo disfruta es algún dirigente por imperativo coyuntural.
Vetar todo acto de gente de Israel por mor de la causa palestina, independientemente de que lo que hagan no tenga nada que ver con su gobierno.
Defender que la democracia es lo que procede y no lo que la gente vota.
Ser republicano contra regímenes dinásticos a no ser que sea en países con socialismo real, donde defender la revolución justifica sucesiones por apellido.
De verdad que sería feliz en un mundo igualitario, pacífico, donde todos tuviéramos el IPhone por derecho y que el selfie en alguna excursión al tercer mundo nos convirtiera a todos en solidarios.
Ser tan concienciado como los sindicalistas invitados a Tropicana.
Qué gran planeta haríamos pero nunca lo haremos porque somos una raza de hijos de puta, egoístas y ambiciosos, y el capitalismo nos va relativamente mejor que las otras opciones...

OJALÁ O NO.

De verdad que me encantaría que el mundo lo gobernara esta izquierda pacifista.
Ojalá nos lleven a todos a la evolución suficiente para abolir los ejércitos y las fuerzas de seguridad. De verdad que estaría encantado de vivir en mundo tan maravilloso donde el único delito a perseguir fuera el fiscal y sólo delinquieran los oligarcas, mejor dicho, que no delinquieran porque ya estarían en presidio todos los del Club Bilderberg y el resto de logias que procura la miseria de los humildes.
Un mundo multicultural y tolerante donde nadie matara al grito de que su puto Dios es más grande que el de los demás imbéciles.
Que solo contaminaran los vehículos de la clase obrera, camiones y taxis proletarios.
Que las exhibiciones aéreas fueran de cometas y globos sin combustión.
Que para ser turista e ir a una ciudad concreta tuvieras que sacar un visado de aptitud y un certificado de solvencia.
Sería maravilloso que no hubiera más bandera que la del pueblo o comunidad de vecinos de cada uno, atendiendo a las identidades emergentes o milenarias.
Que el Reiki nos curara de las enfermedades intrínsecas a este capitalismo cruel que hace que la clase obrera viva mucho peor que se pudiera vivir en Alemania del Este cuando el paraíso sobrevivía.
Que tener algo no fuera capitalismo cuando quien lo disfruta es algún dirigente por imperativo coyuntural.
Vetar todo acto de gente de Israel por mor de la causa palestina, independientemente de que lo que hagan no tenga nada que ver con su gobierno.
Defender que la democracia es lo que procede y no lo que la gente vota.
Ser republicano contra regímenes dinásticos a no ser que sea en países con socialismo real, donde defender la revolución justifica sucesiones por apellido.
De verdad que sería feliz en un mundo igualitario, pacífico, donde todos tuviéramos el IPhone por derecho y que el selfie en alguna excursión al tercer mundo nos convirtiera a todos en solidarios.
Ser tan concienciado como los sindicalistas invitados a Tropicana.
Qué gran planeta haríamos pero nunca lo haremos porque somos una raza de hijos de puta, egoístas y ambiciosos, y el capitalismo nos va relativamente mejor que las otras opciones...

OJALÁ O NO.

De verdad que me encantaría que el mundo lo gobernara esta izquierda pacifista.
Ojalá nos lleven a todos a la evolución suficiente para abolir los ejércitos y las fuerzas de seguridad. De verdad que estaría encantado de vivir en mundo tan maravilloso donde el único delito a perseguir fuera el fiscal y sólo delinquieran los oligarcas, mejor dicho, que no delinquieran porque ya estarían en presidio todos los del Club Bilderberg y el resto de logias que procura la miseria de los humildes.
Un mundo multicultural y tolerante donde nadie matara al grito de que su puto Dios es más grande que el de los demás imbéciles.
Que solo contaminaran los vehículos de la clase obrera, camiones y taxis proletarios.
Que las exhibiciones aéreas fueran de cometas y globos sin combustión.
Que para ser turista e ir a una ciudad concreta tuvieras que sacar un visado de aptitud y un certificado de solvencia.
Sería maravilloso que no hubiera más bandera que la del pueblo o comunidad de vecinos de cada uno, atendiendo a las identidades emergentes o milenarias.
Que el Reiki nos curara de las enfermedades intrínsecas a este capitalismo cruel que hace que la clase obrera viva mucho peor que se pudiera vivir en Alemania del Este cuando el paraíso sobrevivía.
Que tener algo no fuera capitalismo cuando quien lo disfruta es algún dirigente por imperativo coyuntural.
Vetar todo acto de gente de Israel por mor de la causa palestina, independientemente de que lo que hagan no tenga nada que ver con su gobierno.
Defender que la democracia es lo que procede y no lo que la gente vota.
Ser republicano contra regímenes dinásticos a no ser que sea en países con socialismo real, donde defender la revolución justifica sucesiones por apellido.
De verdad que sería feliz en un mundo igualitario, pacífico, donde todos tuviéramos el IPhone por derecho y que el selfie en alguna excursión al tercer mundo nos convirtiera a todos en solidarios.
Ser tan concienciado como los sindicalistas invitados a Tropicana.
Qué gran planeta haríamos pero nunca lo haremos porque somos una raza de hijos de puta, egoístas y ambiciosos, y el capitalismo nos va relativamente mejor que las otras opciones...