MÁS DE LO MISMO, LA HISTORIA INTERMINABLE.

Inteligente estrategia la de este gobierno, quizá como la de todos los gobiernos en tiempos convulsos. Habiendo cabreado con creces a la población está consiguiendo que ésta derive su rabia hacia los policías. Esta rabia; en ocasiones motivada por desafortunadas intervenciones, que no seré yo quien defienda lo indefendible, y otras veces, seguramente las más, por la manipulación interesada que se hace de lo desagradable de cualquier intervención policial, sobre todo en el ámbito del orden público; está acrecentándose estimulada por la élite bienpensante de la red, de una forma un tanto sectaria y poco responsable.
Siendo uno de los colectivos más puteados históricamente por el poder, ahora nos hemos convertido en el enemigo a abatir por parte de la progresía de vanguardia, y no me refiero a los antisistema de siempre, sino también a militantes de partidos que han tenido responsabilidad directa en el tema de la seguridad habiéndose dado situaciones igualmente de desagradables cuando la policía estaba bajo sus órdenes.
Los tiempos cambian y mucha gente obvia la ley y los requisitos de ésta para cortar el tráfico y ocupar espacios públicos, y quizá tengan razón y deberá la ley adaptarse a los tiempos, pero la policía tendrá que seguir garantizando la seguridad de todos, partidos políticos incluidos, y la seguridad propia, por supuesto, y eso siempre es controvertido.
Y también, por qué no decirlo, dentro de la estrategia de las movilizaciones suele entrar el intentar que se produzca el enfrentamiento para así reforzar los argumentos y tener mayor impacto mediático. Son técnicas viejas pero la red facilita la multiplicación del panfleto y es más fácil divulgar las instantáneas y secciones de video más convenientes e impactantes. Además nunca, quien corresponde, ha sabido contrarrestar las informaciones y cuando lo ha hecho siempre ha sido de manera torpe y torticera.
Dentro de las redes sociales se acrecienta la mala baba y se comienzan a alentar actitudes que creíamos superadas.
Anda por ahí hasta una teoría conspiranóica que ya la quisiera Pedro J. sobre una trama policial para un golpe de estado. Toda una joya de la ciencia ficción sin la mínima base ni criterio.
Pero la democracia ya no es tal, da igual a quién votemos pues sus programas son papel mojado en manos de otros poderes casi intangibles, y ésto, si no se resuelve a nivel internacional, puede llevarnos al caos más absoluto.
Vienen malos tiempos, siendo víctimas del sistema éste nos utiliza y nos convertimos en el perfecto chivo expiatorio. La cabeza de turco donde desviar las iras.  Seguimos bailando con la más fea los de siempre.
E intentaré no escribir más sobre el tema porque seguro que alguien intenta sacar carnaza. 

TE DOY LA VIDA

Te doy la vida, Mariano. Quédatela, tómala, tuya es, mía no. Quítame un riñón para el año que viene que, si pasa los controles, en el mercado de órganos puede ayudar a paliar el déficit y los agujeros bancarios de tus amigos. O un trozo de hígado, que ahora está más sano porque no puedo permitirme ningún exceso.
Llévate mi dignidad, sodomízame cada mañana cuando entre a este puesto de trabajo que tan privilegiado me hace.
Llévate mi casa, mejor, se la llevará el banco y se llevará lo poco que me quede de nómina cuyo papel vale más que su contenido.
Prométeme no sé qué ingreso de lo sustraído, para el año 2015, en no sé qué plan de pensiones que tiene, hace ya tiempo, las aportaciones paralizadas. Dónde estaré en el 2015, Mariano.
Súbeme los alimentos, la gasolina, la ropa, que así no gasto, Mariano, no gasto y me desgasto.
Cóbrame las medicinas, que así me pensaré el enfermar.
Pídeme que me parta la cara con el resto de cabreados, Mariano, y dí que es mi obligación, Mariano. Porque soy un servidor, pero no un sirviente, Mariano, y tanta hostia seguida acaba por cansar. Y es que me llama el monte, Mariano, o el árbol del ahorcado, pero prefiero el monte a las corbatas de cáñamo.
Pídeme eficiencia, calidad, rendimiento, productividad. Pide Mariano que yo te daré.
A partir de ahora cabe la posibilidad de que se me llame sicario con razón, pero no a tu servicio, sino al del mejor postor, que tengo que pagar mis letras y las tuyas, Mariano.

EL CARIZ QUE LAS COSAS ESTÁN TOMANDO

Sin intención alguna de curarme en salud, que tal y como está el ambiente parece que es lo que procede, quiero reiterar mi solidaridad con los mineros en huelga y mi convencimiento de que sus reivindicaciones son justas, toda vez que se oponen a un incumplimiento flagrante por parte del Gobierno, el cual muestra una cerrazón que parece ilógica, y digo "parece" por algo, tratándose de las cantidades de las que se trata. 
A falta de actividades alternativas, en parte por la nefasta gestión que se ha hecho de las ayudas y fondos por parte de todas las administraciones, sindicatos incluídos, está claro que si se cierra lo poco que queda de minería,  a Asturias no le queda ni el recurso de convertirse en parque temático. 
Partiendo de esa base les dejo un mensaje que me llegó por vía "privada" por parte de una amiga que, por tristes razones obvias, no voy a identificar, y que creo que refleja el enrarecido ambiente y la desproporción que está tomando este conflicto en base a razones tan irracionales como la tradición, la emotividad, la épica y el sectarismo más rancio. 
Aquí les dejo su mensaje textual, copiado desde mi facebook y pegado en este blog:

"sobre las fotos que has colgado tenéis toda la razón. Ya ves yo aquí escribiendo un privado porque claro, como no quiero ni puedo apoyar lo que hacen los mineros y decir que en las imágenes de tv y prensa (ahí están los vídeos de lne no veo nada que puedan hacer mal los GRS) veo represión obrera y salvajismo extremo en los mineros no en la policía........... pues ya ves censurada, yo, una mujer de minero prejubilao, sobrina, nieta e hija de un minero que no les apoye..... Yo no quiero, me niego a que mi hijo crezca con los valores de los años 60 quiero que crezca con la no violencia, con el dialogo, con el respeto y con libertad, estamos en el S. XXI, joder, luego pisamos una cucaracha y nos denuncian abandonamos a un perro u nos juzgan pero intentamos a matar a alguien que está realizando su trabajo para mantener a su familia y poder sobrevivir en esta España de castañuela y encima les llamamos asesinos. Así no vamos a llegar a nada. Todo esto me da vergüenza ah y que me desalojen porque estoy "indignada" por no poder hacer ni comentarios en las fotos que cuelgan mis amigos "del otru lau" en el facebook y por no estar de acuerdo con las libertades que ellos tanto proclaman, pero no recuerdan que su libertad termina donde comienza la mia..... Suerte a todos."


 Y así estamos, opinando en privado pues en público te puede traer un disgusto. ¿A alguien le suena de algo esta situación?.
A mí sí, salvando las distancias, de cierta zona próxima en la que la palabra "libertad" sólo se podía escribir "askatasuna". Lugar dónde había ciudadanos de primera y de segunda, los que podían despotricar y los que tenían que callar.
Les dejo algunos comentarios que, sobre las imágenes que publico en esta entrada, hay por la misma red social, todo un ejemplo.


"JA-JAAAAA... Que mala suerte que no fuera un policia empalado".
"La pena es k le dio al coche y no a ellos.... k se jodan"
"grandes los mineros!!"
"Siento alegrarme.... PERO ME ALEGRO, es el débil frente al fuerte !!! Es el pueblo frente al poder !!!"
"hurra oeoeoe"


Éste no tiene desperdicio:


"tenia que aver entrao cristal pa lante y aver dao en el deposito la gasolina y que fueran fumando y explotaran toos por vagos" 


Uno sigue siendo de izquierdas, para sufrimiento propio, sabiendo que le resultaría mucho más cómodo ser de derechas, pero no le gustan los ademanes y las poses de algunos izquierdistas de hoy en día.
El abuso de la demagogia y el victimismo, el sectarismo excluyente, la intolerancia a la crítica, la total falta de autocrítica, la no asunción de las derrotas electorales y otros tics son los que hacen que sienta esta desafección no buscada.
Lo que reflejan las imágenes no son actos de protesta, son hechos delictivos. Si se opta por el delito como medio de lucha pues asúmanse las consecuencias y no hablemos de brutal represión cuando se levantan barricadas y se detiene a simpáticos pirotécnicos.
Este alarde de violencia, de guerracivilismo, de estética del 34 y el 36, no son más que una prueba de que poco se ha evolucionado en la izquierda hispana, con la diferencia que los revolucionarios de entonces no conducían Audis ni se ponían farlopa para la batalla. Quizá orujo y anís de Chinchón. Y quizá sea éste un exabrupto injusto y generalizador, pero también yo tengo derecho a despotricar, cuando se mienta a mi madre un día sí y el otro también y se me desea la muerte con tanto desparpajo.
Señores sindicalistas, muchos de ustedes ya prejubilados y sin sufrir las penurias de la huelga, saben de sobra que se puede sembrar el caos sin matar ni herir a nadie. Controlen a sus "incontrolados", como ustedes dicen, que parece que son "legión" en sus filas, pues si ocurre una desgracia, a ver quién asume responsabilidades.
Ojalá se resuelva el conflicto y ceda este Gobierno ante lo que justamente se le demanda, pero con actitudes como estas acabarán por perder apoyos por mucho que se crean ustedes los amos de la verdad, la justicia y la propia tierra. 
Pero lo más grave es que comience a enquistarse el miedo a decir lo que se piensa, dependiendo del círculo. "Aquí se viene a apoyar, no a destruir" me contestaron en otro foro por opinar. A decir "Amén", a comulgar con ruedas de molino, todo un ejemplo de tolerancia y sentido democrático.
No es ésto por lo que luchó la izquierda, créanme. 

ESO QUE LLAMAN "LA ROJA"

Que a medida que avanza o se eterniza esta crisis el sectarismo se acrecienta es algo lógico. Los grises dejan de tener cabida y triunfan los posicionamientos absolutos. O estás conmigo o estás contra mí. 
La libertad de expresión se ve mermada pero no tanto por la acción del poder cómo por la actitud totalitaria de las corrientes de opinión. 
Se puede estar de acuerdo con una movilización y sus razones para hacerlo pero si se te ocurre criticar los métodos, las formas, la exacerbada épica emocional y cultural, pues te conviertes en el enemigo a abatir, en un reaccionario intolerante con la lucha legítima. 
Si te alegras por la victoria de la Selección puedes pasar a ser un patriotero que ignora los verdaderos problemas que atañen a la sociedad, un anestesiado del pan y circo. Si, por el contrario, pasas del fútbol, eres antiespañol, una vergüenza para la nación a la que perteneces. 
Y así están las cosas, crispadas y enrarecidas en este país tan aficionado a las jaurías. 
Pero, y siguiendo con el fútbol, si bien uno no es muy dado al alarde abanderado, ni a bañarse en las fuentes en masa, no me voy a privar de hacer ciertas consideraciones a propósito de la victoria hispana en lúdicos campos de batalla, menos cruentos a los que prefieren otros. 
Es triste que carezcamos de referente alguno, de líderes a los que admirar y seguir en lo que verdaderamente importa, y todo ello por una falta de ejemplaridad total en la vida política. 
No es extraño que la gente se vuelque con un grupo de deportistas que, siendo estrellas millonarias a nivel individual, se afanan con honestidad y humildad, inéditas en el resto de la vida pública, en un proyecto común de ilusión y sana competitividad. Liderados por un hombre sencillo, honrado, que ha conseguido desvestirles de sus fuertes individualidades y connotaciones culturales y políticas, para convertirles en el referente más ilusionante de un pueblo castigado y decepcionado por la política, la economía y la sociedad en quiebra en la que nos encontramos. Si ellos pueden, nosotros también "podemos". 
Sí, disfruté de la final y celebré los goles y la victoria impecable de los que, hoy por hoy, son los que mejor representan los valores positivos, cada vez más en desuso, de ésta, nuestra comunidad. 
Y con ésto no quiero decir que no haya muchísimos españoles que, día a día, desde el anonimato, luchan por una sociedad mejor, por los demás, cómo, por ejemplo, los que se están jugando la vida en los absurdos fuegos del Levante, y otros muchos que, con pequeñas acciones, aportan su grano de arena para alimentar la esperanza. 
Pero tenemos que asumirlo, por repercusión mediática y popular, siempre nos quedará eso que llaman "La Roja". Y que dure.