Debate sobre el estado de... Zapatero. Versión resumida.

  • Que estoy bien, apenado, melancólico, pero bien y aguanto hasta el año que viene y haré lo que tengo que hacer o lo que dicen que debo hacer aunque no tenga nada que ver con lo que dije que iba a hacer. 
  • Que te vayas, que convoques las elecciones que voy a ganar y voy a hacer yo lo que ibas a hacer tú, pero yo lo haré convencido y sin remordimientos, si Esperanza me deja, claro. Ah, se me olvidaba, que lo de Bildu.

Grupos minoritarios.-
  • Que muy mal, que los cupos, que el autogobierno, que yá sabes. 
Presidencia de la Cámara.-

  • ¿Y para "ejto" tanto?

KEPA DEL HOYO HERNÁNDEZ. (Algo personal)

Dicen que el tiempo lo cura todo, yo no lo creo y hay males traumáticos que retornan cada cierto tiempo a modo de tsunami cargado de sales de vacío. No quise desde entonces volver sobre la herida ni recrearme en los autores de la hazaña que, quizá, más marcó mi existencia. Pero ayer algo me llevó a navegar la red y a precisar verle de nuevo la cara.
Este chico de la foto, yá no tan chico pues en la actualidad está algo desmejorado, algún que otro día, me puso algunas cañas, me sirvió algún plato de menú y respondía a algunas bromas que le hacía mi amigo Modesto que le vio crecer en el barrio obrero de Santutxu. 
Yá apuntaba maneras de acémila, sobre todo al acoger la típica uniformidad de todo proetarra que se precie, por mucho que uno tenga unos apellidos de poco pedigrí étnico. Quizá fuera eso lo que le llevó a reafirmarse para alinearse con la barbarie. 
Este hijo de puta, al menos quince días antes de consumarse su horrenda catarsis de integración en la manada, también me sirvió alguna caña pero, esta vez, ya había forzado o había colaborado para que forzaran la cerradura del Rover en el que monté durante todo un fin de semana. El Rover de mi amigo porque, según él, era más seguro usar el suyo que el que llevábamos, portador de una españolísima matrícula de Madrid. Alguna discusión con Modesto me costó el que no reparara la violentada cerradura, hecho que atribuía a algún choricete del barrio.
Tras quince días, un diecisiete de febrero, gracias a la infamia y cobardía de la alimaña de la foto, el Rover voló por los aires y con él mi hermano Modesto Rico Pasarín, nacido en Bilbao, criado en Santutxu, vecino de su verdugo, el mismo verdugo que se podía haber colgado más medallas días antes llevándose por delante a tres policías y un civil que circularon por Vizcaya en el malogrado Rover. 
A parte de hijo de perra debía ser vago hasta para asesino pues no fue a buscar a su víctima muy lejos, fue a lo fácil, a lo cercano. 
Por desgracia y para más INRI, el energúmeno nació en Almendralejo y no en Galdákano, tal y como consta en su ficha de martirilogio (reinventando las biografías), y ahora debe andar por la cárcel de Badajoz, contaminando el aire honrado de mi tierra con su aliento de reptil pútrido. 
Algo me llevó a acordarme de tí, rata comemierda. Quizá sea el que de nuevo esté tu foto por los ayuntamientos "democráticos" en los que la nueva franquicia gobierna. Quizá sea eso o que precisaba vomitar las bilis que provocaste. 
Mi mejor deseo para tí, pésimo camarero, es una muerte dolorosa por algún mal incurable, tan incurable como el cáncer que se extiende de nuevo por la cuna de la infamia. La misma infamia que hacía que los que se decían amigos se escondieran para no salir en la foto de un funeral por un hombre honrado. Que te hagan homenajes y que se vean crespones negros en las ikurriñas de los balcones de las gentes de tu baja calaña. 
En tanto eso no ocurre, yo, de momento, me he quedado algo más a gusto.

MALOS AUGURIOS

Era de esperar. Poco a poco, todo va degenerando y un barco con muchos timoneles corre el riesgo de acabar a la deriva. La eternización estática comienza a cansar los entornos y la amalgama heterogénea va dejando paso a otras éticas y estéticas que intentarán imponerse. Estéticas a las que estábamos más acostumbrados y cuya espontaneidad no lo es tanto.
Primero sutilmente, como quién no quiere la cosa, pequeños gestos de entorpecimiento inapreciables pero suficientes para consagrar la teoría de la acción-reacción.
Los medios, que se resisten a la crítica abierta, comienzan a estar incómodos en los otrora paraísos primaverales de la jaima estudiantil. La derecha mediática pide mano dura o mano blanda, dependiendo de dónde y cómo, como siempre. La izquierda no sabe de dónde sacar partido y, desorientada por naturaleza, se pierde en la entelequia mientras las melenas brillantes van siendo sustituídas por la rasta. Y no tengo yo nada en contra de las rastas, allá cada cual, pero creo que se puede entender a qué me refiero.
Los imputados ocupan sus escaños con obscenidad bendecida por crucifijos pero sus escaños les han sido dados por los votantes, que la gente votó, y más que otras veces, nos gusten los resultados o no y debe la justicia terminar su trabajo. Todo sigue igual aunque en la calle haya ruído, ruído que irá a más, me temo, pero aun con razones, los ecos se irán apagando por el hastío si no se innova en las estrategias.
El sitiar los parlamentos no creo que sea buena idea a no ser que lo que se quiera no sea reformar la democracia sino abolirla.