EL DISCURSO DEL REY

Es cierto que soy muy hijo de puta pero además soy muy hipócrita, como la mayoría de los rojos. Tras haber aporreado con vehemencia republicana un cazo y tras una opípara cena, incongruente con mi condición de jubilado de la clase obrera, no pude resistirme y acabé acudiendo a la TV a la carta para ver el discurso de Su Majestad.
Lo vi y lo oí entero.
Estando en la situación en que estamos viviendo reconfortan las palabras de alguien de demostrada autoridad moral, personal y dinástica.
Una vez escuchado el discurso, mirando a los ojos sinceros de nuestro Jefe de Estado, tras inundar mis mejillas de lágrimas patrióticas, en verdad os digo que vamos a salir de ésta.
Su indiscutible liderazgo hará que esta gran nación vuelva a salir del abismo tal y como hizo cada vez que un Borbón nos lideró.
Así que no seáis torzales y asumid que qué cojones va a ser de nosotros sin tan luminosa estampa.
Que lo del padre, pelillos a la mar, pijoteros, que andáis siempre hurgando. Que a quién le amarga un polvo millonario y una comisión saudita.
Que gracias a él tenemos democracia pues era el heredero de Franco y nos regaló este chollo. Y el 23 F lo demostró vestido de militar y me hizo llorar lo mismo que he llorado hoy con el discurso del hijo.
Que estoy aquí, en mi piso encerrado, mísero de mí, pero consciente de que tenemos un timonel que maneja la nave sin necesidad de que nadie lo vote.
Así que sacad las banderas y tocad diana todas las putas mañanas porque merecéis seguir viviendo en un cuartel por la gracia de Dios, Amén.