FIN DE CURSO

Parece que el trece agoniza y uno diría que se resiste, como los buenos villanos, a dejar de jodernos la vida.
El cambio de año no deja de ser una convención y el traspasar la frontera de la noche del 31 no nos garantiza grandes cambios. Yo mismo, cuando brindo con alguien, suelo decir "feliz año nuevo" aunque estemos a 40 grados a la sombra en una terraza extremeña, queriendo decir que cualquier momento es bueno para comenzar una nueva etapa sin tener que someterse a la dictadura de los calendarios.
Pero asumamos las convenciones pues algo de utilidad también tienen y todos los balances, los índices, las estadísticas, los indicadores económicos, etc., se miden por años y no deja un año de ser un ciclo en el movimiento de este planeta maltratado por la especie más evolucionada que jamás se conoció.
En estos trescientos sesenta y cinco días se ha consumado la "masacre" a la que el sistema nos ha sometido.
Nos ha situado donde el sistema quiso situarnos, más pobres, más carentes de eso que llaman bienestar, mientras las élites han mejorado sustancialmente. No creo en las estrategias de inteligencias colectivas orquestando este desastre, aunque hay que reconocer que algunos han puesto mucho de su parte.
Pero de economía, política, etc., estarán ustedes hartos de leer a gente mucho más preparada que este humilde emborronador de pantallas, así que mi entrada va a ir por otros derroteros que, con toda seguridad, tienen relación directa con todos esos temas.
Creo que el 2013 no sólo ha supuesto un retroceso en lo crematístico, en lo social y en lo político. A mi parecer, un parecer muy, muy subjetivo, este ha sido el año de la vuelta a las cavernas. Y no hablo de Intereconomía y otros sucedáneos informativos, que también, sino que veo que el cutrerío, la mediocridad, las malas formas y maneras, la incultura, la grasienta sotana y el cartomante, lo soez, la sordidez del vino barato y el puterío de olor a zotal lo está invadiendo todo.
Puede que sean sensaciones pero miren a su alrededor.
Las calles sucias, gracias también a los recortes presupuestarios, hacen que cada vez más se tiren papeles al suelo, que se recojan cada vez menos los excrementos de los animales domésticos y uno tenga más posibilidades de pisar una mierda que de recibir de un convecino un atento "buenos días".
El diálogo es el grito, la berrida, y es imposible ver una tertulia o debate en el que se respeten los turnos de intervención.
Pásense, como no, por las redes sociales e intenten opinar de algún tema en alguna de esas páginas colectivas creadas, según dicen, para intercambiar impresiones. O repites el discurso del borrego aplaudiendo las ocurrencias del que quiere crear opinión, desde una ortografía cada vez más criminal, o estás condenado a la jauría.
La inteligencia parece haber quedado para los terminales móviles y si bien nuestra interconexión debería ser un motor de cultura, más bien parece que nos convierte en zombies con pulgares.
Y dirán muchos que no será para tanto. Y no lo será y quizá sea, como ya dije antes, todo subjetividad, pero tengo la impresión de que se están desperdiciando las enormes oportunidades que la ciencia y la tecnología nos están brindando.
Nos quedamos en lo simple, en el detalle, en la foto, en el corte de video, en el titular, en la secta, en el "OLA KE ASE" y muy pocos intentan exprimir el potencial de lo que nos rodea para intentar mejorar este estercolero.
Vemos lo que queremos ver, leemos, poco, lo que queremos leer y oímos lo que nos interesa oír, huyendo de la controversia, es decir, de la dialéctica, y nos recreamos en lo simple y básico para reafirmar nuestra postura.
Con estas expectativas, miedo da en qué puede acabar la democracia viendo en qué se está convirtiendo la mayoría que, no se olviden, es la que acaba poniendo a los gobernantes.
Y ya que despotriqué, que el 2014 les sea leve.


RECTIFICAR ES DE SABIOS

Uno no es tan listo como pudiera parecer a algunos ni tan gilipollas como les pudiera parecer a otros. Uno se considera normal, de la media, pero sí debe, a veces, reconocer algunas carencias.
Incauto, confiado, crédulo de la palabra de alguien que te mira a los ojos, y claro, cuando te das cuenta de que te la han calcado, te jode enormemente.
Si encima el que te la calca pretende hacerte creer que te está muy agradecido por cierta defensa que hiciste de su persona y su profesionalidad, todo ésto en un medio de comunicación, pues te escuece dos veces más.
Porque tuvo la osadía de citarme para mostrar su agradecimiento cuando, ahora lo entiendo, su objetivo no era otro que indagar sobre la información que yo pudiera tener sobre ciertas actividades y otros individuos de parecida ralea.
El colmo es cuando compruebas que el individuo, falso, hipócrita, cínico, es uno de los responsables de una campaña indigna contra tu persona a través de una página de una red social, incurriendo en varios delitos de injurias y calumnias. El contenido delictivo fue prudentemente retirado pero nadie se disculpó siquiera por tamaño desaguisado y aun se pretende que uno ponga buena cara cuando se cruza por la calle con según qué gente. Es más, a la mínima oportunidad se insiste y se persiste en la sutil alusión, en el comentario jocoso e irónico, en la imbecilidad más que nada.
Pero dejemos de lado sucesos del pasado y retomemos lo que en realidad importa.
No voy a retractarme del total de lo manifestado en aquella tertulia radiofónica, mantengo que en la relación profesional, en la calle, siempre que había un problema o una situación especialmente conflictiva, allí estaba, cumpliendo con su deber, por otra parte. Ahora bien, ha demostrado que, al menos a nivel personal, no merece un ápice de confianza.
No quiero guerras con nadie pero cuando se me busca se me encuentra, y lo digo por alguien que en las últimas fechas estaba muy interesado en enterarse en qué portal entraba.
Por mi parte doy por zanjado el tema. Olvídense de éste "aspirante a poeta", como algunos dicen, y carguen las tintas contra otros, que tienen campo bastante, tal y como demuestran, para no dejar títere con cabeza aunque a veces tengan que recibir de la misma medicina.
Sigan su camino que yo seguiré el mío.
Si alguien quiere decir algo al respecto, o aclarar cualquier duda, ya sabe dónde encontrarme. Yo no me escondo, ni aquí ni en ningún sitio. 

A PROPÓSITO DE LA LEY DE SEGURIDAD CIUDADANA

En un principio, así, a volapié, trabajando uno en lo que trabaja, pudiera parecerle que la amenaza de sanción de 30.000 € para el que te miente la madre está bien y pudiera disminuir, al menos, el número de veces en que se acuerdan de tu progenitora, y no en plan cariñoso. La posibilidad de que a uno le puedan llamar menos veces "hijo de puta", dejen de escupirle y lanzarle de todo, es bastante atractiva para el afectado y puede hacer que se sienta más protegido y respaldado a la hora de desarrollar una profesión tan controvertida.
En un análisis simplista podría llegar a pensarse que cuanto más dura sea la ley, menos problemas va a tener uno en su laborar.
Pero este apartado del proyecto, uno de los más llamativos según parece por los titulares que ocupa en nuestra sesuda prensa nacional, es sólo un pequeño detalle de una norma con otro calado.
Se saca esta ley apelando a la necesidad de prevenir altercados y situaciones desagradables en las calles.
Pero claro, para evitar la mayoría de altercados y situaciones desagradables que se producen en las calles, nuestros gobernantes no tienen más que hacer lo que tienen que hacer y, si no bien, al menos intentarlo.
Ya verán como entonces disminuirá el número de escraches, manifestaciones, concentraciones, etc., etc.
Seguro que así la gente ve a la policía como lo que realmente es, un servicio público, y no se ven tentados al insulto y la agresión, dejándose llevar fácilmente por la manipulación de los profesionales de la agitación.
Que becerros habrá siempre, haga lo que haga el poder, claro, pero la masa social que ahora ocupa las calles es bastante amplia y forma parte de casi todo el abanico social porque se ha conseguido eso, cabrear a todos menos a ciertas élites a las cuales les está yendo de perlas.
Sí me quiero sentir respaldado en mi trabajo, protegido de agresiones y vejaciones injustas, pero no me gusta verme en la picota constantemente para distraer de las miserias que la pésima gestión pública, política y económica está causando.
Cuando se castiga a alguien puede que lo entienda si ve que otros, con infracciones mucho más graves, también pagan en proporción. En la actualidad no es el caso.
Y sí, me ofende que me insulten, que me llamen "hijo de puta", que me escupan, que me lancen objetos, que me llamen "fascista" y "sicario" de forma injusta y sectaria, pero me ofende infinitamente más que me insulten la inteligencia constantemente y pretendan que les agradezca el choteo con el que se nos trata por la clase dirigente. 

EL FINAL DEL TÚNEL. "CORRE HACIA LA LUZ"

Es evidente. El panorama es desolador. Puede que se vea el final del túnel, no seré yo quien niegue la mayor a sesudos economistas y autoridades monetarias, quizá los mismos que no vieron la entrada al agujero o, si la vieron, no hicieron nada para evitarla.
Aunque la recuperación comience, que algún día tendrá que comenzar aunque sólo sea por las inercias del propio motor de la historia y sus ciclos, el futuro se ve francamente mal. No para todos, claro, para los de siempre sí.
A las grandes fortunas, al capital, les ha beneficiado notoriamente esta crisis y algunos han multiplicado exponecialmente sus ingresos.
Pura lógica que hasta con la LOGSE o la LOMCE, sin necesitar una educación como es debido, te puede llevar a sacar tus conclusiones.
Si se facilita la evasión de capitales e impuestos, si puede usted despedir a sus empleados al libre albedrío, contratando esclavos por algo más que un plato de sopa y un chusco de pan, pues es posible que sus beneficios se vean incrementados.
Si además contamos con una maquinaria mediática que inyecta en la población la sensación de que no hay nada que hacer; de que mejor estar quietos y tragar con lo que se nos ofrezca pues siempre hay gente que está peor; que los atracos a las nóminas y a los derechos laborales son necesarios, sacrificios por el bien común, para evitar un mayor cataclismo; que para qué queremos sindicatos si, viendo lo que hacen, repitiéndonos una y otra vez la famosa foto de la mariscada,  pues, coño, para qué quiere usted más.
Asistimos sin inmutarnos a la impunidad de ciertos personajes, todos ellos en los altos escalones del poder, y acabamos asumiendo como normal esta situación esperpéntica para ir acumulando capacidad de resignación.
No sólo nos quitan salario y derechos, nos machacan a impuestos de los cuales no vemos el fruto pues se emplean en pagar pufos y sufragar los desmanes bancarios, viendo como los servicios que nos corresponden en contraprestación a nuestra fiscalidad se van reduciendo a la mínima expresión.
Y sí, llegará el día en que la cosa vaya mejorando pero, que nadie se lleve a engaño, en esta sociedad polarizada unos verán el fruto de la activación económica y el resto sólo podremos aspirar a, quizá, un precario puesto de trabajo que nos dará para lo justo, con dificultades, y seguramente tengamos encima que dar gracias a quién (expresión mezquina y falsa donde las haya) "nos da de comer".
Estaremos inmersos en la incertidumbre constante de si tendremos derecho a pensión, por lo que, si es posible, habrá que ir haciendo uno privado, que es a dónde nos quieren llevar.
Seguirá Cataluña dándonos de qué hablar, algún obispo desmadrado que nos quiera regresar al medievo, La Roja y alguna serie de televisión del ínclito José Luis Moreno que nos haga reír con la grosería tosca, burda y rancia de chistes de puticlub.
De vez en cuando nos renovarán alguna infraestructura lúdica o deportiva, pagada por nosotros hasta la comisión correspondiente o el sobre para el Bárcenas de turno, y podremos jugar al frontón con un chándal de mercadillo, el que nunca debimos abandonar.
Es el gran triunfo del sistema, ese que cedió temporalmente con aquella falsa ilusión llamada "Estado del bienestar", pero que recuperó su verdadera vocación. El rico, rico y el pobre, pobre, las cosas "como Dios manda", qué cojones nos habíamos creído.

Las emociones y la política.

Hay quién dice que las emociones nos hacen humanos. Puede que sí o puede que no. Puede ser que las emociones sean el hilo que nos mantiene unidos a los instintos, a lo animal, que es lo que en realidad somos.
No digo que las emociones sean nocivas per sé, ni mucho menos, quién no se emociona con una obra de arte, con las relaciones personales, etc. Lo ideal es equilibrarlas con la razón, lo cual presenta serias dificultades, pues la razón es la prueba más palpable de la evolución y lo que nos distancia del simio.
Las emociones, como muchas otras cosas, deberían quedar para el ámbito privado, personal, y para lo público, para las relaciones sociales, para la convivencia, lo que debiera primar es la razón, el sentido común al que apelaban nuestros abuelos.
Últimamente asistimos a un exceso de carga emocional en la política, en la gestión de los problemas, cuando esos ámbitos debieran ser asépticos y basados en la objetividad de la razón.
Es difícil, muy difícil, pues no somos máquinas y las emociones tienen una fuerte tendencia a aflorar en todo lo que nos afecta.
El problema fundamental aparece cuando se utiliza, premeditada y mezquinamente, la emoción como base de las actuaciones públicas o como respuesta u oposición a las mismas.
Yo no necesito un Presidente que me haga extremecer cada vez que hable, para eso tengo a Pavarotti, a Callas o a Domingo. Yo necesito una administración que actúe desde la inteligencia, no desde las tripas.
Una justicia equilibrada que no intervenga a golpe de alarma social. Una sociedad en que las banderas sean eso, meros símbolos, y que no base el motor de su desarrollo en colores e himnos o en vanas arengas de patriotismo trasnochado.
Necesito que el Estado me proteja de asesinos y bellacos, pero desde la Autoridad objetiva y el imperio de la Ley, no como vengador.
Un Estado que defienda a las víctimas pero desde el Derecho, no como plañidera compungida cuando alguien con más sentido le dice que así no se hacen las cosas.
Estamos en el siglo XXI, no en el XIX, y tenemos que avanzar como sociedad, no retroceder a la tribu y a la hoguera.
Y yo, personalmente, desde mis emociones, me enervo enormemente viendo las sonrisas de las alimañas abandonando cárceles investidas de un victimismo bastardo. Pero la razón me dice que, objetivamente, ha fallado la política y la justicia por dejarse llevar por las emociones en vez de haber intentado solventar los problemas desde la eficiencia y la voluntad de servicio.
Y me entristece profundamente ver como se manipula y se comercia con las legítimas emociones de quién ha sufrido de manera atroz.
Y profundamente me entristece ver como se hace oposición con la misma táctica, las doctrinas, los mitos y las leyendas.
Para cuándo la razón. 

USURPACIONES POCO APROPIADAS

Cosas que le pasan a uno por el Facebook:


A PROPÓSITO DE ESTRASBURGO

La culpa de lo de hoy no la tiene Estrasburgo, se veía venir desde hace mucho tiempo. La culpa la tiene el atajo de legisladores y tribunales chapuceros que lo han hecho todo improvisando a golpe de emociones, alarma social o interés político.
La irretroactividad de la ley es un principio fundamental del Derecho Penal en todo país que se pretende democrático. Si el Código Penal se hubiera hecho bien desde el principio y se hubieran regulado los beneficios penitenciarios de una forma más razonable y menos demagógica, no saldrían a la calle ahora el montón de alimañas e hijos de puta que lo harán, encima investidos de victimismo para dolor de las verdadera víctimas.
Podemos clamar al cielo, manipular la realidad, apelar bastardamente a las emociones de los masacrados, y cargar contra el "malvado" tribunal, pero lo triste es que tiene razón, y eso no quiere decir otra cosa que aquí no se han hecho las cosas bien.
Pero eso, en este puto país, es la norma. 

LA VERGÜENZA

La transparencia es tal que te trasluces, por mucho que amañes comparecencias, porque da igual que niegues o que te invistas de "Estado de Derecho", personalizado en tí como si de un monarca absolutista te trataras.
Dan igual opacidades y silencios pues el hedor rebosa toda cloaca y la gente es menos tonta de lo que parece y el olfato no engaña.
Seguimos anclados aquí, en esta especie de "Día de la marmota", tras años de reclamar un cambio de actitud en la política, padeciéndoos sin remedio, enrocados en el mismo "modus operandi", al que no renunciáis.
Y claro que tiene más credibilidad Luis "el cabrón", por muy delincuente que sea y, quizá precísamente por eso, porque no tiene nada que perder diciendo la verdad y quizá mucho que ganar. Porque mintiendo sólo empeora su situación procesal y colaborando puede mejorarla. Esto es de libro, Mariano, parece mentira que no lo sepas.
Así que tu gobierno y tu partido son ahora los que están bajo más que fundadas sospechas.
Sospechas de financiación irregular y, lo que aun es peor, de unte a cambio de sustanciosos contratos públicos. O sea, que los sobres son al final llenados por los de siempre, por los paganos de todas vuestras historias, por el pueblo cada vez menos soberano.
Pero aparte de todo, que ya apesta con suficiencia, mentir está muy feo y hacerlo de la burda y grosera manera con la que lo hacéis es aun peor.
Aparte de todo, hay algo fundamental que siempre obviáis.
La vergüenza, Mariano, la vergüenza.
 

ESTE ORDEN DE COSAS

En este orden de cosas, en este año de supersticioso número, invierno recalcitrante y primavera exiliada, hasta las flores son tímidas en el estallido, en prevención por lo que pueda decir la troika, esa trinidad intangible que dicta las normas del Universo, las órbitas y las hambres de los humildes que se creían ajenos a la carencia.
Lo que creíamos haber ganado no lo merecíamos, pues era humo insuflado por maquinarias de la demolición y ahora nos cobran la deuda que contraímos por pretender bienestar los que somos carne de penuria.
Y nos lo quitan para alimentar los círculos concéntricos de la corrupción endémica, círculos que son tiovivo del que no se apean los convidados a base de voto estafado y ahí les tienen, robando de lo público, bien con mano en la saca, bien con sobre donado a cambio de adjudicar más latrocinios.
Nos niegan el pan y la sal y nosotros los cebamos, incautos, resignados a sus falacias grandilocuentes desde atriles de titulares.
Los colores se diluyen ante el sistema antropófago.
El sistema que fue condescenciente, pues creía que eramos más fructíferos gozando de migajas de riqueza, ahora prefiere tenernos pobres, esclavos que produzcan más gastando menos. Pero no producir lo palpable, no, producir sus nubes y sus burbujas que, cuando estallan, es al pobre al que barren.
Bien es cierto que podemos rebelarnos, dejar la sangre en la barricada y, aun decapitando indeseables, no se curará el mal pues la hydra tiene mil cabezas que se multiplican a cada hachazo.
Las ideologías de libro caducaron en la práctica pues se colapsan en 140 caractéres redactados desde un móvil. La idea debe ser nueva y renovable al minuto para improvisar estrategias que nos puedan devolver a lo razonable pues, a cada bala nuestra, el enemigo bombardea al segundo y por todo flanco. Se muta como un virus al menor intento de vacuna.
Y no, no estamos preparados.
 
 

DE BAGATELAS Y VENTILADORES

No es fácil pretender ir de referente ético en lo que a la política se refiere. Se ha de contar con la evidencia de que le van a medir a uno hasta las costuras de los gayumbos. Una nimiedad, una bagatela, será sobredimensionada hasta lo insostenible.
No obstante, cuando se gobierna, hay que asumir que habrá oposición, más o menos agresiva pero oposición al fin y al cabo y no pueden atribuirse los actos de oposición a campañas de acoso y derribo.
Cuando se ha podido cometer un error, por nimio que éste sea, lo mejor es rectificar y aquí paz y después gloria.
Eso si se reconoce que ha habido error.
Si no se reconoce pues no hay nada que rectificar y se defiende el hecho sin ambages y sin amenazar con encender el ventilador de la porquería por muchas razones que uno tenga para hacerlo. Si hay que hacerlo se hace, pero no como defensa.
Que el desliz, de existir, sirve para que todo tipo de desaprensivo se regodee por la red para incidir en la injuria y en la infamia, también hay que asumirlo pero no se le debe dar la mínima importancia a lo que no la tiene. Eso no es política, es otra cosa que otros hemos sufrido también y que, si bien afecta a nivel personal, hay que dejar correr, como fluye la mierda por el alcantarillado o bien emprender las acciones legales que se consideren oportunas. Todos sabemos, con mayor o menor certeza, quienes se ocultan tras los apodos.
Ese tipo de plataformas de "trolls" enmascarados no es más que eso, un club de onanistas con pseudónimo, por mucho que se pretenda elevar a la categoría de medio de comunicación a algo que no lo es.
La política es otra cosa en la que debe primar el respeto y a las críticas y las discrepancias hay que responder con argumentos y no con pataletas.
Y bien cierto es que de las cantidades de las que se habla nada tienen que ver con las malversaciones y los latrocinios que recorrieron península y archipiélagos a lo largo de los años, pero en estos casos el tamaño no es lo que importa, y menos en los tiempos que corren. 

LAS SERVIDUMBRES Y LOS CARGOS

Nunca oculté mi ateísmo, más bien lo defendí, tanto aquí como en las redes sociales. Sé que mucha gente no estará de acuerdo conmigo, que incluso me recriminarían mi descreimiento, y bien pueden hacerlo pues para eso están los comentarios, tanto aquí, en el blog, como en las publicaciones que haga en las redes. Ahora bien; si por publicar mi opinión, mis ideas, mi forma de ver las cosas, gusten o no gusten al prójimo que las lea; me encuentro en el portal de mi casa una congregación de buenos ciudadanos, enarbolando velas y cánticos, dispuestos a convertirme a la verdadera fé, sea ésta cual fuere, es más que probable que alguno acabe sabiendo lo que se siente cuando es sodomizado por un cirio pascual.
También soy taurino, totalmente recriminable, por supuesto, y varias veces he dicho que intentaré obviar cualquier defensa de la tauromaquia ante un antitaurino pues, objetiva y moralmente, tengan más peso sus argumentos que los míos. Eso sí, no voy a esconderme ni privarme de decir que una verónica de José Tomás, por ejemplo, me emociona. Si por decir ésto, alguien se considera con derecho a increparme en la vía pública o en la puerta de mi domicilio cuando voy acompañado de los míos, no duden en que pueda acabar tirando de las artes de matar y alguno salga descabellado y listo para el arrastre.
Trabajo en lo que trabajo, trabajo comprometido dónde los haya, y por eso cobro, más mal que bien, pero cobro. Acepto las servidumbres del cargo. Como todo trabajo, el mío está sometido a la crítica de los afectados, incluso aceptando que más que muchos de los demás, por las implicaciones que conlleva y toda vez que afecta a derechos y a deberes. Siempre intenté hacerlo lo mejor que pude, asumiéndolo como un servicio a los demás, a los cuales me debo, pero eso no implica que todas mis intervenciones tengan que gustar a todo el mundo, teniendo en cuenta que siempre hay quien sale perjudicado, unos más legítimamente que otros. Por eso, si a alguien no le gusta como hago las cosas, puede recurrir a la Administración a la que pertenezco para quejarse o denunciar lo que puedan considerar un exceso o una irregularidad, o bien ante los tribunales de justicia. Por supuesto que se pueden dirigir a mí directamente, como muchos hacen, siempre y cuando esté en mi puesto de trabajo o en el ejercicio de mis funciones. Acepto cualquier reproche o recriminación y de buen grado intentaré aclarar cualquier malentendido al respecto. Eso sí, pertenezco a una institución y respondo de mis actos y de los de aquellos que trabajan bajo mi responsabilidad, no de todo el colectivo como bien pueden entender. Pero uno tiene familia y amigos, como casi todo el mundo, y cuando me encuentro con ellos, en la intimidad de mi casa, en mis ratos de ocio, en cualquier lugar público, nadie tiene derecho a hacerme partícipe extemporáneamente de su descontento con el colectivo, con la institución o con mis actos laborales porque eso, por mucho que a alguno pudiera parecerle, no va en el sueldo ni nunca lo fue. Ni ahora, ni cuando cobraba un poco más por trabajar en una zona de especial conflictividad. Mi vida es mía, estimados amigos y enemigos, no del Estado para el que trabajo, y los gajes del oficio deben quedar para cuando desempeño el oficio. Y el oficio, a veces, he tenido que desempeñarlo en mis ratos de ocio para auxiliar a alguien o evitar algún delito en una situación de urgencia, hasta ahí pueden llegar mis obligaciones, más allá no. No todo va en el sueldo, estimado ciudadano y contribuyente. Cuando estoy con los míos no tengo el negociado abierto así que diríjanse a otra ventanilla porque en ésta, en vez de la respuesta de un disciplinado funcionario, pueden encontrarse el cabreo morrocotudo de un padre, una pareja, un amigo, vamos, de un ciudadano de a pié al fin y al cabo.

VALKIRIA

Me llega esta imagen. Tres mujeres, nórdicas y sonrientes, como solo sonríen las nórdicas en una playa balear, extensión soleada de las costas germánicas.
Un inocente recuerdo vacacional de juventud, época de inocentes insolencias.
Desnudez rotunda de diosas wagnerianas.
Qué habrá sido de estas tres jóvenes una vez transcurrido el tiempo.
Centrémonos en la de la izquierda. Pelo corto, ligeramente descuidado con cierto aire varonil. Pero no en el sentido sexual sino en el de autoridad. Sonrisa pícara pero inteligente.
Ligero encorvamiento de espalda quizá preparándose para soportar el peso de las responsabilidades.
Poderosos muslos, columnas dóricas sobre las que sostener, no un planeta como Atlas, pero quizá sí un continente.
Desnudez mitológica bajo los acordes de Wagner tomando posesión de playas mediterráneas.
Miren la foto. Tres ángeles. Pero el de la izquierda es el único con cualidades para portar la espada flamígena con la que expulsar a los indolentes del paraíso.
Un ángel llamado Ángela.

MONÓLOGO BAJO LA LLUVIA

De donde yo vengo no sale el sol en verano, cae a plomo sobre los lomos y el aire se mastica por lo que hay que tragarlo con gazpacho. En invierno, el frío, no deja cobijarte pues sále de los tuétanos de los huesos, de dentro hacia fuera.
Pero la primavera, qué primavera.
La luz es insolente y los azules son originales, sin filtro.
Donde yo estoy se creó el verde, el verde denso y  arrogante coronando picos y lomas. Las rocas son amenaza eterna. Pero el paraíso sólo se mantiene a base de lágrimas del cielo. Y aquí el llanto es de velatorio constante. El cielo es llorón de ofender. Y para uno que se crió a sol batiente, pues la necedad de las humedades hace que tenga una perenne capa de musgo en la chepa.
El verde reinante tiene como valido al gris, que gobierna con mano dura los ánimos y los humores, sobre todo para el foráneo.
Y escribo estas divagaciones cromáticas y climatológicas pues se acercan festivos, de fervores a granel al gusto del consumidor y de poco dispendio pues ya nos inocularon complejo de chipriotas.
Estos días no podré hacer la visita terapéutica a la tierra de la jara y el corcho abrigando encinas. Las aceitunas "machás" tendrán que prescindir de mis halagos pues me quedo aquí, bajo esta nube adoptada, procesionando mi osamenta por las aceras en busca de terrazas y voladizos que palien los orbayos. Dejando aparte a mi odontólogo que hurga laborioso en mi prehístórica caverna bucal de restauración más que obligada.
Pero la vida es lo que tiene, vivir, bajo el riego o en secano, transitando los días en espera de revisitas para recuperar asignaturas de experiencias añejas.
Ahí les queda eso y disculpen el chaparrón de desvaríos.

NOTA DE PRENSA DE LA CEP

Vivimos en el país de las maravillas, sobre todo para todo tipo de chorizos, con corbata o sin ella. Les dejo la nota de prensa emitida por la Confederación Española de Policía al respecto.-

Las bandas de butroneros arrasan en media España mientras el trabajo policial choca contra la impunidad de la libertad decretada por los órganos judiciales

  1.  Este esfuerzo conjunto, sin embargo, se da de bruces contra la apabullante suma de antecedentes policiales de los doce ciudadanos españoles detenidos, que supera con creces el centenar. Sólo una de estas personas había sido detenida en 27 ocasiones.
  1.  La puesta en libertad de este tipo de delincuentes es la antesala de nuevos delitos, de nuevos dramas para pequeños y medianos comerciantes de toda España, que sufren las embestidas de estos grupos.

Madrid, 25 de Marzo de 2013.- La Confederación Española de Policía (), sindicato que representa los intereses profesionales de más 26.000 funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía, quiere denunciar la escandalosa impunidad de la que disfrutan bandas de auténticos especialistas en el robo de todo tipo de comercios, que arrasan los negocios de cientos de ciudadanos por media España y frente a las que la Policía realiza un magnífico trabajo que acaba chocando siempre con las decisiones judiciales de puesta en libertad de los integrantes de estas peligrosas células delictivas. Hoy hemos conocido los resultados de dos importantes operaciones, consecuencia de la labor de investigación de cientos de policías. En la primera de ellas, que ha permitido esclarecer 39 robos con fuerza en joyerías, naves industriales y concesionarios de vehículos, 9 de ellos perpetrados por el procedimiento del "butrón", hasta nueve plantillas diferentes de la Policía (Madrid, Barcelona, Salamanca, Málaga, Zaragoza, Logroño, Valencia y Santander), coordinados por la Udev y la Udyco de la Comisaría General de Policía Judicial, se han dejado miles de horas de trabajo en los cinco meses de investigación. Este esfuerzo conjunto, sin embargo, se da de bruces contra la apabullante suma de antecedentes policiales de los doce ciudadanos españoles detenidos, que supera con creces el centenar. Sólo una de estas personas había sido detenida en 27 ocasiones.

Entre éstos hay auténticos "clásicos" del robo, como un especialista en abrir cajas fuertes, que acumula esos 27 arrestos, casi todos por hechos similares. Sin embargo, tanto él como sus socios disfrutan de una libertad que les permite preparar nuevos "golpes" mientras la Policía ni siquiera ha tenido tiempo de comunicar su detención a los diferentes juzgados de España que tramitan diligencias por los delitos que se les imputan. La puesta en libertad de este tipo de delincuentes es la antesala de nuevos delitos, de nuevos dramas para pequeños y medianos comerciantes de toda España, que sufren las embestidas de estos grupos.

En el colmo del desprecio a la legalidad, se da la circunstancia de que alguno de los detenidos llegaba a ofrecer sus servicios para anular alarmas o abrir cajas fuertes, en una surte de comercio de habilidades criminales que sólo obedece a esa impunidad que tanto daño hace al trabajo de la Policía.

El grupo al que se imputa la comisión de 39 robos, además, había dado un peligroso salto cualitativo, ampliando su actividad criminal a la entrada en viviendas habituales en las que hubiese caja fuerte o al asalto de representantes de joyería. La consecuencia más evidente de esta actividad es el auténtico arsenal de objetos sustraídos, hallado en los 11 registros practicados en Madrid y Seseña.

Por todo ello, los policías queremos denunciar públicamente que el esfuerzo y trabajo que requiere una operación de estas dimensiones se enfrenta, por desgracia y para la frustración de los agentes, a cierta laxitud judicial a la hora de decretar medidas cautelares sobre los detenidos, que quedan en libertad de forma inmediata y pueden cometer nuevos delitos a las pocas horas de haber sido detenidos. Individuos con decenas de arrestos por hechos graves tienen la certeza de que pueden reincidir en sus delitos sin mayor problema. Es hora, por tanto, de hacer un llamamiento a la Fiscalía General del Estado, al Consejo General del Poder Judicial y al Ministerio de Justicia, para evitar que la sociedad española tenga que seguir padeciendo la actividad delictiva sistemática e impune de determinados grupos criminales.

www.cepolicia.com

YO, QUE SOLO SOY...

Yo, que solo soy un viejo infante; de infantería, que no de abolengo; que juré lealtad al Rey y a los fueros del pueblo, siempre intenté poner por encima del primero a los segundos, pues no en vano son los que pagan mi humilde soldada.
Yo, rozado por los zarpazos del fanatismo en tierras norteñas, abrasado por el asfalto de Madrid en revolcones con malandrines de toda raza y catadura, ahora, mayor ya y más sereno, dedico mis afanes a ser sabueso y persigo maleantes, pero sin carreras entre callejuelas, sino con lupas y alquimias.
Y pienso que debo hacerlo a pesar de lo ingrato, pues me debo a la plebe que sufre los desmanes.
Más quisiera yo que estar en otros estamentos de más enjundia dedicado a destapar la inmundicia de las cortes, los concilios y concejos.
Mas gente hay a tal fin más preparada que, sin lugar alguno a la duda, se deja la vida y el tiempo en el empeño, consiguiendo abrir los frascos de las esencias más pútridas, a pesar de zancadillas, trabas, celadas y bastardas recomendaciones.
Yo me vine al pueblo, a lo diario y lo común de andar por casa.
Pero veo que se extiende el estiércol desde los palacios a las ventanillas burocráticas.
Qué decir de las azules sangres que heredan las Jefaturas del Estado y de los bochornosos espectáculos con los que nos regalan.
Qué decir de los gobiernos, lacayos de la germánica usurera, hostigando a los humildes mientras distraen dineros en sobre sin lacre.
Qué decir de los burgueses industriales y los usureros insaciables que construyeron el método de la ruina del peatón, a base de comprar voluntades en los parlamentos y consistorios.
Qué decir de aquel defensor del obrero que sustrajo a espuertas los subsidios con los que quitar el hambre al desahuciado por los caciques.
Qué decir de los cronistas, clientelados a la corriente del poder que más infunda, derramando falacias convenientes a los intereses del amo.
Mientras tanto nos mordemos entre facciones y sectas, que somos tierra de cofradías, y no alinearse pasa gran factura pues la razón libre es fácil presa de inquisidores. La quijada en la mano, presta al golpe al hermano, antes que suspender grave cuchilla en plaza pública como a bien tuvieron los gabachos vecinos.
Nada cambió desde los tiempos antiguos pues somos nación de bellaquería. 

UN PAPA ES UN PAPA

Un Papa es un Papa, un cura con galones, vamos, y eso no lo va a cambiar nadie. Quien pretenda que un Papa participe en la cabalgata del orgullo gay, por ejemplo, va listo. No entiendo por qué ese afán de dar vueltas a las cosas que no van con uno.
Yo no pertenezco a la secta en la que supuestamente manda el tal Paco, el representante de Maradona en la Tierra, perdón, de Dios. Y que sea argentino, conservador, tolerante con dictaduras, etc., no me preocupa. Lo mismo que un imán diga que hay que acabar con el demonio occidental o que un rabino ortodoxo suelte cualquier otra burrada en nombre de Jehová.
Lo que me preocupa es la importancia política que mundialmente se sigue dando a las religiones cuando éstas debieran quedar para casa, para la intimidad de cada cual si sigue en el error de creer en seres supremos y todas esas zarandajas que no han hecho más que darnos disgustos.
Bueno, eso también me preocupa, que se siga creyendo mayoritariamente en todo tipo de mitos y leyendas, esoterismos, y que se pueda manipular tan alegremente a la inculta población.
Pero qué le vamos a hacer, Belén Esteban sigue arrasando en audiencia junto a los patéticos guiones de las criaturas de Jose Luis Moreno en sus distintas comunidades vecinales.
Eso sí, el que quiera, que vaya con Dios, pero que no joda al prójimo.
Pero esa es otra historia.

Mi comunidad de vecinos

Mi comunidad de vecinos, no ya por mayoría sino por unanimidad, ha decidido en junta extraordinaria que se desvincula del municipio.
Este inmueble y sus ocupantes, a través de la presente declaración, se constituyen en una entidad jurídica independiente y emplazan al Ayuntamiento a establecer un proceso de diálogo desde los principios democráticos del respeto a nuestro inalienable derecho a decidir.
A partir de esta fecha no se asumirá el IBI ni otras tasas municipales, salvo la del suministro de agua, por incapacidad de autogestionarlo.
La recogida de basuras no será un problema, que si cubos que si contenedores, pues serán los vecinos los que por turno se harán cargo de la recogida.
Si cualquiera de las administraciones considera la posibilidad de ejercer acciones legales con este nuevo escenario de soberanía democrática, lo interpretaremos como un acto de miopía democrática y una cerrazón autoritaria ante una expresión de voluntad popular.

EL NUEVO FASCISMO

El nuevo fascismo se disfraza de apolítico, de independiente. La culpa de que este ácido caldo de cultivo se extienda como la pólvora la tienen las organizaciones representativas, tanto políticas como sindicales y empresariales, que, o bien acogen en su seno todo tipo de corruptelas institucionalizadas, o bien miran para otro lado, o bien no transmiten la limpieza que la ciudadanía y la situación del país demandan.
El nuevo fascismo no canta el "Cara al Sol" ni anda por las calles apaleando rojos. Son más sutiles, infiltrándose en el desencanto, propagan todo tipo de falacias para acrecentar las miserias reales, que no son pocas.
Están en la derecha, como no, pero ejercen de independientes viendo la innegable ruína a la que nos lleva el liberalismo. Están en la izquierda apuntados a todos los carros y exacerbando la desafección a las instituciones. y no les importa mezclarse entre rojos, anarquistas o gente cabreada a la que no le queda otra que agarrarse a un clavo ardiendo.
En ese nuevo fascismo no es raro el solidarizarse con los desahuciados y demás desfavorecidos, pero no se pierde la oportunidad de cargar las tintas contra colectivos críticos como, por ejemplo, los intervinientes en los Goya, utilizando la simpleza de que son rojos con dinero, como si el ser de izquierdas implicara voto de pobreza como si fueras franciscano.
Y no digo que la crítica no sea legítima, lo que huele mal es la intencionalidad final que se transluce.
Si bien critican al gobierno de derechas, no tienen ustedes más que seguirles un poco para ver dónde suelen cargar las tintas. En el reloj del sindicalista, en la pasta de la Verdú o el Bardem, etc., etc.
Sé que alguien pensará, alguien que siga mis publicaciones y mis intervenciones en las redes sociales, que yo suelo practicar el mismo método, dando caña a diestra y a siniestra, y tendrá razón, pero lo que varía es la intención final. Yo siempre he sido independiente, de izquierdas pero independiente, y me duele más la izquierda que padecemos que lo que es la derecha,  pues la derecha es lo que es, derecha, mientras en la izquierda hay mucho desorientado que lo mismo podría estar en la CNT que en Falange Española de las JONS, simplemente fue llevado a esa opción por el contexto y las compañías.
Pero mi intención nunca ha sido acabar con la política ni despojarles del sueldo a todos, más bien al contrario, siempre defendí que el político tenía que estar mejor pagado que el resto por lo que supone representar a los ciudadanos, eso sí, representarlos sin timarles con el programa electoral y ejerciendo el servicio al pueblo desde la más estricta honestidad y ejemplaridad.
Y son tiempos en los que cualquier fascismo prospera, miren por ejemplo hacia Grecia, pero aquí estamos aprendiendo a ser más sutiles y se disfraza de justa indignación la defensa de ciertos intereses bastardos, viendo la oportunidad de que fructifique el sueño autoritario que siempre se tuvo dentro.
Piensen en esto cuando naveguen por el Facebook o el Twitter y comparten algunos cartelitos graciosos. Miren quién lo comparte y qué finalidad última pueden tener. No digo que no compartan mensajes con los que están de acuerdo, simplemente les invito a hacer esa reflexión. 

BLOGUEANDO UN TWITT

Suele ser al revés, se twittean posts del blog, pero hoy, que estoy especialmente vago, lo voy a hacer a la inversa.


VAYA TROPA

Mariano nos dió el sermón.
Que es falso todo, que no, que es víctima de un complot judeo-masónico, el agit-pro mediático que intenta cercarle, a él, un político íntegro y un registrador de la propiedad intachable. Que ha perdido dinero por kilos metiéndose en política.
Que mira tú que la oposición haga caso a cosas que se publican en diarios de máxima tirada, es que... vamos, qué deslealtad, y no con él o su impecable partido, no, con ESPAÑA.
Si así se pretenden despejar las dudas que sobrecogen a la ciudadanía vamos listos.
Cómo se nos ocurre, populacho ingrato, protestar contra lo que parece a todas luces un mangoneo con el daño que puede hacer eso a la Patria. Cómo es eso de cercar al partido mayoritario, el que ganó unas elecciones para llevar al país adelante incumpliendo cada punto y coma del programa.
Por el bien de nuestra sociedad, según nuestro protolíder, debemos seguir tragando y mirando el fútbol o las series de José Luis Moreno y su troupe. Que todo se va a arreglar, que nos lleva por el buen camino, como para ahora estropearlo todo por un quítame allá esos sobres.
Que allá Bárcenas y sus apuntes, que es como si no hubiera existido ni tenido nada que ver con el clan.
Que allá el confetti de Ana Mato que son chiquilladas y no nos llevan a ningún sitio.
Que el pueblo lo que tiene que hacer es sacrificarse por el bien de la nación, sin hacer caso a informaciones y malos pensamientos que sólo conducen a la turbación y el desasosiego. Sacrifíquese pero no piense.
Vaya tropa. 

LO PEOR

Lo peor no es que pasara, que pasó. Lo peor es que lo veían normal, lógico, justo y necesario, nuestro deber y salvación darles gracias siempre y en todo lugar por robarnos tan impunemente. 
Porque cobrar dinero negro es robar, sí, se lo digo a todo el que no lo tenga claro, sea político o escayolista. 
Es robar porque no se contribuye por lo que los demás, los ineptos honrados, contribuimos cada vez más, hasta la asfixia. 
Es robar porque cuando alguien da dinero negro, qué no tendrá oculto. 
Cuando alguien blanquea a través de sobres suculentos a cargos políticos o altos funcionarios lo hace con un fin, una contraprestación que nos seguirá costando dinero blanco a los demás a través de las esquilmadas y a la vez insaciables arcas públicas. 
Porque el dinero no desaparece, simplemente se ennegrece y se blanquea en un perverso ciclo que cada vez que pasa por la gente decente es para adelgazarle la cartera. 
Lo peor no es que pasara en el partido mayoritario actualmente, lo peor es que las reglas del juego estaban así, a la medida y conveniencia de cada cual, y el que esté libre de pecado...
Lo normal, una gratificación por la ingrata labor del servicio al ciudadano. 
Una temporada en la política trincando y cuando acabes, te tengas que ir o te echen, no te preocupes, que chiringuitos financieros, energéticos, telecomunicaciones o fundaciones varias, hay a espuertas para acogerte y que no quedes en paro y a seguir estrujando la generosa teta de la madre España. Que para mantenerte están los currantes, ¡ah!, coño, que casi no quedan currantes, igual se nos acaba el chollo, pues fabriquemos autónomos, que se cotizan solos y no hay que indemnizarlos cuando acaba el contrato. 
Lo peor no es que sean mayoría, que quizá no la sean, los que trincan, digo, lo peor es que el político honrado está más despistado que un pulpo en un garaje, y no sabe qué hacer. La mierda aprieta y acaba ahogando. 
Lo peor no es lo de ahora. Lo peor es que es lo de siempre. 

SI YO FUERA HANNIBAL

Si yo fuera Hannibal Lecter, el intelectual y exquisito psicópata antropófago, tendría la despensa llena.
Sus víctimas, por lo general, lo son por hacer sobrados méritos para ello. Por su cocina han pasado otros psicópatas, millonarios corruptos y corruptores, políticos y funcionarios caceros, etc., etc.
En España hay mercado, podríamos relanzar la economía si hubiera demanda suficiente, oferta tenemos de sobre, perdón, de sobra.
Cuánta carne de calidad, cebada con delicatessen de las que no se han privado gracias a sus promociones, recalificaciones, blanqueos, sobornos, alzamientos de bienes, comisiones, etc., etc.
Bien cocinada, servida en pinchos de diseño por los bares y restaurantes y, como no, en los comedores sociales que tan necesitados están gracias a las proezas de este ganado.
Claro que el cine es eso, cine, y es ficción, la realidad es que esa carne sentaría mal al cerdo más glotón y, encima, nos acabaría repitiendo. 

PUES ESO

Si alguien duda de que nos toman por imbéciles es que les da la razón. Aunque razón tienen pues ahí siguen, con los mismos hábitos, los mismos tics, la misma prepotencia, el todo vale.
Este sistema no puede degenerar más, y no puede degenerar más porque lo que se ve y de lo que nos enteramos es sólo la punta del iceberg que llevará este transatlántico peninsular a pique.
Habrá alguien que me explique para qué sirve el parlamento, pero viendo, por ejemplo, la comparecencia del ministro de hacienda ayer, con su actitud chulesca y tabernaria para no explicar nada de lo que él es el encargado de explicar, pues lo dice todo.
Sobres hubo, pero a mansalva, y no sólo los de Bárcenas, pero no tendremos explicación satisfactoria pues, o bien todo ha prescrito o bien no hay constancia escrita de aquello de lo que no se debe dejar constancia, de lo negro.
¿Tienen ustedes facturas de lo que han pagado en negro con la supuesta intención de rebajarse el IVA de la facturación?. Pues eso, y que nadie mire a otro lado ni silbe melodías.
¿Tiene usted, profesional liberal, constancia de lo que ingresa bajo manga, sin facturar?. Pues eso, también.
¿Tiene usted, cargo sindical, político o empresarial, declarados los gastos de viaje para un Congreso o reunión que le abonaron mediante sobre?. Pues no, y si a su declaración de la renta me tengo que remitir, pues eso, na de na.
Y es usted responsable de lo que hace, que cada palo aguante su vela, pero lo que se ha instaurado en esta tierra es un virus difícil de curar. Y los que no paran de mutar el virus no son otros que ellos, lo que se denomina la "casta", la clase política, la nueva oligarquía que no ve el límite de la paciencia ciudadana.
Huele a estiércol lo que ocurre, lo que vemos y más lo que no vemos. Lo que todos suponemos porque, imbéciles sí, pero no tontos del culo.
Y no pasará nada, y podrán ustedes salir a la calle indignados y montar follón que ellos, en sus poltronas, se seguirán descojonando mientras comprueban como el interés informativo se diluye en incidentes, enfrentamientos y cargas policiales.
Pero el dinero estaba, y el dinero negro no se imprime así, en negro. En su día fue dinero blanco que alguien ennegreció sustrayéndoselo a usted y a mí.
Y el déficit no sería tal, y los recortes no tendrían que ser tan como son, y no tendrían que seguir ahogándonos los mismos que nos robaron la cartera.
Y habrá políticos honrados, sin duda, pero como no se amotinen y retomen el rumbo de este Titánic, corremos el riesgo de que aparezcan iluminados salvapatrias que, en un sentido o en otro, acaben con el chiringuito con métodos que suelen llevarnos a trágicas consecuencias.
Liderazgo ético hace falta para restaurar la democracia. Esa democracia que otros prostituyen saltándose sus reglas fundamentales y rehaciéndolas a capricho como, por ejemplo, en Cataluña, llevándose a la ciudadanía a un fraude democrático teñido de banderas.
Porque confundimos el culo con las témporas y no vemos lo que realmente está ocurriendo.
Pues eso.


PARA EMPEZAR EL AÑO, POCO A POCO

Seguimos aquí, sin muchas ganas pero habrá que mantener este blog vivo, aunque sea latente.
Las cosas están como están y viendo cómo están casi no me encuentro capacitado para comentar nada.
Ahí sigue Mariano en su labor, o en su dejar hacer, de empobrecernos más si cabe.
Ahora, hasta los del FMI reconocen que igual se equivocaron un poco con la masacre que llevaron a cabo en los suburbios de Europa. Pero no rectifican y la línea sigue.
El paro sigue imparable, tocándole también a la banca y, muy en breve, comenzará la escabechina en las administraciones públicas.
La mayoría de ayuntamientos al borde de la intervención, exprimiendo a tasas a los ciudadanos, desarrollando la imaginación que no usaron para no despilfarrar, ahora para desvalijar a los empadronados.
Los empresarios empeñados en tener esclavos en lugar de asalariados y los sindicatos más perdidos que un pulpo en un garaje.
Y yo que pensaba que esta crisis igual servía para regenerar un poco la forma de hacer las cosas, pero no, siguen robando a manos llenas, ni les hables de recortar asignaciones y dietas pseudodelictivas, que ellos no son funcionarios, que ellos son otra cosa.
A la otra orilla, casi nada. Un PSOE adormecido y enrubalcabado, unos nacionalistas con sus pulsos y  sus lacrimógenos victimismos, y una izquierda que tampoco sabe a qué agarrarse y tira como mito de un niñato ultra de un equipo de fútbol cuyos méritos han sido hacer el canelo desde la más tierna infancia en diversos ámbitos y haber sido detenido por pseudoterrorista.
Esta es la izquierda que tenemos, la que ensalza a personajes como éste o como el camarero de la cafetería Prado, mezquino y mentiroso donde los haya. Necesita santoral esta izquierda tan laica.