Hoy tuve que hacerlo, me resistí durante mucho tiempo, en las últimas y convulsas fechas aun más, pero hoy se sobrepasó mi capacidad de aguante.
Desde el año 2006 llevo en el mundillo éste de los blogs, antes de que aparecieran las redes sociales tal y como las conocemos hoy, y se fue creando; de una manera mucho más lenta y selectiva que lo que ocurre, por ejemplo, con Facebook a día de hoy; una red en la que conocí, de forma internáutica, a los blogueros a los que enlazo en esta página.
Entre ellos estaba y sigue estando
Don Ricardo Royo-Villanova, autor del referencial blog
A sueldo de Moscú, muy seguido por la izquierda, y un interesante nido de trolls de toda calaña, para lo bueno y para lo malo.
Su ingenio, su sarcasmo, su forma de tratar la actualidad, desde su ideología pero desde la ironía, le convirtieron en un famoso articulista, siendo ahora lo que se dice "favstar" en twitter y facebook.
En las últimas épocas, con los efectos de la crisis, el gobierno del PP y sus políticas antisociales, la respuesta ciudadana en las calles y las convulsiones y actos violentos que en las mismas se han vivido, han hecho que en más de una ocasión nos enfrentáramos dialécticamente, más por sus exacerbadas salidas de tono que por las mías, pero nunca llegó la sangre al río y si bien la tensión tuvo momentos álgidos, todo pudo suavizarse y reconducirse.
Como bien saben, el que suscribe tiene una profesión. Profesión controvertida dónde las haya, sobre todo en momentos de convulsión social. Uno acepta las legítimas críticas y hasta incluso las ilegítimas pues desde depende qué punto de vista y las manipulaciones informativas de las que todos somos objeto, se entiende que mucha gente no entienda la labor policial en temas tan controvertidos como el orden público.
Pero hoy sólo ha hecho falta una pequeña frase, mejor dicho, dos palabras unidas, para que me decidiera a eliminar de mi lista de amigos de Facebook al insigne "moscovita".
El término en cuestión es
"bombas lapa", en el post de facebook que les enlazo, citando una frase de un tema de un grupo "musical" de tendencia claramente radical.
Y es que las "bombas lapa" significan mucho para mí, querido Don Ricardo, como para aceptarle pulpo como animal de compañía.
Las tuve muy cerca, demasiado, tanto que quince días después de que un servidor montara en un vehículo, éste fuera volado en pedazos con su conductor dentro, mi amigo Modesto Rico, al cual unos hijos de puta,
uno de ellos vecino y conocido de la familia, decidieron quitar la vida por el delito de ser policía en una tierra donde el fascismo más brutal se adueñó de las calles. Fascismo muy tolerado o ignorado por gran parte de la izquierda española y vasca. Incluso usted, Don Ricardo, era uno de los mejores abogados virtuales de formaciones como EH, Bildu, el periódico EGIN, etc., apelando a su gran sentido de la "libertad" y la "democracia", cuando la ley y la justicia comenzaron a actuar contra ellos, como parte del aparato de una banda criminal.
Varias de esas "bombas lapa" se llevaron a compañeros, amigos y a familiares e hijos de éstos, mientras la progresía más avanzada miraba para otro lado.
También se llevaron por delante a representantes políticos, en esa estrategia de limpieza ideológica que denominaron "socialización del terror", dando el paso que motivó que la sociedad reaccionara, puesto que antes se oía demasiado frecuentemente aquello de "va en el sueldo" o "algo habrá hecho".
Y bien sé, porque aun razono, que está muy lejos de sus deseos que vuelvan a volar a alguien con "bombas lapa", pero sus exabruptos provocadores me han llevado hasta el hartazgo. La mejor forma que tienen ustedes de luchar contra la derecha es ganando elecciones, convenciendo a la gente de su valía y su superioridad moral, en vez de intentar en la calle ganar lo que nunca consiguen en las urnas. No me extraña que el experimento "Podemos" les esté comiendo las sopas.
Fue bonito mientras duró pero uno tiene una edad en la que ciertas bromas de parvulario no acaban de digerirse.
SALUD Y REPÚBLICA, Don Ricardo, pero las "bombas lapa" sabe usted por dónde puede metérselas.