MI PIE DERECHO Y YO. Cuitas y desavenencias.

Mi pie derecho se volvió insumiso. Se resiste a alzarse y mira al suelo, su lugar natural. Esta actitud  necia me provoca no pocos problemas porque, demasiadas veces, se me olvida en el paso anterior y se ancla provocándome serios disgustos.
No se puede  consentir tamaña indisciplina así que me puse en manos profesionales, y en otras no tanto, a ver qué medidas habría que tomar con el rebelde.
El método oriental, gentilmente ofrecido por una amistad, denominado Shiatsu, la verdad es que me relajó bastante, el ánimo y la cartera pues la amabilidad me salió por 30 € de vellón, pero bueno, eso ahora no importa y estoy agradecido igualmente.
El método científico varió, desde una supuesta tendinitis a un pinzamiento lumbar, y en esas estamos. Corticoides intramusculares, que al infractor se la refanfinflan,  pues quién sufre el castigo físico es mi trasero,  y hoy una resonancia magnética durante la cual, veinte minutos exactos, mi pie ni se inmutó y el resto de mi persona, resignada a la inmovilidad absoluta, se encontraba sepultado en vida, en un nicho para nada tranquilo, pues la ambientación sonora no era precisamente de Camposanto.
Parecía un concierto de música electrónica de esos en los que, para aguantar, hay que acompañarse de diversas sustancias ilegales, eso sí, acompañadas de agua mineral, que es muy sana.
Ahora, esperar una semanita hasta que impriman las imágenes y las informen, a modo de atestado, para entregárselas al Juez Instructor del caso, o sea, mi traumatólogo, el que yá aplica las medidas provisionales que les he relatado.
Mientras tanto el díscolo pie sigue sin mirarme aunque, de vez en cuando, por joder y por resistirse, aún más si cabe a la autoridad, suele retorcerse por las noches, separando los dedos, que parecen también incómodos con la protesta y soltándome unas descargas eléctricas a lo largo de la pierna que, a veces, me hacen dudar de la pena capital, o sea, amputación, si es que ésta sirviera de algo que, como está demostrado en otros casos, no deja de ser una medida drástica, ausente de ética, y poco efectiva a la hora de ejemplarizar.
Y es que ahora gobierna mi pie izquierdo, que no es que sea una maravilla de la acción y de las soluciones, mientras el derecho está en la oposición, que no es que haga mucho pero, lo poco que hace, sólo sirve pa joder y es capaz de derrumbar el edificio con tal de hacerse notar.
Por qué la dualidad, por qué bilaterales.

1 comentario :

Desde Madrid dijo...

Por lo menos la izquierda te funciona , aunque solo sea el pie.

SALUD Y A MEJORARSE