HARTAZGO, OTRA VEZ.

Para algunos soy un marxista peligroso. Un antisistema infiltrado en el sistema del que vive. 
Para otros soy un fascista camuflado. Un neoconservador maquillado de progresismo. 
Para otros seré simplemente gilipollas, por qué no, y a veces quizás sean los que más acierten. 
El caso es que para mí, conforme avanza el tiempo, todos ellos, lo que hacen, es provocarme un cansancio atroz. 
La mentira soez como propaganda. El sectarismo tribal que me asfixia. Los buenos y los malos. Los justos y los malvados. 
Se trinca y se afana lo que buenamente se puede desde todo el espectro político y se señala a unos con una mano mientras se cacea con la otra. 
Los medios de comunicación se convierten en viles panfletos que insultan a la inteligencia de los lectores, oyentes o espectadores. Sirven a sus amos o bien son los amos que dictan que política es la conveniente dependiendo de la opinión creada. 
Se cavan trincheras de nuestros padres para desvelar los crímenes ajenos o se arrojan escombros en las fosas para tapar los propios. 
Todo se manipula, hasta el iphone del mismo transeúnte sirve para un objetivo o el contrario según quién transmita el archivo multimedia. 
En vez de discutirse el modelo de Estado por la legitimidad democrática del mismo, tiene que aparecer un yerno trincón de papel cuché para que se abra el debate.
La red no sanea, al contrario, parece extender la podredumbre y la falacia a golpe de oportuno "tweet". 
Los que gobiernan ahogan al débil, como hicieron los anteriores, indignados ahora, con la diferencia de que a los actuales les remuerde menos la conciencia o simplemente se esfuerzan menos en el maquillaje. 
Gobierna, ya sin tapujos, la usura en estado puro. 
Mi nómina decrece y mi prima de riesgo aumenta y encima se me otorga el papel de villano en la película de serie "B" de la que todos formamos el reparto. 
La ética es asesinada en cada esquina, en cada despacho, en cada asamblea. 
No tendréis mi beneplácito los unos ni seguiré la pancarta de los otros. 
Ni me creo los planes ni las espontaneidades. Mentirosos.
Por mí os pueden ir dando a todos. 

1 comentario :

Anónimo dijo...

Bueno, Don Filo, lo que Ud. relata es sólo la vida tal cual. Y de las mejores.
Como verá, somos libres y no nos estamos matando unos a otros ¿Conoce Ud. algo mejor?

Un Oyente de Federico