La revolución posible.

Además de la gran mayoría del país, existen dos colectivos básicos del sistema que dan sobradas muestras de sumarse a la indignación general a pesar de encontrarse en una incómoda y controvertida situación en época de conflictos. Me refiero a la judicatura y a las ffcc. de seguridad del Estado.
Nadie se alarme de antemano. Nada más lejos de mi intención que ninguna trama golpista ni actos ilegales de insumisión o desobediencia institucional como plantea algún irresponsable líder político o sindical.
Se trataría de cumplir estrictamente la función constitucional que se les asigna, pero priorizando en lo que realidad importa.
Imagínense por un momento que se empiezan a desenterrar legajos judiciales archivados, informes, dossieres y notas informativas policiales que no llegaron mas que a un cajón de algún mando de libre designación.
Una actuación decidida y coordinada, sin salirse del procedimiento, un tirón de manta radical que llevara a la cárcel a todo maleante que contamina las instituciones y la vida pública, sin temor a que caigan partidos, agentes sociales, ong's y el "sursum corda".
Una catársis sanitaria que depurara el sistema y lo dejara hecho un solar para que la sociedad refundara los cimientos de algo nuevo.
Si llenamos las prisiones de la gran mayoría de los verdaderos delincuentes y recaudamos gran parte de lo trincado no será un milagro que cure totalmente nuestros males, pero empezaríamos a intentarlo.
Muchos dirán que es una idea descabellada pero viendo las alternativas que se dan por izquierdas y derechas, basadas en fórmulas ya probadas y de nefastos resultados, o sea, la checa o el cuartelazo, pues miren a ver.
Bueno.
Ahí lo dejo, que empiezan a oírse sonidos extraños por mi escalera y el móvil se ha vuelto loco.

3 comentarios :

Anónimo dijo...

Su propuesta, si me lo permite, adolece de cierta bisoñez. Tarde o temprano todas esas actuaciones toparían con el cuadro de mando intermedio o superior, el cual sabe muy bien a quién se debe. La oligarquía tiene a su gente de confianza colocada allí donde precisa. Y ya se sabe que todo el mundo tiene un precio.
Me temo que nunca entregarán el poder por las buenas.

Anónimo dijo...

Estimado, Don Filo, un año más le deseo el mejor 2013 de todos los posibles, para Ud. y todos los suyos.

Y esté atento que empieza en martes.

Un Oyente de Federico

Juan Luis Nepomuceno González dijo...

Igualmente, Don Oyente. A ver qué nos depara el 13. No soy supersticioso pero si pesimista.