CALVARIO SIN RESURRECCIÓN A LA VISTA

Todos lo hemos visto. Un polideportivo en cada barrio, una piscina climatizada en cada pueblo, aunque no naden ni las ranas, pero por aquello de los votos.
Más museos que habitantes, centros de interpretación del cangrejo de río, auditorios faraónicos que no los llena ni una convención de frikis de las sagas galácticas.
Si había que hacer un puente para cruzar el río había que hacerlo con chulería, el arquitecto más renombrado y que haya puenteado en los USA y en países de similar abolengo.
La mayoría de estas cosas solían traer sobrecostes, claro, pero había crédito y la pólvora del Rey entraba a sacos o en bolsas de basura.
Facturar a lo grande, picotear de aquí y allá, que da pa tó.
Que vamos a hacer una ley por mor del bien común en la que se exija el uso de un tipo de producto, pues antes de redactarla le decimos a nuestro cuñado que funde una empresa, que la subvencionamos, y luego a contratar. Los puestos de trabajo a gente de confianza, de los nuestros, y a algunos de los otros, para que no digan o, mejor dicho, que tengan que callar.
Gobernar, legislar, administrar o despilfarrar en función de la rentabilidad electoral.
Pero en el cuento de la lechera el cántaro acaba rompiéndose y de magnates pasamos a andrajosos a golpes de realidad.
La usura gobierna el orbe y suele hablar alemán. Se vuelve al pan duro y a la sopa de ajo por narices, no por esnobismo folk de un país para comérselo.
Los líderes obreros reaccionan, con motivo, pero lastrados por el letargo en el que estuvieron sumidos mientras esto era jauja. Piquetes de pensionistas, algunos en coches de 24.000 €, recorren las calles de Asturias vigilando que se cumple la consigna de la lucha obrera.
Mientras tanto se suplica al gangster que aporte un diez por ciento de sus botines, que si paga un poco no irá al talego como la gente honrada y desposeída.
Estamos en Semana Santa, semana de recogimiento, de pasión, de calvario. A redoble de tambor cofrade, similar al de los patíbulos, nos fustigan. No me jodáis que no entran ganas de crucificar a alguien. 

1 comentario :

Anónimo dijo...

Cuanta razón tiene Ud. y que bien lo cuenta.

Lo de los “centros de interpretación” es algo de lo que no se puede nombrar sin poner cara de Mr.Bean.

Cuando dice Ud. lo de “mientras esto era jauja” a mi no me mire.

Un Oyente de Federico