Hay un toro calzado con  botines llorando a la orilla de un lago. 
 Las banderas de los taxis  no están bajadas ni marcando "libre", están a media asta. 
 Nuestro amigo el policía,  policía nacional, "apatrulla" la ciudad con más desgana de la  habitual.
 El pueblo, el pueblo  de verbena, de pasodoble agarrado, de copla, fiambrera y "cassette" de  gasolinera, el pueblo que existe aunque nadie lo nombre, el que llena plazas de  toros para ver corridas o para oír las canciones de un semejante, de una persona  normal, feo con avaricia pero igual a la gente común, de voz chillona y  gorgorito imposible terminado en "au", ese pueblo, ajeno a la CULTURA con  mayúsculas y lector del "Marca", de café con churros y manos callosas, de  cañas y tapas de domingo, rozando el "mileurismo", hoy, echa de menos a  alguien.
2 comentarios :
Pues sí señor. Un compañero del curro me dijo hoy: "Con la cantidá de hijoputas que hay sueltos, y se tiene que morir el Fary".
Era el único español que no le caía mal a nadie.
Cuanta razón tiene su compañero.
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