BIN LADEN TIENE UN PLAN

Quieren borrarnos del Magreb a españoles y franceses, teniendo como objetivo la conquista, o recuperación, según se mire, de Al-Ándalus. Pero éstos no son los Omeya. Éstos traen un Corán rancio y negro y la inmolación como cimitarra. Qué hacer.

Puede ser que, en evitación de males mayores y con el fin último de la Paz como bien supremo, como buenos progresistas que somos, forjar una alianza de civilizaciones tendente a que, en su día, reformar el estatuto Andalusí y establecer una relación de soberanía compartida o una consulta popular para reconocer el derecho de autodeterminación, una vez que se islamice nuevamente la Giralda. Puede que en esto consista el “Plan Laden”. Para ello nada mejor que establecer varias mesas, una con los soldados de Alá, para evitar masacres, y otra más política y multilateral con gente tan democrática como el rey de Marruecos, los emiratos árabes, Siria, Gadaffi y las dos facciones palestinas por separado. Los refugiados que se generen de los andaluces reacios a la islamización habrá que repartirlos solidariamente entre los territorios del Estado o de lo que quede de él, rogando encarecidamente colaboración a las nacionalidades de vascas y vascos, paisos catalanes, etc., con los correspondientes traspasos presupuestarios, para que, mediante una fase de euskaldunización o catalanización puedan integrarse plenamente en la idiosincrasia de su nueva patria, aunque sin perder el gracejo y la sal andaluzas, que no acabo de ver yo a Chiquito de la Calzada con txapela o barretina. ¿Se imaginan un chiste de Chiquito en euskera?.

El bastión de la defensa (algo muy conservador pero necesario) de los españoles de tradición cristiana, ateos, laicos o confesionales, deberá establecerse, como en otro tiempo, en las montañas de Covadonga, por si a Al-Ándalus le da por expandirse más allá de lo acordado. Queda como consuelo el tener como recurso aliado la posible ayuda que pudieran prestar desde el norte Francos y Godos por si acaba todo yéndose de las manos y a lo mejor, entonces, es posible iniciar la añorada y tan fallida construcción europea.

Debo confesarlo, hoy no me tomé la pastilla de las ocho.