Que nadie se ofenda. No es más que una marca de licores destilados en Gijón. Éste, precisamente, es licor de miel, por lo que la acepción del término es bastante dulce. La redacción de la etiqueta tiene su aquél: "¡Qué bueno ye! HIJOPUTA". ¿En qué quedamos?, o "ye buenu" o "ye hijoputa". O ¿se puede ser bueno e hijoputa?, según (otra vez) Don Antonio, hay términos que son incompatibles.
Puede que la expresión se refiera a un buen hijoputa. Lo que es aclaratorio es el subtítulo "Agua de vida". Ahí les dejo esta curiosidad frívola y sensacionalista. Que no ando profundo hoy.
Puede que la expresión se refiera a un buen hijoputa. Lo que es aclaratorio es el subtítulo "Agua de vida". Ahí les dejo esta curiosidad frívola y sensacionalista. Que no ando profundo hoy.
2 comentarios :
No se crea Don Filo que la cosa tiene su fondo.
Cicerón nos advirtió: “Nada, por absurdo que sea, puede decirse que no haya dicho algún filósofo”.
Y en este caso tenemos tenemos a ese gran pensador, faro que nos guía en la oscuridad y apostol de la izquierda española, Ludolfo Paramio.
Bajaba por las escalerillas del avión que le traía de vuelta de un viaje a Mexico (¿creo?)y los periodistas fueron a preguntarle sobre las “mordidas” que el hermano del entonces Vicepresidente del Gobierno del PSOE, Alfonso Guerra, estaba cobrando a cambio de la concesión de “favores especiales” del Gobierno Español.
El gran pensador respondió a la prensa con la frase que ya forma parte de las obras cumbres de la filosofía y el pensamiento humano:
“Hay mucho hijoputa suelto”
La primera vez que ví los licores de esta marca en un escaparate pensé que, además de la función propia de toda bebida espirituosa, estos licores podían ejercer una importante función pedagógica como ilustración práctica de la importancia de los signos de puntuación. Porque no es lo mismo entrar en una tienda y decir...
"Deme una botella de licor Hijoputa".
... que decir...
"Deme una botella de licor, hijoputa".
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