Tras la sanitaria retirada del Jesuita Iracundo, aquél que tantos besitos se dio con González primero y con Aznar después para luego sacar el traje de Aitor y lanzar exabruptos en nombre de la tribu, llegó a liderar, o a intentarlo, el histórico partido del árbol milenario de cuyas ramas se descolgó la serpiente, un hombre relativamente razonable que pretendía defender, por encima de los dogmas de Sabino, la democracia y la libertad antes que los delirios soberanistas.
Imaz recordaba a un tal Ardanza en el pragmatismo y racionabilidad y podía recuperar la formación política como bisagra efectiva en el parlamento de eso que llaman Estado, y ser pieza clave para la formación de eso que ahora se llama "Gobierno de España".
Pero enfrente estaba la sombra del clérigo nacional-catolicista y sus espectros Ibarretxe y Egibar, tan amigos de "planes" y "consultas", con una muy particular idea de lo que significa democracia y derechos, a los cuales, parece ser, solo pueden optar los de su cuerda, y se la refanfinfla muy mucho que gran parte de la sociedad esté bajo un punto de mira siniestro.
Imaz, que, a mi modesto parecer, tiene dotes para revestir de sensatez la política fangosa en la que nos encontramos, optó por la coherencia y se fue, sin aspavientos, de un gallinero con demasiados gallos de pelea, y la pérdida de un político coherente, se esté o no de acuerdo con sus ideas, puede ser un desperdicio que, dado como está el mercado, no nos podemos permitir.
2 comentarios :
Le vamos a echar muuuuuucho de menos por estos lares .... A ver si Urkullu tiene alguna oportunidad continuísta en esta línea ... aunque mucho me temo que Egibar y sus secuaces no le van a dejar....
A la entrada del cementerio civil madrileño está la tumba de Salmerón Presidente de la 1ª República EspañolaEn su epitafio se puede leer que «dejó el poder por no firmar una sentencia de muerte».
En tiempos donde la incoherencia es la característica más "coherente" entre las que definen a los individuos , causa respeto y admiración un acto de este tipo.
Hay esperanza en la especie humana, mal que les pese a algunos.
Salud y sea usted bienvenido estimado espadachín
Mr Reivaj
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