Cual flamante novia o novicia salió radiante, de blanco de pureza de virginal ministerio, acompañada, no del novio sino del padrino, al que, por los nervios ceremoniales, a punto estuvo de usurparle el atril diestro. Llegó el gran día, el día de la sagrada comunión con los parias de la tierra, el día del ritual del que se venía teniendo noticia mediante discretas y reiteradas amonestaciones prenupciales. Allí estaba Carme, o Carma o como se llame, Chacón, delante del pórtico del templo monclovita, que dirían Ansón y sus secuaces.
El Padrino, u oficiante, según se mire, hizo los honores para dejar a su pupila dar el bombazo anunciado en mítines y actos multitudinarios. Carme, esforzándose en mostrar seguridad, se entregó a los medios y, haciendo un brindis al sol, leyó su carta a los apóstoles. Anunció el reparto de la dote, esa que pagamos los demás invitados, asistamos o no al convite, entre los jóvenes que ocupan los hipotecados espacios de sus papás para que, con asignación mensual y préstamos rápidos a lo "Credial" puedan alquilar un palomar donde montar su propio nido.
Ésta decisión de socializar el superávit está, como no, tomada en total colaboración con el señor de gafas que refunfuña a media voz y que hace las cuentas de lo que queda de lo que nos detraen de nuestras sufridas nóminas, y, si bien se pudo hacer antes, cuando estaba Trujillo, ésta era más madura y austera y prefería quitar metros a los cubículos, por lo que, una ministra joven, más joven, es lo ideal para regalar dineros a sus coetáneos. Por otra parte, para qué nos vamos a engañar a estas alturas de la legislatura, marzo se acerca irremisiblemente, por lo cual, aparte de la españolidad a espuertas, viene bien multiplicar panes y peces entre los votantes de menos edad, para los más talludos tenemos los empastes gratis para los churumbeles.
Que esto es electoralismo como dice Mariano, pues sí, claro está, aunque su apuesta por facilitar la propiedad hipotecada de las familias, tan liberal, no parece solución al problema de la vivienda de los jóvenes. Pero un liberal es un liberal y la propiedad privada y el libre mercado son la panacea por encima de necesidades proletarias y sociales.
Pero yo me pregunto, como siempre me pregunto muchas cosas, si dará la teta de la Patria para tanto. El Gobernador del Banco de España, cargo éste siempre contrario a los déficits, gobierne quien gobierne, opina que no es malo tener superávit y cuanto más mejor que nunca se sabe cuando va a venir el batacazo. A mí, particularmente, si se puede hacer sin arriesgar el resto del sistema me parece bien, pero me sigo haciendo preguntas. Si usted es propietario de una vivienda vacía, no para especular sino porque no quiere que le jodan el piso de sus niños y encima no le paguen las mensualidades, observa un incremento en la demanda de alquileres motivada por las emancipaciones en masa de jóvenes con 210 € más en el bolsillo, ¿no tendrá la genial idea de pedir cuanto más mejor?. Creo que esto se llama Ley de Oferta y Demanda aunque mis conocimientos de economía se limitan a buscar las ofertas en el "Super", por lo que, para dar contestación a estas preguntas bien podría intervenir mi amigo El Valín, que de esto sabe bastante más aunque ande sabático en lo que a la blogosfera se refiere.
Mientras ZP reparte los beneficios de
Mientras todo esto ocurre, el hemiciclo se transforma en un mercadillo de camisetas deportivas. "Mira, payo, qué camiseta catalana más guapa para el niño del Barça", "Pues yo llevo la vasca, oiga, la vasca, para los niños y niñas vascos y vascas, oiga", "Pues eu levo a galega, moito mais riquiña, ¿ou non?", "Pues yo, la única, la auténtica, la española de toda la vida, que es la que vale". No se extrañen que el Congreso, en su día, en vez de por grupos parlamentarios tenga que organizarse por fondos y tribunas, y en vez de partidos sean "peñas" con sus bufandas y todo.
3 comentarios :
Ayer era el como ver un “remake” de las viejas imágenes navideñas de Franco y su hija Carmencita leyendo su carta a los Reyes.
Zapatero ya tiene su Carmencita.
Con la venia:
Hace tiempo que esperaba el momento de contradecirle en una de sus afirmaciones, porque tanta sintonía de pensamiento parece ya un almibarado conchabeo.
Incurre usted en un contrastable error al atribuirme cierta capacidad para contestar las preguntas que plantea. Nada más lejos de la realidad.
Estoy convencido de que quien tiene sobrada capacidad para resolver esas cuestiones es el señor de gafas que refunfuña a media voz y que lleva las cuentas públicas. Y no sólo tiene capacidad para contestar sino que ya lo ha hecho el año pasado, cuando afirmó:
"La subvención al inquilino se traslada al incremento de precios automáticamente y pensamos que es una medida que tiene muy poco impacto y que, al final, lo que sirve es para aumentar los precios".
Si la respuesta era válida el año pasado seguramente lo será éste. O no, no sé, ya le he dicho que no entiendo de respuestas.
Gracias de nuevo, Don Valín.
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