MADRID, 30  (SERVIMEDIA)
   
La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, anunció hoy el nombramiento de un embajador en misión especial encargado de negociar los acuerdos bilaterales necesarios para permitir el ejercicio del derecho de voto en las elecciones municipales a los ciudadanos extranjeros con residencia estable en España.
 La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, anunció hoy el nombramiento de un embajador en misión especial encargado de negociar los acuerdos bilaterales necesarios para permitir el ejercicio del derecho de voto en las elecciones municipales a los ciudadanos extranjeros con residencia estable en España.
"Excelentísima Sra. Vicepresidenta del Gobierno de  España:
 Mi nombre es  Hernán Pizarro de Valdivia y soy natural de Quito (Ecuador), teniendo mi  domicilio fijado, desde hace quince años, en el barrio de Lavapiés de  Madrid, en un piso que comparto con dos familias más.
 Leo por la  prensa que en breve, tanto yo como parte de mi familia tendremos, gracias a su  Gobierno, reconocido el derecho a elegir alcalde y concejales.  
 El  importante gesto de su gobierno, reconociendo derechos a quién tiene bien poco,  es reconocido por un servidor de usted en lo que vale y no seré yo quién quite  importancia al mismo.
 Tampoco  desconfío, tenga su Excelencia la completa seguridad, de que la motivación del  mismo sea electoralista, buscando recabar votos en la inmigración para así  arrebatar ayuntamientos importantes al principal partido de la oposición, mucho  menos sensible que ustedes a las necesidades de los que venimos de fuera. Ya se  sabe, la derecha siempre será la derecha.
 Lo que  ocurre, Excelentísima Señora, es que, si bien será una gran satisfacción  introducir mi papeleta en una urna, como si fuera español, quisiera trasladarle  otras inquietudes que, seguramente equivocado, me urgen más que elegir regidores  y munícipes.
 Un servidor,  nunca mejor dicho, trabaja cada día de sol a sol, a veces asegurado, otras no,  cobrando una cuarta parte de lo que cobraría un español, para poder traer el  bendito pan a mis hijos. Mi mujer hace lo propio limpiando casas y cuidando  ancianos, cada vez que le surge la oportunidad, ganando, el mes que más, 300 €  sin importar que sea laboral o festivo, día o noche.
 Sé bien que en  cualquier momento seré despedido, pues, y usted lo sabe bien, no están las cosas  para tirar cohetes, sobre todo en el sector en el que desarrollo mi  actividad.
 Vivo de  alquiler en un cuchitril, insano y casi ruinoso, que comparto con diez personas  más, pagando una cantidad desorbitada porque, como usted podrá entender, no todo  el mundo alquila su casa a una familia con rasgos mestizos pues, si su  Excelencia no lo sabe le informo, existen fuertes prejuicios en esta sociedad  que ustedes rigen.
 Por mi  aspecto soy identificado al menos una vez al día por su Policía, y nunca me  niego pues sé que es su trabajo y en el mismo se incluye el detectar inmigrantes  ilegales, pero a veces canso, Excelencia.
 En este  barrio en el que vivo, en el que a veces veo, no sin asombro, que es  puesto como ejemplo de tolerancia y multiculturalidad, impera la  inseguridad. Me las veo y me las deseo para evitar a mis hijos el contacto con  las drogas o con las bandas violentas. Hay fuertes tensiones entre comunidades y  grupos, dependiendo del origen y de las actividades, lícitas o no, de los  distintos individuos, haciéndose imposible ciertas  alianzas.
 Si bien el derecho  al voto es un derecho ciudadano, un servidor de su Excelencia y su familia lo  ejercerían con mayor entusiasmo cuando se le vieran reconocidos los otros  derechos, los humanos. Un salario justo, sin depender de si uno es español o no,  un trabajo digno y el acceso a una vivienda modesta pero adecuada para vivir  como una persona, no como el ganado.
 Es muy posible,  Excelencia, que no lleguemos a disfrutar de tan importante logro pues, si todo  nos sale medianamente bien, tenemos pensado regresar a Ecuador donde, pobres,  como no, tendremos más visos de mejorar que en su gran nación, la Madre Patria.  
 Allí votaremos, si  encontramos candidatos honrados pues, una de las herencias que dejaron sus  antepasados, a parte de la lengua, la cultura, el desarrollo y la religión,  fue la corrupción de la administración.
 Agradeciendo  sinceramente su celo por el bien y los derechos de los inmigrantes, se  despide atentamente
 Hernán  Pizarro."
1 comentario :
Una preguntita, se trata de un post tuyo o es una carta que te han hecho llegar?
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