ADIOS, CABO RAMÍREZ

Los pocos visitantes del blog VERSOS DE CHAROL, bastantes menos que los de esta casa, que yá es decir, habrán podido comprobar que se les redirecciona, y bastante trabajo me costó, dada mi torpeza, a otro blog casi idéntico pero llamado VERSOS DESDE EL FILO.
Los seguidores de la serie CRÓNICAS RURALES dirán que he expoliado de su obra al estimado Cabo Ramírez.
Pues no, amigos míos, no lo he expoliado sino que he recibido lo que me corresponde en justa herencia.
Sí, Ramírez ha muerto.
No, no ha muerto de atentado, ni en enfrentamiento armado, ni en ninguna trifulca de taberna rural. Ramírez ha muerto de muerte muerta, de melancolía y ensimismamiento, en su despacho, delante de su portátil, escribiendo un último verso:
Fue, como no podía ser de otra forma, su subordinado, y sin embargo amigo, el guardia Antúnez quién lo encontró y, entre lágrimas de espina, colocó a su amigo en una posición digna, mirando por la ventana gastada, hasta que llegara el Juez. "Sin novedad, viejo amigo...", sollozó dando un fuerte taconazo.
Yo creé a Ramírez y yo, cual dios inmisericorde, lo maté.
Descanse en paz.

4 comentarios :

Anónimo dijo...

D. Filo, aunque sé que el Cabo Ramírez es su personaje, y como tal ,puede hacer Vd. con él lo que le de la real gana, no por ello voy a dejar de expresarle mi más enérgica pero cariñosa protesta, ante el hecho del benemérito óbito.
Y es que el Cabo, y su inseparable Antúnez ya se habían hecho para mí algo muy familiar. No sé, como si les conociese desde siempre. Me alegraba saber de ellos. Leer sus historias por la noche, después de consultar el correo, y antes de ir a descansar, siempre ponía al día que acababa un broche luz, por muy aciago que éste hubiese sido. Y eso es impagable. Lamento mucho pues su soberana decisión.

Juan Luis Nepomuceno González dijo...

A veces hay que librarse de los propios fantasmas. Vendrán otros nuevos, seguro.

Un Oyente de Federico dijo...

Los caminos del “creador” son inescrutables.

Al menos no ha sufrido.

Antonio Flórez dijo...

Algún diálogo creo haber mantenido con el cabo. Puede que fuese un personaje, pero, como creo que bien sabe usted, don Filo, nunca se puede estar seguro de quién pone la mano y quién la pluma.

Un saludo.