VAGONES DE IDA

Aquella mañana, unos vagones cotidianos, laborables, iban repletos de gente cotidiana, laborable también. Gente que apuraba el sueño dormitando contra una ventanilla; gente anexa y conexa al mp3; gente resignada a una nueva jornada, a un examen, quizá.
Aquellos vagones llevaban miradas furtivas, páginas de bolsillo, rutina, sueños, hastío, esperanzas.
Pero aquellos trenes, de forma inesperada, cambiaron el diario rumbo por un trayecto al infierno, a la más irracional de las masacres que tornó los sencillos afanes en carne cercenada.
Un golpe seco de odio ancestral nos convulsionó el ánimo a los que no viajábamos en aquellos cercanías que hoy parecen tan lejanos.
Hoy viene Pilar Manjón a Mieres, una mujer amputada de hijo y perseguida por la infamia, las especulaciones, los bastardos intereses políticos y los ecos, que aún resuenan en ondas y papel, de teorías demenciales.
Si puedo asistiré al acto de la Casa de Cultura Teodoro Cuesta, en esta tarde brumosa, a escuchar palabras, todavía en gemido rasgado. Si usted puede, asista, merece la pena ejercer memoria, sobre todo la memoria dolorosa.
Ese dolor nos limpia de nuestras mezquindades cotidianas.
 

2 comentarios :

Fet dijo...

Ofrézcale una mirada de apoyo y ánimo de mi parte.

Un Oyente de Federico dijo...

Allí murió más gente, no sólo el hijo de Pilar.
Mirieron 191 más. y 3.000 heridos y de ellos cientos mutilados.

Gente que no han utilizado ni a sus muertos ni su sufrimiento para satisfacer su odio a Aznar, ni lo han utilizado para que su partido gane elecciones.

Hay víctimas que (como los del Yak-42) quieren ver a los responsables de sus sufrimientos pagando por ello. Y eso es lo mínimo que se puede esperar de una sociedad justa.

Si a Pilar, la sirve que el culpable sea un asturiano diagnosticado clinicamente como esquizofrénico y confidente de la policía, allá ella.

Pero no estigmatice con la estupidez al resto de las victimas, para tranquilizar su conciencia y seguir mirando hacia otro lado.