DUELO AL SOL.- Manolín y el Kiosquero pendenciero.-
Anexo al local existe un establecimiento de papelería, prensa y demás.
Éste negocio sólo tiene un fallo: El dueño.
El elemento en cuestión es de gesto hosco, desagradable al trato y a la vista, y con el don de gentes situado en el mismo sitio por donde amargan los pepinos.
El cliente para él no es un benefactor del negocio, sino un agresor. Le duele vender y lo demuestra a cada paso.
No se te ocurra preguntar por un suplemento, o cuando va a salir uno de esos “regalos” con que agasaja la prensa a sus lectores, en ese momento cambia de color y la bilis le desborda por sus generosas orejas.
Si no tuviera el contrapunto en su encantadora esposa, el negocio hacía tiempo que hubiera sido devorado por las llamas.
A parte de estas “virtudes”, por si fueran pocas, tiene la de ser un entrometido, lenguaraz y ofensivo.
En el día de ayer, Manolín, el cual no deja de ganar protagonismo en el “serial” (muy a mi pesar), había, como otras veces, “abierto” el local junto a la dueña, procedente de una de sus celebraciones (esta vez era por su cumpleaños aunque no necesita motivo alguno).
No hay que reiterar que se conectó al artefacto de sus entretelas y continuó “mentolándose” con su verdoso licor con cola durante toda la mañana.
Manolín, cuando está “mentolado” y “conectado”, conforme entra en el bar cualquier conocido de él, y se percata, dice a la tabernera: - “Isabel, convida a (Pedro, Juan, Antonio, o como se llame el cliente)”. Esta expresión de “convida a” es típica de Asturias y significa en realidad que lo que tome el cliente lo paga el que hace el requerimiento, no el establecimiento. Si en Extremadura le dice usted al camarero que convide a quién sea, puede contestarle fácilmente que lo invite usted con los cuernos, u otra burrada por el estilo.
Hallábase en esas Manolín, cuando entró en el bar “el malo de la película”, es decir, el antes referido Kiosquero, a dejar la taza de café que había tomado anteriormente “a domicilio”. Manolín inmediatamente dijo a Isabel que lo convidara y al energúmeno de la prensa escrita no se le ocurrió otra cosa que abandonar el bar refunfuñando y soltando con su voz mezquina y desagradable: “Vete a tomar por culo”.
Manolín sintió en ese momento que algo se disparaba en su recocido cerebro. Preguntó a la dueña: “¿Ha dicho lo que yo creo?”.
Isabel, que veía venir la batalla de Lepanto, le dijo: “no sé Manolín, no hagas caso”.
Pero siempre hay quien colabora con todas las causas y Manuel le preguntó nuevamente a otro cliente, el cual, con total desparpajo, como para animar el cotarro le soltó: “te mandó a tomar por el culo”.
A Manuel se le cerró un ojo al estilo del “Jinete Pálido” y comenzó a oírse de fondo por toda la Taberna las típicas notas de trompeta y silbo de las mejores bandas sonoras de Ennio Morricone.
Isabel intentó detenerlo pero no pudo, aunque le fue imposible no pensar: “Si le atiza que se joda, por “faltosu” ”.
Allá salió nuestro “héroe”, sólo ante el peligro, con los brazos arqueados tensando dorsales hasta la puerta del local vecino, donde se detuvo y, citando de lejos, como el mejor Enrique Ponce: “¿Eh, tú, qué es lo que me has dicho?”.
El Kiosquero, sin quitar ojo de la puerta, retrocedía lentamente hacia la trastienda, donde está el teléfono (por si pudiera precisar alguna atención de urgencia) farfullando alguna falsa justificación a sus palabras.
Manolín, con la chulería que da la razón, le tranquilizó a medias: “No, si aquí no te voy a hacer nada. Ya te cogeré”, volviendo sobre sus pasos hacia su despechada tragaperras.
Espero que el “duelo” no se consume y, si está en mi mano, haré todo lo posible por evitarlo, ya que, conociendo al gallego, al kiosquero le iba a quedar la cara con más “estampas” que las revistas de papel “couché” que expende. Y es que, a la gente, incluído Manolín, hay que respertarla.
Bibliografía recomendada por Serther:
2 comentarios :
por esta vez estoy con Manolín, hay que poner en su lugar al kiosquero
Aqui, todos estamos con Manolin, creo yo, puede tener sus defectos pero a la fecha de hoy creo que sabe respetara todos y lo menos que se merece es que tambien le respeten a el,
el Kiosquero ha perdido todos sus papeles y creo que el respeto de todos con semejante comportamiento.
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