LA TABERNA DE LA TROLA III

EL CANSINO.- O la capacidad de aburrir a un pez.-
Siguiendo con el estudio sociológico del universo particular de tan especial establecimiento, vamos a profundizar hoy en una figura que, no sé si se trata de un especimen en sí mismo, o más bien una patología congénita que afecta a distintos tipos de individuos. Si supiera tanto ésto no sería un blog si no una tésis doctoral.
Bien, como hemos dicho antes, el "cansinismo" no es incompatible con otras afecciones, y mucho menos con la trola, mentira o patraña, así que vamos a empezar con una clasificación pseudocientífica para un mejor entendimiento.-
  1. EL CANSINO CONSCIENTE ("te aburro a sabiendas").- Éste individuo es plenamente conocedor, cuando comienza a ejercer su vocación, del daño que va a producir. Es un pesado alevoso y actúa con total premeditación, la nocturnidad no es necesaria. Cuando enfoca a su presa, sabe perfectamente por donde va a atacar para causar los más devastadores efectos con el mínimo esfuerzo. Por lo general, una vez conocido, se le ve venir de lejos y la víctima suele tomar una postura de resignación ante lo que se le viene encima. General y popularmente se le aplica el término "ROMPEHUEVOS", (aunque alguno tenga el título "honoris causa"), porque, como la propia palabra indica, se dedica a tocar las "túrpimas" con tal fruicción que suele conseguir su objetivo fundamental, el cual no es otro que enervarte hasta tal punto que termines despotricando, mandándolo "al pairo" o simplemente ignorándolo. Ésto último puede generarle cierta frustracción aunque no hay que preocuparse, pues no le quedarán secuelas y volverá a las andadas a la mínima de cambio.
  2. EL CANSINO LABORAL.- Los pertenecientes a esta subcategoría suelen ser prejubilados. Ésto es posible que se deba a que, al suspender repentínamente la vida laboral, se produce en el sujeto una especie de efecto inercia que no lo deja apearse de su puesto de trabajo y continúa ejerciéndolo con total dedicación, ahora sí, en la taberna y de forma verbal. Habitualmente demuestra más vocación y afán productivo en esta fase que cuando estaba en su etapa activa, lo cual se averigua al contrastar sus aseveraciones con las de otros congéneres suyos que coíncidieron en el mismo "tajo". Como comprenderán ustedes, la mayoría de ellos provienen de la dura y noble tarea de la extracción del negro carbón que dió estos verdes montes, motivo por el cual, a la víctima le puede ocurrir que sufra, cuando está siendo masacrado, una sensación de ahogo, producto de una extraña silicosis virtual, sobre todo cuando los cansinos comienzan a trabajar "en cuadrilla" alrededor de unos buenos vasos de combinados alcohólicos. No es la primera vez que el tabernero ha debido encender el extractor por razones de "prevención de riesgos laborales", no vaya a ser que alguien acabe demandándolo.
  3. EL CANSINO POLIFACÉTICO.- No hay oficio, actividad, aficción, tema de conversación, etc. del que no sepa este elemento. No solo te machaca sino que incluso pretende aleccionarte. Éste es trolero por antonomasia ya que, de otro modo, no podría ejercer el paliceo al que somete a sus prójimos con tan renacentista lucidez. Además tiene una tremenda habilidad para asaltar a sus víctimas en medio de una agradable conversación, que por supuesto no va con él. Se introduce en los corrillos en varias fases. Primero con el volúmen de su voz, que suele ser cavernaria. Después la aproximación física que suele venir acompañada del arrastre de banqueta, y, por último la disertación, que hace callar a los otrora protagonistas del debate y ahora boquiabiertos y estupefactos oyentes.
  4. EL CANSINO CANTOR.- Qué decirles de este tenor de medianoche. Quién no conoce a alguien que, falto de karaoke cercano donde desarrollar sus aptitudes canoras, acaba anestesiándote con un repertorio de romanzas zarzuelarias, himnos regionales, y (el peor de todos) canciones de Tuna estudiantil. Ésta modalidad debería estar tipificada en el Código Penal pues sus efectos son devastadores. Para ejercer su actividad "delictiva" suele prepararse antes templando sus cuerdas vocales con algún licor de alta graduación, bien solo o combinado con refrescos gaseosos. Así no sólo templa su garganta sino que acaba tibio él enterito. Una vez que las víctimas asumen la agresión auditiva, es recomendable observar los gestos, mohínes y aspavientos en que apoya la interpretación. No tienen desperdicio alguno y pueden ser dignos de estudio.
  5. EL CANSINO FALTOSO.- Normalmente este tipo de cansino suele padecer una enfermedad conocida vulgarmente como "no saber mearlo". Cuando se "ajereza" se empeña, de forma torpe y poco elegante, en molestar y acabar ofendiendo a cualquiera que se cruce con sus nubladas retinas. Sólo hay un fármaco conocido que funcione con este engendro: UNA BUENA HOSTIA. Pero no hay que darle el gusto y suele ser el tabernero, con la habilidad y buen hacer que da la experiencia el que amablemente le acompaña a la salida, eso sí, retirándole el visado para otras ocasiones. CANSINOS SÍ, FALTOSOS NO.
  6. EL CANSINO POR ESCRITO.- Dícese de aquél que aburre al personal, no mediante la paliza verbal si no con la palabra escrita. Comienza utilizando un papel que alguien al que le ha gustado pone en la pared y, entonces, se desencadena el cansinismo literario, y se actualiza al diario electrónico para intentar multiplicar el número de víctimas. El progreso trajo armas de destrucción masiva.
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3 comentarios :

Anónimo dijo...

Esto está cada día mejor. Vas a tener que incluir un mensaje de advertencia de las autoridades sanitarias porque este blog comienza a crear adicción.

Serther

diana la cazadora dijo...

Estoy de acuerdo con serther, esto crea adicción, tus reflexiones reflejan lo que todos sentimos y pensamos y no sabemos o no nos atrevemos a expresar.
Este blog es un reflejo de todos nosotros en el que nos sentimos identificados al leer nuestros propios pensamientos en palabras de otro.´

yo

Juan Luis Nepomuceno González dijo...

Muchas gracias mis queridos contertulios, pero, si leeis la parte final del escrito, que ha sido reeditada, os dareis cuenta de que a lo mejor tanto halago puede acarrear unos daños colaterales gravísimos.
Un saludo, "habituales".