FUEGO

Tu fiebre incendia mis rastrojos,
tus temblores son seismos en mi corteza.
Tus delirios de cuarenta grados enloquecen mi ánimo.
Pequeña y enferma esquirla de mi ser,
como puedo exorcizar el mal que te invade
y me mata.
El mago de bata blanca
ganará la batalla,
y los caminos volverán a ser nuestros.

Nudo

Cuando el vacío colma las asaduras, sin dejar hueco al aliento, caminando impertérrito por el borde de todos los abismos, la alerta de la conciencia desactivada, El Ser o el Estar importan un huevo. No hay lugar para la lírica.

Frase de Woody Allen

"El mago hizo un gesto y desapareció el hambre, hizo otro gesto y desapareció la injusticia, hizo otro gesto y desapareció la guerra. El político hizo un gesto y desapareció el mago."

La Taberna de la Trola IV

El reloj de Manolín y la teoría de la relatividad.-
Aquella noche estaríamos en el local cuatro o cinco "feligreses", más el "oficiante", claro está. En el grupo de "devotos" habituales se hallaba Manolín, (La Taberna de la Trola II), el cual esa noche no se había conectado a la tragaperras de sus amores y desdichas. El ambiente era festivo, tanto, que con la condensación de los alientos de todos los presentes, "párroco" incluído, como no; se fundiría una remesa entera de alcoholímetros, homologados o "Made in China", dejando sin brillo el tricornio más acharolado de nuestra red vial. Entre risas y jácaras andábamos, no recuerdo cuantas imbecilidades se pudieron decir, cuando a nuestro querido gallego, suficientemente mentolado por el peppermint con cola, le dió un ataque de "cansinismo" de esos que "tiembla el Misterio". Todo empezó cuando se empecinó en mostrar el reloj que portaba en la muñeca, al parecer un regalo filial, con cuyas cualidades y calidades se henchía de orgullo. Al resto de la concurrencia, en realidad, se la traía bien "floja" el reloj de Manolín, pero conociendo la tozudez gallega de la "criatura", era menester seguirle la corriente y aguantar el tirón. El reloj de Manolín daba la hora, (menos mal), la hora exacta y nunca adelantó ni atrasó. Las pocas veces que había visitado al relojero era por problemas de "carrocería", al haber sufrido algún tipo de "accidente", pero la maquinaria jamás dejó de latir. Está claro que la historia del artilugio no iba a quedar en eso, si no que había que demostrarlo. Y a Manuel sólo se le ocurre una forma de demostrar algo: retar a una apuesta. Las apuestas y Manolín van siempre de la mano, acepten o no los contrarios. Apostó una cena a que tiraba el reloj contra el suelo y las agujas continuarían su acompasada marcha. Nadie aceptó el envite pero, al ver las caras de excepticismo del público, debió sentir en su interior tal indignación, al sospechar que alguien podía dudar de la valía del regalo de sus retoños, que allá fue volando la valiosa máquina del tiempo rebotando por suelo y paredes del largo pasillo hasta topar con la puerta metálica que, de estar abierta, hubiera visto pasar de largo el sufrido complemento hasta la acera de enfrente. El lanzador sentenció: "A que no paró". Y el tabernero contestó: "Si paró Manuel, paró contra la puerta". El apostante recorrió las baldosas del pasillo con paso marcial hasta la puerta y recogió su preciado tesoro, el cual fue pasando por las jetas de los presentes, uno a uno, a fin de certificar que, efectívamente, el tiempo no se detuvo ni ralentizó por mucha aceleración que sufriera durante su vuelo ni por la deceleración brusca contra suelo y puerta. Ésto le hubiera bastado a cualquiera. A Manolín no. El reloj repitió viaje una y otra vez, a ras de suelo o con parábola, y seguía, contagiado de terquedad, desempeñando resignado su monótono trabajo "temporal". Eso sí, comenzaba a resentirse en su aspecto externo de los impactos durante los itinerarios. "A que no paró". "Que sí paró Manolín... Que paró contra la puerta otra vez". Llegó un momento en que la rosca de la cuerda abandonó su anclaje, seguramente despechada, tan maltratada y malquerida. Pero las agujas y el "tic-tac" en su puesto, como "Los últimos de Filipinas". Tras no sé cuanto tiempo de ensañamiento con el artefacto, el dueño del prodigio, ya cansado, más por los viajes que por los saques de banda, volvió a la barra más calmado ocupándose de su vaso. Pero el personal tiene muy mala leche y alguien volvió a sacar la conversación del reloj. Éste, como era de esperar, regresó al suelo violentamente, pero esta vez en el centro del corrillo. En ese momento comenzó a urdirse la tragedia: Uno de los cofrades, relacionado con la Red de Ferrocarriles para más señas, asió una banqueta metálica y, sin encomendarse a Dios ni al diablo, apoyó sobre la esfera de vidrio del vapuleado reloj una de las cuatro patas y, valiéndose de su peso corporal, hizo estallar el cristal. "A que paró". Estimados lectores, efectívamente, las agujas permanecían dignamente en su sitio pero... habían dejado de avanzar. El tiempo se detuvo en "La Taberna" y puede ser que en el resto del planeta. ¿Qué consecuencias podía traer aquél temerario acto de sacrilegio?. A esas alturas qué cojones nos importaba a nosotros. Así que volvimos a nuestros licores entre carcajadas, incluídas las de Manolín, el cual, lejos de enfadarse, se tomó con humor el desastre que tan insistentemente él mismo había perseguido. No sé cuantas copas más se sirvieron pero sí recuerdo que, cuando nos disponíamos a marchar, se oyó la voz afónica del gallego: "¡Qué dije yo, me cago en...!". Se había producido el milagro. Aquél reloj de pulsera, puede que poseído por quién sabe qué fuerza del Cosmos, había resucitado. Necesitaba un urgente paso por la "U.V.I." pero vivía. Lo más importante: el tiempo volvió a correr indefectiblemente para todos. Anterior

Imagine

BELLOTERO EN ASTURIAS

Mi primer contacto con Asturias fue a primeros de los noventa, pues un hermano mío, al que yo traspasé el amor por la escena, estudiaba teatro en Gijón. Ahora ya es bohemio con carné y debe de andar por Cataluña ejerciendo como tal.
Gijón, me gustó. Entonces todavía tenía el encanto de pueblo costero y podías pasear por "el muro" sin restregarte contra el prójimo.
Volví en repetidas ocasiones, cabalgando mi acerada montura desde otro lugar del norte donde entonces residía, un norte mucho más lleno de peligrosas aristas y mucho menos dulce.
Solía asilarme en una casa, como no, de bohemios, en la cual desentonaba totalmente un joven común, opositor a correos, asturiano de pueblo, sidra y chigre de serrín en el suelo. Ménuda borrachera agarramos una noche los dos, gente vulgar, carentes totalmente de la pose intelectual y afectada del underground "cimadevillense". Tajada tópica que terminó tópicamente, cantando himnos regionales al Rey Don Pelayo, el cual, aparentemente hierático y ceremonioso, alzaba una cruz a los cielos como diciendo: "Qué habré hecho yo Dios mío".
Asturias dejó cierta huella en mí y, hay veces que el destino parece diseñado caprichosamente, tuve que conocer en tierras Vascas a la mujer que me asturianizaría y me arrastraría al centro de las cuencas mineras.
Y aquí estoy yo, relamido de "orbayu" y pisando erizos de castaña. Paseando las "matas" de la mano de medio metro de asturianita, que lo mismo te suelta "Que ye oh", como se traga las eses, aspirándolas secamente, al estilo de mi tierra de encinas. Mestizaje, que se dice.

Bob Dylan

Ésto sí que sigue siendo un trovador. Disfrutadlo.

LA TABERNA DE LA TROLA III

EL CANSINO.- O la capacidad de aburrir a un pez.-
Siguiendo con el estudio sociológico del universo particular de tan especial establecimiento, vamos a profundizar hoy en una figura que, no sé si se trata de un especimen en sí mismo, o más bien una patología congénita que afecta a distintos tipos de individuos. Si supiera tanto ésto no sería un blog si no una tésis doctoral.
Bien, como hemos dicho antes, el "cansinismo" no es incompatible con otras afecciones, y mucho menos con la trola, mentira o patraña, así que vamos a empezar con una clasificación pseudocientífica para un mejor entendimiento.-
  1. EL CANSINO CONSCIENTE ("te aburro a sabiendas").- Éste individuo es plenamente conocedor, cuando comienza a ejercer su vocación, del daño que va a producir. Es un pesado alevoso y actúa con total premeditación, la nocturnidad no es necesaria. Cuando enfoca a su presa, sabe perfectamente por donde va a atacar para causar los más devastadores efectos con el mínimo esfuerzo. Por lo general, una vez conocido, se le ve venir de lejos y la víctima suele tomar una postura de resignación ante lo que se le viene encima. General y popularmente se le aplica el término "ROMPEHUEVOS", (aunque alguno tenga el título "honoris causa"), porque, como la propia palabra indica, se dedica a tocar las "túrpimas" con tal fruicción que suele conseguir su objetivo fundamental, el cual no es otro que enervarte hasta tal punto que termines despotricando, mandándolo "al pairo" o simplemente ignorándolo. Ésto último puede generarle cierta frustracción aunque no hay que preocuparse, pues no le quedarán secuelas y volverá a las andadas a la mínima de cambio.
  2. EL CANSINO LABORAL.- Los pertenecientes a esta subcategoría suelen ser prejubilados. Ésto es posible que se deba a que, al suspender repentínamente la vida laboral, se produce en el sujeto una especie de efecto inercia que no lo deja apearse de su puesto de trabajo y continúa ejerciéndolo con total dedicación, ahora sí, en la taberna y de forma verbal. Habitualmente demuestra más vocación y afán productivo en esta fase que cuando estaba en su etapa activa, lo cual se averigua al contrastar sus aseveraciones con las de otros congéneres suyos que coíncidieron en el mismo "tajo". Como comprenderán ustedes, la mayoría de ellos provienen de la dura y noble tarea de la extracción del negro carbón que dió estos verdes montes, motivo por el cual, a la víctima le puede ocurrir que sufra, cuando está siendo masacrado, una sensación de ahogo, producto de una extraña silicosis virtual, sobre todo cuando los cansinos comienzan a trabajar "en cuadrilla" alrededor de unos buenos vasos de combinados alcohólicos. No es la primera vez que el tabernero ha debido encender el extractor por razones de "prevención de riesgos laborales", no vaya a ser que alguien acabe demandándolo.
  3. EL CANSINO POLIFACÉTICO.- No hay oficio, actividad, aficción, tema de conversación, etc. del que no sepa este elemento. No solo te machaca sino que incluso pretende aleccionarte. Éste es trolero por antonomasia ya que, de otro modo, no podría ejercer el paliceo al que somete a sus prójimos con tan renacentista lucidez. Además tiene una tremenda habilidad para asaltar a sus víctimas en medio de una agradable conversación, que por supuesto no va con él. Se introduce en los corrillos en varias fases. Primero con el volúmen de su voz, que suele ser cavernaria. Después la aproximación física que suele venir acompañada del arrastre de banqueta, y, por último la disertación, que hace callar a los otrora protagonistas del debate y ahora boquiabiertos y estupefactos oyentes.
  4. EL CANSINO CANTOR.- Qué decirles de este tenor de medianoche. Quién no conoce a alguien que, falto de karaoke cercano donde desarrollar sus aptitudes canoras, acaba anestesiándote con un repertorio de romanzas zarzuelarias, himnos regionales, y (el peor de todos) canciones de Tuna estudiantil. Ésta modalidad debería estar tipificada en el Código Penal pues sus efectos son devastadores. Para ejercer su actividad "delictiva" suele prepararse antes templando sus cuerdas vocales con algún licor de alta graduación, bien solo o combinado con refrescos gaseosos. Así no sólo templa su garganta sino que acaba tibio él enterito. Una vez que las víctimas asumen la agresión auditiva, es recomendable observar los gestos, mohínes y aspavientos en que apoya la interpretación. No tienen desperdicio alguno y pueden ser dignos de estudio.
  5. EL CANSINO FALTOSO.- Normalmente este tipo de cansino suele padecer una enfermedad conocida vulgarmente como "no saber mearlo". Cuando se "ajereza" se empeña, de forma torpe y poco elegante, en molestar y acabar ofendiendo a cualquiera que se cruce con sus nubladas retinas. Sólo hay un fármaco conocido que funcione con este engendro: UNA BUENA HOSTIA. Pero no hay que darle el gusto y suele ser el tabernero, con la habilidad y buen hacer que da la experiencia el que amablemente le acompaña a la salida, eso sí, retirándole el visado para otras ocasiones. CANSINOS SÍ, FALTOSOS NO.
  6. EL CANSINO POR ESCRITO.- Dícese de aquél que aburre al personal, no mediante la paliza verbal si no con la palabra escrita. Comienza utilizando un papel que alguien al que le ha gustado pone en la pared y, entonces, se desencadena el cansinismo literario, y se actualiza al diario electrónico para intentar multiplicar el número de víctimas. El progreso trajo armas de destrucción masiva.
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Genial.

Un poco de relax y buena música nos viene bien a todos de vez en cuando. Mejor ver esto que leer alguna cosa que se me está ocurriendo. Las musas son así.

"Ya lo decía yo".

¿A quién beneficia el robo de armas en el sur de Francia?. ¿Quién se está frotando las manos?. ¿Quién llenará espacios radiofónicos y columnas periodísticas con el "se venía venir", "lo dijimos desde un principio", etc..?. ¿Por qué la sangre ajena es tan rentable electoral, mediática y políticamente?.
Qué País.

El regreso

"EDITORIAL Con pistolas no hay diálogo
EL PAÍS - Opinión - 25-10-2006"
Parece que la sangre vuelve a tener prisa por regar el pavimento. ¿Servirán de algo las palabras?. ¿O tendremos que recoger el guante, levantar con orgullo la cabeza y desenvainar?.
Filodespada

LA TABERNA DE LA TROLA II

MANOLÍN O LA RAÍZ.-
La segunda entrega de esta serie quiero dedicarla a uno de los más significativos especímenes que pueblan el pequeño ecosistema tabernario.
En este caso no es la trola lo que más característico de este pequeño tronco de pino gallego, aunque también esté sobradamente dotado de imaginación, no sé si de natural o por contagio.
Cuando Manolín se "planta" en el garito lo hace de forma literal, es decir, arraiga profundamente y no lo mueve del "tiesto" el más feroz temporal. La nutrición se le debió ir toda a la raíz, ya que de "planta" es más bien achaparrado.
Tiene el récord de permanencia en unas veinticinco horas por lo que yo conozco, ejerciendo en tales ocasiones de testigo en los relevos entre mesonera y mesonero.
Éste último suele resentirse de las "guardias" pues a la vez que va regando al "bonsai" con cubalibres de menta, él se abona solidariamente con destilados de cereales escoceses, los cuales acaban depositados, por lo general, en sus extremidades inferiores derivando en ácido úrico, también conocido como "gota", enfermedad de emperadores.
Como a toda planta de interior, a Manolín le hace falta algo de luz, por lo que su ubicación favorita se halla frente a las coloreadas lámparas, intermitentes y musicales, de la "tragaperras", la cual alimenta con generosidad, indiferentemente de si ésta vomita el sobrante o no.
Muchas veces, el negocio se ve obligado a diversificar su actividad comercial y tiene que ejercer de financiera para no interrumpir la intensa actividad recreativa.
Aunque resulte de todo punto increíble para el lector, cuanto más bebe Manuel, menos se emborracha.
Suele llegar, cuando lo hace de mañana, a la hora de apertura, alrededor de las seis, tras una noche de juerga por otros "sagrarios" de esta ciudad, tan prolífica en peregrinos de este tipo de ermitas.
Entra "cocido" como una berza y su primera intención, lo cual parece muy lógico, es desayunar.
Sus desayunos no suelen ser al uso, pues, si coge a la tabernera de buen talante, se mete entre pecho y espalda una copiosa ración de manos de cerdo guisadas en su salsa, con su "dietética" gelatina y todo.
Una vez listo, se enfrenta al artefacto devora euros y comienza la batalla.
Durante la mañana puede beber algún agua, una que otra caña si hace algo de bochorno, y vino tinto hasta la hora de la comida, tras la cual está nuevamente fresco como una lechuga y con cuerpo de jota.
Mientras atardece se "ajereza" en abundancia hasta que cambia a la bebida nocturna: el peppermint con cola, que debe ser tan estimulante que lo resucita suficientemente como para aguantar hasta el mediodía siguiente en que repliega sus nudosas raíces entrañables y toma camino hacia la merecida hibernación doméstica.
¡Qué tío! Anterior Siguiente

"Barro eres..."

El barro, desde el Génesis, es parte consustancial del ser humano. El hombre fue creado de barro, existen ídolos de barro, y con el barro se fabrican los ladrillos que sostienen nuestros techos. Y ahí voy yo.
El barro, amigos míos, también mancha, y mucho.
Parece ser que la cerámica del ladrillo, que mágicamente transforma pequeños pueblos en colosales urbanizaciones, no es tan sólida como parece y retorna a su estado primitivo, convirtiendo los ayuntamientos en lodazales donde acaba hozando el más pintado de los ediles.
Pero ésto, hasta el más lelo lo sabe como el catecismo, no es nuevo. El "caceo" municipal está institucionalizado desde que existen las administraciones locales y son las encargadas de calificar terrenos y dar licencias para la construcción.
"Si, como buen representante de la voluntad del concejo, a cambio de una licencia que dará bienestar y crecimiento a la localidad, consigo unas gratificantes comisiones, las cuales servirán para financiar otros gastos municipales, o bien el partido político al que me debo, o bien el chalecito que puedo montar en la finca rústica que heredé, (una vez la recalifique y venda a buen precio lo que me sobra claro), todos contentos y ¡Viva el Progreso!."
Y aquí, queridos usuarios, no hay derechas ni izquierdas. En algunos "pueblecitos" desaparecen los abismos ideológicos que los separan a nivel nacional y se coaligan, "por la buena gobernabilidad y correcto funcionamiento de las instituciones".
Ayer mismo me enteré por la "caja tonta" que  un ayuntamiento de la Comunidad de Madrid se ha convertido en un pintoresco "negocio familiar": El padre, el mayor constructor de la zona, el hijo concejal de urbanismo y, la mujer de éste se encarga de hacer los proyectos que su suegro llevará a cabo. Todo legal, según parece.
La Justicia se despereza y comienza a actuar ante lo obvio. Y ésto convulsiona los "pilares de la Tierra" en todos los partidos políticos, digan lo que digan.
El que esté libre de culpa que tire el primer "ladrillo".
Entre los dos partidos principales se desencadena ahora una irrisoria competición a ver cual tiene más corruptos. Para una cosa que tienen en común. 

LA TABERNA DE LA TROLA I

Desde mi llegada a las cuencas mineras asturianas frecuento una taberna muy peculiar, últimamente sólo para consumir bebidas inocuas, debido a ciertos sedimentos grasientos que mi matasanos ha encontrado en mis tuberías arteriales.

Aparte del agradable ambiente y de lo distinguido de su clientela, dicho local goza de una característica que lo diferencia del resto de garitos que este humilde servidor ha visitado en su vida.

No sé por qué misterioso embrujo, el juego más practicado en el mismo no es un juego de mesa, cartas y demás, si no que se disputa a diario un interesante torneo de embustes.

Las trolas, invenciones y barbaridades que allí se escuchan son dignas de antología. Pero, como en todo, hay muchas categorías de mentirosos.

Algunos cuentan sus mentiras a sabiendas de que el oyente conoce la total inverosimilitud de lo escuchado, a no ser que éste sea un crédulo patológico o carezca de los mínimos conocimientos.

De este tipo de embustero tenemos, por ejemplo, a un aficionado a la ganadería de ovino, el cual, según sus aseveraciones, dejó a uno de sus corderos cojo debido a su falta de pericia a la hora de herrarlo.

Así mismo, en una ocasión, no se sabe por qué capricho genético, una de sus ovejas parió un ternero. Esta última manifestación fue apostillada por un sobrino del ínclito personaje, asegurando que a una gallina suya, a la hora de poner un huevo, hubo de practicársele la cesárea dado el descomunal tamaño de la criatura y el riesgo que entrañaba para la "madre".

Pero luego tenemos a otro tipo de mentiroso: El que se cree, o se autosugestiona para creerse, la barbaridad que te está espetando.

De esta clasificación de troleros tenemos a uno que degustó en su día, durante unas vacaciones, el centollo frito, no sabemos aún si rebozado en freidora o en común sartén.

Y el más laureado de la casa, pescador para más señas (mentiroso de natural), es un caballero cuyas lecciones magistrales no tienen desperdicio.

Este individuo, el cual no consume ni gota de espiritoso alguno (será por aquello de "in vino véritas"), supera con creces todas las expectativas.

De las innumerables patrañas servidas por este genio de lo incierto, sólo voy a citar algunas:

  1. EL REPARADOR DE VASOS.- Asegura este señor, que en tiempos pasados había un artesano que recorría las aldeas reparando vasos de cristal. Esta delicada tarea la llevaba a cabo utilizando unos polvos de color blanco que aplicaba a la rotura y soldaba el desperfecto ayudado por pequeños golpes de martillo.
  2. EL AFILADOR DE LIMAS.- No caben más comentarios.
  3. PREVENCIÓN DE LA PLAGA DEL ESCARABAJO PATATERO.- Nos ilustra este sabio con un remedio infalible para evitar que la plantación de patatas sea arrasada por el voraz insecto: "SEMBRAR LOS TUBÉRCULOS PREVIAMENTE COCIDOS".

Hace pocos días que entró otro habitual cliente y mentiroso esporádico clasificado en la primera categoría de las dos descritas. Éste, conocido también por "ROMPEHUEVOS" (vaya usted a saber por qué), comenzó a relatar que venía del sacamuelas, el cual, tras extraerle una pieza, le aseguró que ésta era aún de leche (Superados con creces los 50 años) y que le comenzaría a nacer la pieza de adulto. Al poco accede al local nuestro estimado campeón, y el que suscribe incitó al "ROMPE..." a que le relatara el episodio del odontólogo, y así hizo.

La respuesta del hábil trolero por antonomasia no se hizo esperar :

"Claro que sí, el otro día un paisano de 70 años fué al dentista pues le molestaba la dentadura postiza y resulta que le estaban saliendo todas las piezas otra vez".

Hasta la próxima entrega.

La Taberna de la Trola II

La Taberna de la Trola III

La Taberna de la Trola IV

Los años grises.

Despertar en un día gris,
nueva jornada,
ducha y café impaciente.
Hay que salir a la calle.
En el chaquetón,
inseparable revólver amigo,
en el bolsillo bien empuñado.
Carrera por la eterna escalera
explorando descansillos.
Al fondo el cristal de la puerta
no descubre a nadie inhabitual.
Nadie te mira,
y te saluda, como siempre,
la repetida frase pintada en la pared:
"ETA MÁTALOS".
Nadie la borra y a tí,
total, te la trae al pairo.
Asumida como paisaje cotidiano,
una pieza más del complejo rompecabezas,
del laberinto macabro.
Cruce de aceras alternativo,
recorrido aleatorio,
cambio de paso, mirada,
adelante, estás llegando.
Una vez en tu puesto,
como castillo sitiado,
una voz conocida,
con un tono ahogado,
tantas veces asumido,
te anuncia el dato:
"NOS FALTA UNO".
Dientes apretados y miradas vidriosas.
Capilla ardiente de vacío,
solemnidad de funeral,
banderas,
música,
gestos afectados de ministros incoloros
frente a jirones de viuda y de madre.
Foto de portada,
gris editorial
y aflora osada la mezquindad del pueblo llano:
"VA EN EL SUELDO" dirá el idiota,
y la voz añeja del eterno hideputa
dejará escapar entre sus míseros labios
erosionados de "txikitos":
"ALGO HABRÁ HECHO".
Años grises aquellos
en que la sangre,
cuando era uniformada,
estaba de saldo
y no salpicaba conciencias.
Años grises sin manos blancas,
sin lazo azul,
sin basta yá,
sin gestos para el que nunca fue nada.
¡Ay de mi España
ingrata y cainita!.
Aquellos años grises,
ojalá te sirvan de algo.
 
 

Mañana lluviosa

Otoño en Asturias, amanecer húmedo y lluvioso. Mi corteza de encina retorcida, de abierta dehesa del suroeste, vuelve a estar adornada por un incipiente musgo norteño. Precio que hay que pagar por habitar el paraíso.

Marea Negra

Marea negra
de negra pena.
Golpes de mar de hambre
antigua y negra,
negros ojos perdidos,
estómagos de fuelle de gaita,
henchidos de seco y ardiente vacío negro.
Llaman a las puertas del amo,
llaman y empujan osados,
y vienen a por su pan duro y negro.
En el lujoso salón,
de rancio estilo colonial,
no queda rincón apropiado
para la secular miseria.
El invasor descalzo
no teme las almenas del hombre blanco.
Las murallas caen al envite,
quizá por los falsos cimientos,
o minadas por la vergüenza.

Sangre de mujer

Sangre de mujer baña el terrazo.
Triste carmín vertido en la casa,
salpicando silenciosos portales.
Gritos mudos de horror callado,
doméstico terror cotidiano
frente al televisor inmune.
Aquél al que un día diste todo
vacía con saña primitiva tu maternal entraña,
dejando el juguete roto e inútil para ningún futuro.
Pagano sacrificio del cobarde despechado.
Qué fue de la hombría del hombre,
tornada ahora en criminal orgía
de acuchillada carne conocida.
Mujer eterna,
tú que tienes el poder glorioso de la vida,
despliega orgullosa tus recientes alas,
esas cuya límpida luz ciega los ojos a la patética bestia
que no tolera tu vuelo.
Levita poderosa sobre la Tierra,
hasta que la vergüenza ahogue
y destierre de este mundo
la errónea y falsa masculinidad
del débil macho de la manada.

Zapatero

Ilustre Presidente
con apellido gremial,
no crea que va a librar
de mi acero candente.
Su Excelencia es soso,
negarlo estaría mal,
de un soso ceremonial,
con mirada de raposo.
No le falta zorrería
tras sus cejas enarcadas,
siempre esconde una jugada,
que ninguno esperaría.
Brazos lacios de guiñol,
de monótono movimiento,
reforzando su argumento,
"pa" joder al español.
Y es que el pobre españolito,
debe estar acostumbrado,
a sentirse jorobado,
gobierne Juan o Pepito.
Sonrisa indefinible,
a menudo inoportuna,
de carisma, gota ninguna,
para qué voy a mentirle.
Pero coraje demostró
con políticas de izquierda,
comenzando la contienda,
con el Clero ¡Vive Dios!.
En cuestiones de jodienda,
siempre tuve el parecer,
que cada uno pueda yacer,
con el que más le convenga.
Y que se vaya al Demonio,
el que ponga impedimento,
a que a ese ayuntamiento,
se le llame matrimonio.
Acertado fue lo mismo,
cuando tocó retirada,
de una guerra provocada,
por cruel Imperialismo.
Pero el País anda necesitado
de medidas más urgentes,
con paso firme y valiente,
como el modelo de Estado.
Cortejar, ¡qué desatino!,
con Roviras e Ibarretxes,
pone de muy mala leche,
porque no es un buen camino.
Nacionalismos tribales,
no traen más que digustos,
y la sangre de los justos,
yá regó más de una calle.
Y la sangre no es barata,
y su mancha no se quita,
y al pueblo honrado irrita,
la arrogancia del que mata.
Todos queremos la paz,
con dignidad incluída.
De que no sieguen más vidas,
ojalá que sea capaz.
Pero si implica humillarse
y defraudar a los muertos,
desfagamos el entuerto
y a la calle habrá que echarse.
Somos mejores y más fuertes,
eso yá está demostrado,
y al fascista encapuchado,
venceremos de esta suerte.
Para gobernar españoles,
ilustre representante,
no solo basta el talante,
que hacen falta COJONES.
.

Otegui o "El canto de la alimaña"

Heredero de Sabino, aquél imbécil que se sacó de la manga el nazismo vizcaíno, tu hijoputez no tiene límites.
Has mamado el odio y no hay jabón que limpie la sangre de los entresijos de tu conciencia de txalaparta.
Te autoinvistes de demócrata y pacifista llamando conflicto a la sangre derramada en nombre de una infamia.
Ojalá todo acabe bien y dejáis en paz a la gente decente.
Ojalá salga a buen puerto el tan traído y llevado proceso, pero, acuérdate, alimaña:
ni perdón ni olvido,
ni para tí, ni para los tuyos.
Todos sabemos que de toda mala enfermedad
siempre quedan desagradables secuelas.

La conjura de los necios

Cuando los necios se conjuran con un único fin sólo cabe esperar lo peor.

Fin de domingo

La fiesta de guardar llega a su fin.
Mañana de nuevo al mundo real,
a sumergirse en un lunes seguramente lluvioso y gris.
Nueva semana en la existencia,
nuevo trecho que recorrer para llegar,
como casi siempre,
a ninguna parte.

El Hada inquieta

Una mañana de enero
se abrió la flor y nació un Hada. En casa de un descreído impenitente un duende travieso y silvestre trajo la luz y la esperanza. Demasiado corazón para tan frágil aleteo.

Aznar y la Historia

Ilustre orador en aulas de ultramar, de simple recaudador pasaste a gobernar una provincia del Imperio. De ese Imperio para el que naciste y para el que trabajaste en conciencia. Fiel lacayo del nuevo Nerón, empujaste a tus soldados a la batalla del oro, oro negro y sangriento. Pero como buen castellano no te avergonzaste, recorriste los foros con la cabeza muy alta, reinventando la historia y creyéndote el nuevo Campeador. Mediocre funcionario que olió el poder envenenándose de caudillismo. Al menos calla, no digas más nada. Líbranos de tus sentencias y déjanos existir como un país normal. No nos salves excelso prócer, déjanos en PAZ.

Federico

Las mañanas de Federico son mañanas oscuras de sacristía. Pícaro monaguillo asaltante de cepillos, lengua ponzoñosa y prebélica, vocero oficial de la carcundia. Pilar básico de la conspiración dieciochojuliesca. ¿Dónde nos quieres llevar Federico?, pequeño engendro con cara de empollón chivato amparado bajo la rancia sotana patria. Ay Federico, Federico tanto veneno te hará reventar la entraña. Modérate un poco Federico, por tu salud y por el bien de este país con cuyo nombre se te llena la boca.

Policía Española

Las sociedades injustas generan desperdicios que alguien debe barrer. Ingrato trabajo que mancha las manos y el alma. Mientras, los patrones y los beneficiarios miran por encima del hombro, no vayan a contagiarse de la podredumbre que ellos mismos crean. Tan pronto te ensalzan como te condenan, depende del viento político del momento.

Despertar

Sábado de sol perezoso. Mal empieza el día para el hambriento de luz.