APADRINE A UN VOTANTE

 < LAS ASOCIACIONES DE INMIGRANTES PIDEN QUE EL 27-M LOS ESPAÑOLES CEDAN SU VOTO A EXTRANJEROS

Madrid, 17 (Fax Press, Evangeline O'Regan)

En las elecciones del próximo 27 de mayo no todos los ciudadanos que residen en España pueden votar y para reivindicar el derecho para los más de 2 millones de extranjeros con papeles, más de 400 asociaciones pidieron hoy que los españoles cedan por "solidaridad y empatía" su papeleta a inmigrantes y así puedan ejercer un derecho que todavía no está reconocido.

Con este 'gesto' las principales organizaciones de inmigrantes pretenden reivindicar el derecho a votar de todas las personas que "viven, trabajan y aportan en la sociedad española".

Así, el portavoz de SOS-Racismo, Javier Ramírez, explicó que los españoles interesados en ceder su voto se pongan en contacto vía e-mail -sosracismomad@hotmail.com- para ponerles en contacto con inmigrantes y que como pareja acudan juntos a los colegios electorales y ahí el extranjero vote a su opción.
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Interesante iniciativa a tener en cuenta y no solo por lo reivindicativo del "gesto" sino por las otras posibilidades que aporta.
Yo, mi persona, este majara de la espada cada vez más mellada, me encuentro progresivamente hastiado con la política nacional. Me aburren los politicastros que tenemos con sus reiteraciones de fórmulas manidas, acusaciones cruzadas, crispaciones que acaban por contagiarse, falsas candideces, apariciones de supuestos líos de faldas con presuntas corruptas de por medio, pantojismo como estandarte y las almorranas de De Juana saliendo a relucir cada dos por tres. Pues como que me veo en el brete de ignorar a quien debo votar en estos comicios. Ya sé de antemano a quien no voy a votar ni por asomo, pero las alternativas, por conocidas, realmente no me seducen y si ejerzo mi derecho será para evitar males más que para construir supuestos bienes. 
Este desencanto, del que creo no soy único afectado, puede convertir el voto en un desperdicio democrático o en un abstencionismo patológico. Es tanto el hartazgo que, quizá, si delegamos nuestro derecho en quien no lo ha podido ejercer hasta la fecha en este país, estado o entelequia en el que vivimos, pueda tomar el acto mismo del sufragio un nuevo cariz ya que, quien ejerce por primera vez, por novedad, lo hace con más ilusión. ¿Se acuerdan del "Habla, Pueblo, Habla"?. Apadrine a un inmigrante y que sea él, libre de prejuicios, quien vote. Ahora bien, de decidir hacerlo de ese modo, los elegibles no deben enterarse de la maniobra ni por asomo. ¿Por qué?.
Imagínense los mítines con promesas de regularizaciones masivas, planes de vivienda para inmigrantes con o sin papeles, instauración del checo, árabe, kosovar, rumano, etc., como lengua cooficial, etc., etc. Los resultados serían lo de menos pues, aunque triunfara más la demagogia que el sentido común, como suele ocurrir por ausencia de éste último, no íbamos a notar en demasía la diferencia entre lo que votaron los inmigrantes "apadrinados" y lo que votarían los "padrinos" que cedieron su papeleta.
De todas formas, esta España nuestra, tan amada y despreciada, el sufragio no ha sido precisamente una constante durante nuestra convulsa historia, sino más bien la excepción, debido a reyes, validos, generales, etc., que siempre han preferido a los españoles más como súbditos que como ciudadanos. Por eso creo que, hombre, a pesar de todo, iré a votar yo y no cederé mi derecho a otro, sea inmigrante o nacional, lo mismo que no se cede la montura o la propia honra.
Sobre el derecho de sufragio de los inmigrantes, es posible que  lo que haya que defender es la facilitación del acceso de los inmigrantes integrados a la ciudadanía española, si la quieren, claro, porque ¿estamos en España, no?, y, una vez españoles, a votar como todo el mundo, como ciudadanos sin distinción alguna. ¿Por qué va a tener capacidad de decisión en este país alguien que no quiere pertenecer al mismo?. Digo yo.
Como siempre rozando o traspasando los límites de la incorrección política. Incorregible y seguramente, en algún caso, mal interpretado. Es un riesgo asumido por escribir mis paranoias tan alegre e irreflexivamente. De todas formas, como no cobro.
Espero sus ilustrativos comentarios. Pueden entrar ustedes indocumentados, con identidad falsa, a corregirme con ánimo pedagógico, evangelizante o inquisidor, pero opinen libremente aunque sea insultando, pueden traer familia, amigos y algún ahijado lavaconciencias.
Les insto urgentemente a que me saquen de mis errores y confusiones múltiples en las que ando sumido, deambulando sin órbita por el cosmos, que ya no sé si vengo o si voy "a Lugo o para Lugo", si me llevan o me traen, y si mis ideas son progresistas o, como alguno piensa, soy un fascista camuflado, incapaz de darse cuenta de su condición.

4 comentarios :

Johnymepeino dijo...

Cuando afirmaban "No votarán" a modo Pasionaria, pregunté cuánto tiempo podrían soportar los inmigrantes esa situación. Trabajar, pagar impuestos, soportando a una clase política que ellos no han elegido.

La abstención no es mala. Malo es, que en este país la confundan los analistas con el absentismo a la hora de ir a votar(decir que si no fueron a votar el estatuto andaluz era porque les gustaba. Anda que...)

El voto compartido está muy bien estre parejas, juntos hasta para votar. Gustoso me dejaría manipular en ese sentido, pero da que no tendré esa suerte.

Deben votar, pero es el Estado quien debe permitirles votar, no los ciudadanos renunciar a nombre de otro.

Juan Luis Nepomuceno González dijo...

Mire, aquí casi ni discrepamos. Ahora bien, tanto la abstención como el absentismo son muestras de apatía, de falta de credibilidad del sistema. No es que el estatuto andaluz no les gustara, es que se la traía floja. Como digo en el post, al inmigrante que, integrado en el país, desee adquirir la ciudadanía española debería facilitársele, ahora bien, el que no quiere ser ciudadano al mismo nivel no tiene por qué decidir.

Johnymepeino dijo...

Por discrepar no haga problema, el blog es suyo. Además ¿Cómo cree que aprendemos los que no tenemos estudios?: leyendo opiniones distintas a las nuestras.

Ciudadanos al mismo nivel y que quieran, creo que somos todos, es sólo que no nos dejan. Aquí en la Costa Este en el río malviven los que no se afilian a ugt o comisiones obreras. El resto quiere ser concejal, inspector de mesas y me dicen no se qué de la clase obrera. Con eso que le diga...

Me dan más miedo los muyaidines que ya van creando partidos y agrupaciones y verá cómo al final se presentan. Vaya, que le entiendo, pero he querido aprovechar para decirle que los que nadie ve, si tienen voz, ni se habla con ellos y por lo tanto es muy difícil saber si realmente no quieren ser o es que de lo que entorno a ellos se ha montado, ni se enteran.

Unknown dijo...

Interesante cuestión la que planteas.
Respecto a la campaña de donación de voto me parece muy bien como gesto publicitario pero nada más. Los derechos de algunos no se pueden conseguir mediante la renuncia de otros.

En cuanto a que los inmigrantes puedan votar en España yo distinguiría según cual fuera el tipo de elección.

En las municipales creo que más que la nacionalidad debería ser la residencia el criterio para permitir votar. De hecho los ciudadanos de la UE y Noruega residentes en España pueden votar en las municipales, amplíese pues el ámbito geográfico exigiendo, eso sí, la reciprocidad. Ampliaría este criterio incluso a las autonómicas.
En cambio, en las elecciones generales mantendría la exigencia de nacionalidad. Destro de las competencias del gobierno central se encuentran los asuntos exteriores, y a través de éstas se podrían tomar medidas que afecten a los emigrantes, por tanto creo que deberían tener derecho a elegir al gobierno que asuma esas competencias.

Se admite el debate.