CRÓNICAS RURALES.- Resultados siempre favorables.

Mañana postelectoral en nuestro pueblo perdido. En la Casa Cuartel, Ramírez, casi recostado en el gastado cuero del sillón de su despacho, se abstrae, como tantas veces, con la mirada perdida indagando entre las imágenes que le transmite la ventana que da a la Plaza. La misma película costumbrista de siempre, los mismos personajes, iguales gestos repetidos, cada uno de ellos con su propia denominación de orígen.
- ¿Da su permiso, Cabo?.
- Adelante Antúnez, tú dirás.
- Verá, tengo que hacerle una pregunta. No tiene nada que ver con el servicio, es sobre esto de las elecciones, porque yo no me aclaro, usted me conoce, soy un poco corto. ¿Quién coño ha ganao?
- Todos.
- Venga ya, todos. Eso no puede ser.
- Es fácil, aquí, en el pueblo, ha sacado más concejales tus amigos de la derecha.
- Entonces han ganado ellos.
- No.
- ¿Por qué?.
- Porque entre los dos partidos de izquierda, contando a lo mejor con el independiente, que todos sabemos quién es, suman más concejales y obtendrán la Alcaldía.
- Pero eso no es justo, Cabo, no es justo. La Alcaldía debe de ser para el más votado. Digo yo. Es de Ley.
- No, Antúnez, no es así, no es de ley. Si las izquierdas se quieren unir tienen pleno derecho a gobernar.
- Y por qué no se unen en un solo partido de una puñetera vez, si al final el efecto va a ser el mismo.
- Sí, pero cada uno quiere mantener su idiosincrasia..., yá sabes, eso de la izquierda plural contra el bipartidismo y esas cosas, aunque al final acabe tragando con las políticas del más fuerte.
- Pero si no se ponen de acuerdo entre ellos como se van a poner de acuerdo con los otros.
- Por gobernar, por arrebatar a la derecha poder, por pragmatismo, por el sillón, llámalo "X".
- O sea, que han ganao los "rojos".
- Depende.
- Joder, Cabo, que parece usted uno de esos líderes que dicen pero no dicen, callan pero no otorgan.
- La política es así, amigo Antúnez.
- Bueno, el caso es que hemos sacao más votos los "fachas" como dicen por ahí, y eso quiere decir que en las Generales arrasamos fijo.
- O no.
- ¿Por qué no?.
- Porque en estas se han votado políticas autonómicas y municipales y, como verás, está muy repartido el pastel. Eso no quiere decir que lleguen las generales, participe más gente y haya sorpresas, o para unos o para otros. Lo que sí se puede sacar en conclusión es que parece que, de momento, en este puñetero país no va a haber acuerdo para nada en mucho tiempo.
- En conclusión, en estas hemos ganao y me doy por satisfecho.
- No amigo, no habéis ganado, ha ganado Gallardón.
- Pero ese es de los nuestros.
- ¿Tú crees?.
- No me venga con misterios que yo no estoy para intrigas. Y usted, ¿se puede saber a quién votó?.
- Y a tí qué más te da.
- No, si me da lo mismo, lo que pasa es que como que usted siempre es muy reservao en eso de la política, aunque a veces me hace dudar y se le nota cierto "ramalazo" de la "cáscara amarga".
- Antúnez, no seas antiguo que eso de la "cáscara amarga" es de tiempos en que andabas en pantalón corto y no tenías ni puta idea de que ibas a acabar con un tricornio sobre la cabeza.
- No, si yo soy de derechas... bueno, la verdad es que no sé lo que soy, pero creo en el orden, en las cosas como Dios manda, como tienen que ser...
- ¿Y como manda Dios que sean las cosas, Antúnez, como tienen que ser?.
- Hombre pues, que no salga el De Juana a la calle, que no se presenten los batasunos a las elecciones, que no se les deje intimidar a la gente, que...
- Ya, ¿y tu te tragas todo eso que te venden por las mañanas en la radio?
- No, me voy a tragar lo que dicen los de la SER...
- Pues tampoco, Antúnez, tampoco. No te tragues nada y no te dejes engañar. Sé tu mismo, piensa lo que quieras pero que no te dirijan, que no te adoctrinen, que no te conviertan en una res más del rebaño, que...
- Coño Cabo, que parece usted anarquista, no me joda.
- Antúnez, un poco de disciplina, puedes retirarte.
- A la orden, Cabo, a la orden... tampoco es para ponerse así... digo yo.
Cuando Antúnez salió del despacho, con esa expresión tan suya de "sabía yo que acababa calentándolo", Ramírez no pudo reprimir una sonora carcajada, interrumpida bruscamente cuando, a través de la ventana, vió de nuevo el paso cadencioso, el bamboleo de pliegue de falda y la media sonrisa eterna de aquella mujer... con aquel perfil de esfinge mayestática repartiendo galanura por la adormecida plaza, eclipsando cualquier luz o planeta que osara asomar.
Ramírez, recordando su conversación anterior, con la expresión colgada del cristal, musitó para sí "Yo yá sé de quién soy, cual es mi elección, a quién daría todos mis votos".

2 comentarios :

Anónimo dijo...

¡Caramba! Hacía mucho tiempo que no escuchaba yo la expresión de "la cáscara amarga". La verdad es que en esta ocasión me he visto plenamente identificado con el bueno del Cabo Ramírez. Cuántas veces no habré vivido conversaciones del mismo cariz.

Juan Luis Nepomuceno González dijo...

Últimamente hay una especie de "revival" de expresiones de otras épocas. El revisionismo por un lado y la memoria histórica por otro traen estas cosas. No hemos cambiado nada, amigo Chure, somos los mismos de siempre.