PASEN A VER

Hacía siglos que no traspasaba la puerta de una carpa de Circo. Fíjense si hará tiempo que, la última vez que asistí a un espectáculo circense, Ángel Cristo era todavía Ángel Cristo, sin la Bárbara leona, y en la pista central de las tres que tenía, era capaz de hacer pasar, caminando sobre dos cuerdas, varios metros a cierta altura, a un bárbaro león, sin síntoma alguno de anorexia.

Ya ha llovido desde entonces, y no digamos aquí, donde me encuentro.

Pues bien, ayer, otro día lluvioso y triste de este otoñal mes de Julio, fuimos los tres miembros del clan a una función de circo.

Un circo modesto, qué quieren en Mieres, pequeño, cuatro amigos o familiares, haciendo todos de todo, sin fieras, de cuatro patas que de dos seguro que había, pero con buen gusto en los números, en la música y con calidad en luz y sonido. Se nota, hasta en los espectáculos humildes, la influencia del “Cirque du Soleil”.

Pero, más que la nostalgia de una infancia ahora tan lejana, lo que me emocionó es ver a un pequeño ser de cuatro años, ya saben a quien me refiero, sobrecogida y ensimismada con la parafernalia de música, lentejuelas, piruetas y filigranas luminosas. Casi ni se reía en el número de los payasos, al contrario que los demás niños, como si analizara con visión crítica cada movimiento del gag. Seguro que heredó algo de mi puñetería.

Sin embargo salió encantada, y con ganas de repetir, que va a ser que no, pues sale algo más caro que un DVD de los que devora en sesión continua.

Para payaso conocido, ya tiene a su padre.

5 comentarios :

Anónimo dijo...

:-)

Daeddalus dijo...

Una infancia sin circo, por cutre que sea este no es infancia.

Saludos.

Johnymepeino dijo...

Curioso, eso le dije a la mía: "No me negarás que para payaso, tu padre" :D

Charlie Rivel que estás en los cielos, cuánto degradó tu arte los payasos de la televisión.

Un Oyente de Federico dijo...

Los mejores juguetes para los niños son los padres.

Nunca hemos seguido la consigna progre de ser como un amigo para tus hijos. Ser padres (progenitores A y B, que dicen los modernos) es mucho más importante.

Lo que si hemos sido es complices, en sus gustos y en su culturilla.

Todos nos hicimos fans de las Spice Girls y nos aprendimos los pasos para bailar “wannabe”, la recortaba los comentarios que veía en los periodicos para dárselos. Despues nos aprendimos la discografía completa de Mónica Naranjo, Ska-P, Los Fresones Rebeldes…

Nunca la pusimos un televisor en su habitación, lo que se ve en la tele, en la única TV de la casa, se negocia día a día y la generosidad es un factor importante a la hora de decidir, Si ponen alguna serie de adolescentes descerebrados o Operación Triunfo (o secuelas) tiene ella preferencia, si la cosa va de intriga o historia la preferencia es de su madre y si hay marcianos yo me salgo con la mia. En el caso de varias opciones a la vez, siemple alguno renunciamos a nuestra preferencia.
Tenemos absolutamente prohibido, para todos, Grandes Hermanos, Salsas Rosas, Tomates y similares
Desde que nuestra hija era como la tuya descubrimos que el actuar así, generaba una microcultura familiar que ella, ahora valora mucho.

Nosotros como padres además de pasarlo bien, creemos que nos funcionó.

AF dijo...

Pues yo reconozco que, por una rara cuestión que desconozco, tengo repelús al circo. Creo que puede tener que ver con la inmensa tristeza que me inundaba viendo Dumbo (hasta el punto de no haberla querido ver nunca más, ni de niño ni despúés).

Nunca he llevado a mi hijo (de la misma edad que su hija) al circo, ni pienso hacerlo, aunque supongo y espero que lo hará su madre. No quiero que herede mis (escasos) complejos. Que tenga los suyos.