Me dieron  nombre
 y heredé  apellidos.
 Así  deambulo
 por la  existencia,
 con equipaje  ajeno.
 De prestado  ando
 pues nada  tengo
 mas que mi  ser,
 mi incómodo  habitáculo
 de carne  experta
 en  dolores
 y breves  placeres.
 Soy  circunstancial,
 cuarenta y dos  años
 de accidente  errante.
 Un  encuentro,
 carga y  apoyo,
 unas veces  útil,
 otras  desechable,
 prescindible,
 figuración  vana
 para los  otros.
 Molécula
 en el gran  átomo,
 sólo mi  niña,
 aún  riendo,
 como  broma,
 dice que  soy
 su legítimo  Rey.
 
No hay comentarios :
Publicar un comentario