Sé que tengo días de ahogo,
de afanes en latencia
y que, con mi poca ciencia
consumo la paciencia
si con ventanas dialogo,
opacas de conciencia
de insistencia en el descuido,
en el sabor diluido
de arrobas de hiel en grano.
Y yo qué se de lo humano,
de lo animal o lo divino,
si ni creo en el sino,
ni en las marcas de mi mano.
Sabiendo no ser bueno,
sin saber qué es más malo,
mis exabruptos regalo
sin pararme en el camino,
sin saludar al vecino,
sin secundar el consuelo
que supongo se exige,
en estos casos de duelo,
en que la norma rige
lo que haces sin quererlo.
2 comentarios :
me gustó mucho pasearme por tus calles
GENIAL, no hace falta añadir nada más
Besos
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