MIERES LA NUIT.- Policías y formas de diversión.

Está claro que las acciones policiales no son la solución para los problemas sociales. La policía no está para educar a los jóvenes, para eso están, o no están, los padres. Luego están los educadores pero si falla el primer escalón, la familia, poco o nada pueden hacer los maestros.
No obstante, en una ciudad como Mieres, no viene mal que la policía practique intervenciones como la del pasado viernes.
Se organizó un operativo especial en las zonas de ocio de la ciudad, desde las 20:00 horas hasta la mañana siguiente, obteniéndose importantes resultados, sino en volúmen sí en las posibles consecuencias.
Se identificó a menores de 16 años en bares de copas, algunos de ellos consumiendo alcohol, con lo que se propuso para sanción a diversos establecimientos. Pero los propietarios de los mismos, desde la falta de costumbre por la desidia municipal, se rebelaban con cierta chulería ante los agentes que realizaban su legítimo trabajo. Uno de estos propietarios llegó a preguntar a un interviniente que quién le iba a pagar el tiempo que estaba paralizado el local. Uno de los agentes le informó: "Reclame a Delegación del Gobierno que será quién le sancione".
Conforme avanzaba la noche se incautó droga, armas y se propuso para sanción a los portadores y consumidores y a los tolerantes dueños donde se consumía cocaína como el que toma cañas. Así mismo se practicaron dos detenciones, una por tráfico de drogas "in fraganti" y otra por estancia ilegal de un portero de un local de moda.
Algunos miembros del dispositivo, profesionales de la Jefatura de Oviedo que vinieron en apoyo de la plantilla local, comentaban con estupor las actitudes irrespetuosas y respondonas de los jóvenes que eran identificados. Como dicen por aquí "están por cepillar", y es cierto, pero la ley es la ley y hay que cumplirla guste o no, por mucho que uno sea hijo de un bien pagado prejubilado que subvenciona fines de semana y coches tuneados para evitar a su criatura la ingrata tarea de trabajar.
A la salida de uno de los locales, un grupo de alegres jóvenes, debidamente colocados, comenzó a ladrar, con gran habilidad, hacia una de las dotaciones. Uno de los agentes, al que conozco bien, se dirigió a los mismos a preguntarles quién había ladrado, era evidente que el autor no se iba a delatar, y si no le importaba ladrar a la cara que quedaba mucho mejor. Bien, pues uno de los congregados contestó que estábamos en un país democrático. Efectívamente, contestó el agente, por eso exigo el mismo respeto con el que yo os trato, yo estoy trabajando y vosotros divirtiendoos, y la democracia no consiste en el ladrido o el insulto al que cumple con su deber. Un mítin, para qué vamos a engañarnos, poco fructífero pero instructivo ya que hubiera sido peor hacer oídos sordos a la gracieta del héroe local.
No obstante, aparte de los resultados, es bueno que quien sale a divertirse comience a acostumbrarse a que todo no vale para el ocio y que las fuerzas de seguridad, a veces, para el bien común, tienen que molestar en cierta medida, dentro de un orden.
Del otro lado están los vecinos de la zona que, a pesar de la acción, nunca estarán contentos pues pretenden un policía en cada portal para que nadie haga ruido ni actos vandálicos que, en la medida de lo posible, se intentan evitar.
No obstante, cuando tiene que intervenir la policía es que algo va mal y la solución última está en las bases de esta sociedad convulsa, consumista, excasa de valores y de respeto por los demás y en la que divertirse es sinónimo de colocarse, pelearse, romper y fantasmear.

5 comentarios :

Anónimo dijo...

Sólo comentar que fui humillantemente registrado este viernes en uno de esos lugares de copas, no consumo drogas, ni paradojicamente alcohol, por lo que a pesar de que se esforzaron,como es natural, no encontraron nada.
Mi delito, ser joven.

Juan Luis Nepomuceno González dijo...

Yo también he sufrido controles de alcoholemia. Mi delito, tener coche.
También me han registrado la maleta en aeropuertos. Mi delito, viajar.
También tengo que declarar lo que gano. Mi delito, ser asalariado.
He tenido que poner mi huella para el DNI. Mi delito, ser español.
Siento profundamente que se sienta humillado, mi anónimo y joven amigo, pero si no se hubiera registrado a nadie, para no humillarlo, no hubiera aparecido lo que apareció.

Anónimo dijo...

Con dos cojones, esto se tenia que hacer mas a menudo. Estoy con vosotros je je je

Anónimo dijo...

ah!! y muy buena la "afoto". Jaa en que "fotera" te la has hechoooo. Quiero una igual pa la fregonetaaa..

Juan Luis Nepomuceno González dijo...

Mándame una con el careto y del resto me encargo yo. Por ser tú no te cobraré.