Que el aire del norte es  saludable nadie lo duda. No sé en qué consistirán sus propiedades curativas pero  lo que es innegable es que levanta el apetito. Estos efectos se multiplican si  en el viaje va uno acompañado por corifeos devotos armados de banderas y  pancartas de la causa. 
 Uno se siente importante y  como en casa y, estas sensaciones, este saberse amado por los suyos, aunque  odiado por el enemigo, le hace a uno perder la memoria y, por qué no, incumplir  la palabra dada y volver a degustar alta cocina vasca. 
 Todo ello, claro, a  petición popular. Si el pueblo te aclama como un héroe y te pide que vuelvas a  comer, ¿por qué no hacerlo?. Además, seguiría siendo el principal factor  decisivo en la reanudación del "proceso". Maté como el que más, cumplí lo que  estaba estipulado, que no fue mucho, Aznarín, al ver que le cogía el toro,  movilizó Fiscales y Jueces para que no saliera tan pronto, luego vino el juicio,  con Zapatero gobernando, chantajeé, cedieron y redujeron y, finalmente aquí  estoy, hecho un símbolo y poniéndome ciego de bacalao al pil-pil.  
 He mentido como un bellaco  a todos y todos mienten como bellacos. La derecha miente pues los asesinatos los  pagué. La izquierda miente pues fueron rebajando peticiones fiscales hasta que  quedó en tres añitos lo de las amenazas. Rubalcaba se come la tostada y ZP  intenta lavarse las manos como Pilatos mientras ve de nuevo vía libre para el  "proceso". Acebes manipula y caldea el ambiente. La derechona sale a las calles  con sus banderas franquistas bajo la consigna del "pásalo".
 Qué maravilla de situación  he protagonizado. He sido el más listo de la clase. El país enemigo al borde de  la quiebra, el gobierno listo para negociar, la derecha encabronada, los  ciudadanos atónitos y yo, un hijo de puta con pintas, recuperando peso a todo  mantel.
 Pero... y si no recupero la  salud... y si me quedaran secuelas... y si reventara...
 
2 comentarios :
Y encima se convierte en un modelo a imitar. Ya se oyen voces en lontananza gritando con arte y tronío:
¡ Katxuli, Roka, ASKATU !
Pues, sí, podía reventar, la pena es que seguro que no pasa.
Tengo indigestión.
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