DEL PRIMO DE MARIANO, LA PRIMA DE MALENI Y EL HIJOPUTA DEL VAGÓN.

Hoy llueve. Ayer lo dijo el hombre del tiempo y, efectivamente, llovió.

Y el hombre del tiempo no es primo de Rajoy ni nada de eso pero es posible que influyera que se veía venir un frente de esos de los que sueltan agua. Yo mismo, sin ser primo de Rajoy, lo vi en Google Earth y me dije: Puede que mañana llueva. Y es verdad, llovió. No se si mediará el cambio climático en éstos chubascos pero el caso es que llueve y, lo más molesto de todo, es que moja si vas sin paraguas.

No sé si llueve más que hace cien años pues, como ustedes entenderán, no vivía yo por aquellas fechas. Las cosas que dicen los científicos, que hay opiniones para todos los gustos, serán verdad y, aunque no lo sean, bien es cierto que debemos esforzarnos por no acelerar el día del juicio, que en este caso a nadie beneficia un juicio rápido. También es cierto, sin ser apocalíptico, que no debemos ensuciar el aire, los ríos, los océanos, los montes, etc., pues el planeta es nuestra casa y, en nuestra casa, seguro que no ponemos los pies sobre la mesa ni tiramos las colillas a la moqueta. Y es que, por mucho que haya IKEA, una moqueta es una moqueta y vale su dinerito y, en el planeta, que es la república independiente de nuestra casa, todos los daños irreversibles que hagamos seguramente los paguemos también caros. Pero habrá quien diga que todo ocurrirá dentro de unos 300 años y, para entonces, todos calvos, qué carallo, ¿verdad, Mariano?.

Pero hablando de mal clima, trágicas inundaciones aparte, para mal ambiente lo que está cayendo en Cataluña con las obritas del AVE y los socavones a granel. Los currantes quedan sin cercanías y tienen que coger autobuses que tardan horas en llevarles a sus destinos, pero claro, según la ministra de “Gotera y Otilio S.L.”, la gente está disfrutando ahora menos para luego disfrutar mucho. No sé quién de los que pretenden ir a sus puestos de trabajo en cercanías va a disfrutar del AVE, más bien lo harán los directivos de las empresas para las que trabajan, los cuales, como es natural, no usan cercanías y mucho menos autocares de emergencia. Hay que reconocer         que Maleni tiene gracia y si no existiera habría que inventarla.

Y si esto fuera poco, cuando uno consigue coger un tren llega un energúmeno, vistiendo ropa de marca, de esa de la que se uniforman algunos jóvenes, hablando barbaridades por un móvil de última generación de dudoso origen, y,  si cruza la mirada con el mismo pues puede que reciba una paliza. Sobre todo si uno es débil, inmigrante, y como no, mujer.

Mucha gente se lleva las manos a la cabeza por las imágenes del bandarra del vagón y de la pasividad cobarde de los testigos, pero tengan en cuenta que estos hechos se producen con más frecuencia de la que se creen.

Hijos de puta de esta calaña abundan por todas las calles de nuestras ciudades y estamos hartos de cruzarnos con ellos. Muchos de ustedes es posible que tenga uno de ellos en casa sin saberlo, sin reparar en ello. Como no reparan algunos padres con las joyas que tienen bajo su custodia. Como no reparan los que dirán que el pobre chico está desarraigado y falto de cariño por venir de una familia desestructurada.

Para desarraigo el de la chica que, siendo ecuatoriana seguro no anda muy boyante estando además lejos de su país con la familia desperdigada por esos mundos, para que llegue un capullo y le reviente la cara porque sí. Porque le apetece, porque odia a los inmigrantes, porque estaba borracho, porque tenía problemas o porque lo que coño sea, “¡neng!”.

La pena es que en aquel momento no hubiera encontrado la horma de su zapato. Alguien con dos huevos pero armado de razón que le dejara la cara como un pan el suficiente tiempo como para obligarle a recapacitar y a aprender que las hostias no son gratuitas y cuando se regalan alegremente puedes resultar igualmente agasajado en justa correspondencia.

Bueno, y dejo el tema que me estoy cabreando y… me conozco… y usted…  usted qué mira.

 

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