Los caminos de los dineros que le detraen a uno de su menoscabada nómina son inescrutables. Desvaríos Ibarretxianos aparte, en esta carrera por tener la ocurrencia más descabellada posible tenemos un buen ejemplo en el Señor Tardá de, como no, ERC. Joan Tardá es diputado, como tal cobra y el haber sido elegido le hace acreedor al justo emolumento. Pero yo me pregunto si el hecho de haber sido elegido le da patente de corso para emplear la jornada laboral en idear gilipolleces varias. La última ha sido la del salario universal único para todos los ciudadanos, y ciudadanas, claro, independientemente de su situación laboral, económica y social. Para esa genialidad, esta especie de científico loco, ha contado con el apoyo de ICV, sus socios de “tripartit” que comparten con ellos un cierto “antisistemalismo” que ahora, una vez en cargos de responsabilidad, están pagando al sufrir amenazas y artefactos caseros de los “antisistema” que criaron a sus pechos y con los que tanto simpatizan.
Para estos genios el salario a costa del erario sería un paso más en el estado del bienestar. Para qué va uno a buscar empleo si el Estado protector le garantiza la paga desde que nace.
Una paga que le dará para vivir al que no tenga otra cosa o no quiera tenerla, que doblar el lomo por vocación no es práctica común. Al que ya tenga “posibles” también se le daría la misma paga que al indigente y así, lo que éste usará para comer o tomar Don Simón, lo puede usar el millonario para una pequeña hucha para propinas o caridades imprevistas. Lo curioso es que la iluminación viene de los autodefinidos izquierdistas por antonomasia y que, a pesar de llevarse, como era lógico, un revolcón en el hemiciclo, siguen cobrando a final de mes sus parlamentarias nóminas. ¿Qué tocará el mes que viene?.
Lo mejor que podía hacer Tardá, mas pronto que tarde, es no tardar en dejar su escaño y que su nómina sea transferida a alguien que lo necesite y que, por lo menos, no insulte a la inteligencia de sus conciudadanos.
Mientras la izquierda más zurda reparte sueldos, la derecha quiere patentar España para ofrecer en un pack Bandera, himno, monarquía y un San Pancracio con perejil de la isla del mismo nombre. Ese pack, si Mariano gana las elecciones, no dudará en retirarlo del mercado pues casi seguro necesita apoyos de gente con otras colecciones de distinto color y contenido, y el gallego a lo mejor estudia idiomas en la intimidad.
¿Alguien, a parte de mí, se da cuenta de la altura política de este país?. ¿Es real o es que oigo voces?.
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