Letizia, sí con “z”, que está de moda últimamente, lo de
Hija predilecta supongo por sus méritos, méritos que la han llevado de presentadora de informativos a futura primera dama. Qué digo, primera dama, Reina, que no es poco o que es en teoría lo máximo en esto de los escalafones. Fin de semana ajetreado para la Princesa y madre a destajo, con nominaciones, premios, ceremonias y pueblos ejemplares.
Pero a Oviedo va otro Rey a competir en seguidores, un rey algo venido a menos pero rey al fin y al cabo. Fernando el Santo, milagrero hasta hace poco y mártir esta última temporada. El artífice de que en Asturias se pasara de la madera de castaño de la madreña al compuesto de caucho de Michelín viene a agasajar a su otrora enemigo Shumacher, el genio del caballo rampante que demostró tener más categoría como rival que posteriormente han demostrado los que vestían mismo mono que el asturiano, teóricamente compañeros.
Y también viene Bob, cual canto rodado por los desfiladeros de la poesía y la trova comprometida. Un huracán de canciones en el viento.
Y vienen científicos, escritores y la “creme” de la “creme” de lo más de lo más sin olvidarnos del ex-vicepresidente del imperio reconvertido en Al Gore-ro del Apocalipsis negado por el primo de Rajoy. Y es que a Rajoy le gusta negar, padece negacionismo compulsivo pero tampoco es para colgarle un sambenito por un comentario de “casino provinciano” soltado así, entre amigos. Rajoy duda del cambio climático, como duda Bermejo qué hacer con ANV y a quién escoger para juez de entre las aulas de derecho. Como duda Maleni de la empresa de las obras del AVE, donde está Cascos. Y como dudo yo de las posibilidades reales de tener en un futuro unos políticos serios y responsables. Menos “zonrizaz y mais trabalhar”, coño, que para eso os pagamos y en vez de vender motos haced lo vuestro bien que así tendréis votos.
Asturias se viste de gala y de tapiz para olvidar por un día la diáspora juvenil, los cierres de minas, astilleros y empresas y cantará la gaita en vez de la desgarradora “toná”. Que no están los tiempos para penas y hay que quedar bien con las visitas. Sobre todo porque viene Letizia, que a partir de ahora es hija de los ovetenses, no una hija cualquiera, no, la predilecta, y la familia es la familia, aquí y en
¿Es popular China?.
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