SERMONES DE LA MONTAÑA

Cuando se habla desde el dogma no cabe dialéctica posible. Los catecismos tienen preguntas y cada pregunta una sola e inmutable respuesta. Inmutable en el contenido aunque se puede cambiar la redacción para así dar una falsa apariencia de evolución.

Si se intenta mantener un diálogo con alguien que exclusivamente se retroalimenta de su credo es imposible encontrar el punto de encuentro.

Mucho peor si para defender su "creencia", lo hace desde una visión fundamentalista. ¿Es posible negociar el fin de hostilidades con Bin Laden o el Mulá Omar?.

La defensa de unos hipotéticos derechos nacidos más del mito y la leyenda que de la historia, apoyados en un victimismo ficticio, perfectamente elaborado y justificativo de cualquier "acto de respuesta" a la "brutal represión" a la que se ve sometido "un pueblo", es una doctrina de fé que acaba captando adeptos.

La responsabilidad de las muertes no es de quién las provoca sino del adversario que no cede a sus "legítimas" exigencias. (Me veo obligado a citar de nuevo "La vida de Brian"). Ésto se acentúa cuando las víctimas son "colaterales", en eso hasta coinciden con Bush.

Los comunicados no son más que homilías con las mismas cantinelas y estribillos de siempre. Además tienen sus propios "misterios" similares al de la Santísima Trinidad: Continúa el "Alto el Fuego" aunque volemos un aeropuerto y lo que pueda venir detrás.

Con siniestras cofradías de encapuchados, mientras tengan material para inmolar "herejes", y su "libro sagrado" como único argumento, no se puede salir de procesión.

Debo confesar algo: En su día, yo también creí en el principio del fin.

2 comentarios :

Unknown dijo...

Ahora que hablas de sermones de la montaña, dogmas, catecismos y demás me viene a la mente una analogía realmente herética.
Cuentan que Moisés solicitó al Faraón de Egipto que liberara a su pueblo, sometido en esclavitud. El Faraón, actuando racionalmente desde su propia lógica, se negó. En respuesta a esta negativa, Dios envió sobre Egipto siete plagas, siendo la última la muerte de todos los primogénitos egipcios.
¿Fue culpable Dios de estas muertes?. No, el culpable fue el Faraón por no acceder a las pretensiones de Moisés.
No tengo salvación. Ya siento las llamas del infierno arder a mi alrededor.

Juan Luis Nepomuceno González dijo...

Ahora no puedo atenderte... están diluviando ranas encima de mi casa y son de las gordas... caguen to.